Con un desconocido después de una fiesta

Hola a todos y todas, primero que nada me presento mi nombre es Romina, pero uso como nickname KittenDark, después ya se irán enterando porque me gusta que me llamen así jejeje… bueno antes de comenzar un poco sobre mí. Tengo 22 años, mido 1.65, soy de piel blanca, contextura delgada, una carita risueña aunque de muy puta a momentos jaja, tengo buenas piernas puesto que voy mucho al gym, un culo grande, es lo que más me gusta aunque mis tetas no se quedan atrás, soy copa 42c.

Después de esa descripción ya se imaginarán que soy la que tiene muchas miradas por encima, estoy consciente de lo lujuriosos que se ponen los hombres cuando me ven y me gusta que sea así porque la vida se hizo para disfrutar y yo tengo para escoger en ese sentido.

Mi primer relato sucedió en una fiesta, más bien después de una fiesta… ocurrió allá por el 2017, cuando tenía 18 años, si bien no fue el inicio de mi vida sexual fue cuando me di cuenta en lo puta que me iba a convertir. Estaba en el primer año de universidad y como toda vida universitaria las fiestas y el alcohol estaban ligadas como parte de la vivencia de alguien recién graduada de la escuela.

Llegaba el fin de semana y mis amigas tenían un plan, ya que era el cumpleaños de un amigo en común que teníamos, el cual estaba organizando una fiesta para festejar sus 19, por lo cual alquiló una hacienda para realizar dicha fiesta. El día del festejo ya por la tarde estaba decidiendo que ponerme para asistir a la reunión, la vida fue generosa conmigo y mi desarrollo fue de golpe, por lo cual a mis 18 añitos ya tenía unas tetas voluptuosas y como me encantaba hacer deporte e ir al gym desde mis 15, mi culito de igual manera era grande para mi edad, por lo cual decidí aprovechar eso para vestirme sexy, después de tanto buscar encontré una faldita roja muy provocativa que no usaba desde hace buen tiempo y una blusita negra que era la perfecta combinación para una noche así, para adentro escogí un conjunto de lencería, si bien mi madre me compraba mi ropa interior yo ahorraba para comprarme mis propias bragas, como estas que escogí que era un conjunto negro, constaba de un brasier negro de encaje y una tanguita del mismo color y material.

La noche ya se hacía presente en la ciudad y mis amigas pasarían por mi a las 8 de la noche, por lo que a las 7 empecé a arreglarme, primero tomé una ducha, si bien antes de esa noche había tenido sexo solo 3 veces con un ex novio, durante la ducha sentía mi vagina palpitar, y sin alguna razón aparente me rasuré toda la panocha, llevaba más de un año sin sexo y tenía mucho vello acumulado, al parecer ya era el preámbulo de lo que iba a pasar horas después. Al salir de la ducha fui a mi habitación a cambiarme, empecé por ponerme una crema por todo el cuerpo para oler rico durante toda la velada, posterior a eso pase a ponerme mi lencería, me veía en el espejo como me iba quedando, no tenía intenciones de coger con nadie, la razón era solo atraer miradas y viendo como estaba quedando pues iba a lograr mi cometido. Después me empecé a colocar la faldita, que como mencioné no la usaba en tiempo y como mi culito creció bastante en ese tiempo la fadita me quedaba algo corta, lo suficiente diría yo jejeje, con la blusita encima y mis tetas a punto de explotar, estaba perfecta.

El reloj marcó las 8 de la noches y mis amigas estuvieron puntuales, ellas eran de la misma onda que yo, vestir provocativas, atraer miradas y ellas de vez en cuando tener sexo casual con lo que agarren por ahí… así que al verme recibí piropos y halagos de su parte. El plan que teníamos era ir a “previar” antes de ir a la fiesta como tal, previar es ir a beber unos cuantos tragos antes de una fiesta para poder activarse con el alcohol, así que nos lanzamos a un bar para poder beber algo hasta que sea hora de la fiesta. Ahí no paso nada interesante más que marearnos un poco o mejor dicho más de lo que pensábamos, el alcohol empezó a desinhibirnos y en el taxi de ida a la fiesta nos la pasamos cantando y hablando unas cuantas incoherencias.

