No podía parar de morarme por una hermosa putita

Ella, la mujer hermosa que apenas yo miraba con atracción.

Todo comenzó hace unos 4 años ,estábamos en la universidad, ya casi terminando la carrera, fue un curso de socializar bastante y eso que yo era de socializar poco, pero ese año fue diferente. En esos días de salida estábamos en una fiesta todos bailando mucho y pegados, estaba ella que era una y otra, a veces tan zorrilla y otras bailando irreconocible. Ella vino a decirme unas palabras,creo que me dijo demasiado y así titulé el escrito que estaba haciendo en ese momento. Yo quedé sorprendida porque la verdad nunca habíamos intercambiado ni una palabra, ella me conocía ,yo la conocía pero hasta ahí llegaba todo,,,aún así me llenó de curiosidad.

Días después recibo un mensaje de esa muchacha, muchacha que empecé a mirar con otros ojos,un poco más profundo, a mirar su piel blanca que se veía suave, su pelo rubio, su caminado con calma ,ojos algo claros y una mirada de pena ligada con atrevimiento oculto.

Por mensajes éramos una y de frente todo el glacial. Empezamos a relacionarnos cada vez más por correo electrónico. Sus textos siempre cortos y contundentes, ella quería sacar de mi lo que yo no había descubierto, pero ella podía disimular tanto los deseos. A cada fiesta que iba yo quería que ella estuviera ahí ,para mirarla y rozarla. Todo a escondidas pero con unos deseos indomables.

Una noche me volvió loca ella dormía en un piso diferente al mío, pero esa noche la quería para mí, quería quitarle la ropa y besarle cada centímetro de su piel suave. Ella siempre llena de miedos ,me sacaba todo ese fuego y luego me moría de frío. Me dejaba respirando profundo y deseándola una vez más. No se atrevía ni a estudiar conmigo, tenía que rogarle cada día para tenerla cerca de mí. Un día creo que ya sus deseos fueron más fuertes que su miedo. La convencí para ir a mi casa, no sé cómo lo hice pero llegó el día de poder besar su boca.

Era de tarde ya y ella se quedaría a dormir bajo cuentos que inventamos. La noche me parecía que no llegaría. Estábamos juntas en mi cama, ella con mi ropa, ropa que quería romper. Había tanto calor entre nosotras y ella no se atrevía a hablar hasta que me dijo al menos dame la mano. Con sólo tener su mano en mi mano, yo estaba tan excitada, necesitaba tanto de ese momento, ella es más calmada, yo soy de muchos sentimientos físicos que necesito saciar pero siempre queriendo más. Estuvimos por mucho rato con la mano dada con pequeños cariños y fuertes apretones. Yo quería besarla, poco a poco fuimos acercando nuestras caras hasta llegar a un profundo beso y una que otra mordida porque adora morder. Poco a poco nos fuimos compenetrando, ella me decía que era su primera vez pero yo dudaba siempre de eso. Nos fuimos quitando la ropa con vergüenza hasta que pude ver sus grandes y suaves senos que me encanta besar, y recorrer con mi boca y poco a poco bajar hasta su increíble toto tan mojado, era pura agua, mi lengua pedía meterse dentro de ella, sentía sus gemidos bien bajito, y sus movimientos lentos y deliciosos agarrando mi cabello para controlarme. Seguía moviendo su sexy cuerpo tan blanco al ritmo de mi lengua en su grande ,carnosa y jugosa tota, todo aquello para mi. Tantas posiciones para descrubir algo nuevo que me encantaría, y escucharla cuando me pedía más, sin máscaras ni caretas, desnuda una frente a la otra mirándonos a la cara para besarnos, pegarnos para sentir nuestros movimientos y su lengua que dejé que me mojara toda besando cada parte de mi, dándome duro con su clítoris en mi clítoris gemiendo cada vez más fuerte a punto de chorearnos una encima de otra, y seguíamos provocando nuestros cuerpos con tanto roce hasta que nos corrimos de tanta sensación y de satisfacer todo aquel deseo que llevábamos ocultando a ojos ajenos por tanto tiempo. Sensación que quise tener toda la noche con su magnífico cuerpo desnudo. Desde ese día siempre ha sido mi hermosa mujer.

El tiempo pasó y pasó y ella dejó de sentir lo que un día la hizo sacarme este secreto. Ahora somos amigas, quizás mi mejor amiga, pero mis sentimientos no han dejado de desearla, y de al menos querer tener más noches con su mano.