Ya en la fiesta, cuando ingresamos el ambiente estaba empezando a prenderse, la hacienda era inmensa y toda la fiesta se estaba desarrollando en el jardín, había unas cabañas al aire libre con mesas llenas de alcohol y un DJ que amenizaba la fiesta, mis amigas y yo nos fuimos poniendo en ambiente iniciando con unos shots de tequila, los necesarios como para perder todo el pudor que me quedaba jejeje. La noche avanzaba y los invitados ya estaban más que encendidos, yo estaba lo suficientemente borracha como para olvidarme que tenía una falda, el DJ empezó a poner reggaetón y mis amigas y yo empezamos a perrear entre nosotras, como estaba totalmente desinhibida apoyé mi culo en mi amiga y empecé a perrearle hasta el piso, la estábamos pasando genial, en eso un grupo de chicos mayores que nosotras, rondaban por los 21 a 23 años se acercaron y nos invitaron a bailar, éramos 5 y ellos eran 5 por lo cual quedaba perfecto.

Iniciamos de forma tímida, tanto ellos como nosotras, bailando con cierta distancia, pero duró muy poco tiempo, los tragos encima sobrepasaron cualquier punto de decencia que me quedaba y cuando menos me di cuenta el me sostenía de las caderas mientras yo le perreaba, restregaba todo mi culote en su verga y sentía como su miembro iba creciendo con cada movimiento que le hacía. El hombre que me sacó a bailar era alto, calculo que medía 1,90, era de tez color canela, de contextura atlética, era jugador de volley en la universidad en la que estaba, por lo cual lo conocía de vista pero nada más.

Después de un rato de estarle bailando de esa forma tan sucia, mi vagina empezó a mojarse, en medio de los movimientos al sentir su verga pude calcular como unos 22 a 24 cm, lo cual me calentó aun más puesto que mi ex novio la tenía corta, solo de 12 cm, por lo que me excitó la idea de sentir una verga de ese tamaño embistiéndome y volviéndome su puta, como si hubiera leído mi mente, él me dio la vuelta y empezó a besarme, yo accedí a la primera, nada de hacerme para atrás, mi mente, mi cuerpo y por sobre todo mi vagina querían sentir una buena verga. Los besos eran apasionados, húmedos y muy calientes, él me metía su lengua hasta la garganta y yo sentía que me asfixiaba a momentos porque sus labios me cerraban toda la boca y por lo desenfrenado de los besos me costaba respirar.

La situación estaba muy caliente, pero fue interrumpida por el cumpleañero el cual tenía una sorpresa para sus invitados, resulta que la hacienda tenía cabañas al fondo las cuales estaban habilitadas para tener sexo jaja, la situación era muy surreal, pero estaba ocurriendo, posterior a su explicación, los meseros pasaron a repartir bolsitas de regalo que contenían 3 condones, 2 bolsitas de lubricante y varias píldoras para la resaca del día siguiente, todos quedaron encantados con sus regalos y posterior a esto la música volvió a sonar, esta vez con canciones de twerk brasilero para encender más la situación, Robert (el chico con el que estaba bailando) me tomó de la cintura y continuó besándome, yo estaba muy excitada, pero no iba ser la que de el primer paso, por lo que me di la vuelta y nuevamente apoyé mi culo sobre su verga para twerkearle, mientras hacía eso recién caí en cuenta de mi entorno, todas mis amigas estaban besándose con los chicos que estaban bailando, incluso una de ellas estaba siendo manoseada sin pena, no me importó, ellas estaban disfrutando tanto como yo y para mi la primera vez que hacía algo así, por lo cual estaba fascinada. Después de bailarle un par de minutos al fin Robert decidió tomar la iniciativa, por lo cual me dio la vuelta y me dijo suavemente al oído:

– “Te parece si nos vamos a una de las cabañas para tener un poco más de privacidad?“.

Yo lo miré y asentí con la mirada, por lo cual me agarró de la mano y me llevó lentamente a una de las cabañas. Ya dentro de una de las cabañas pude ver que tenía una televisión, un mini bar, una cama matrimonial, un baño con jacuzzi… la verdad estaba muy bonita, tenía un juego de luces LED que cambiaban de color cada cierto tiempo, Robert dejó esas luces encendidas, encendió la tele para poner reggaetón y me llevó hasta la altura de la cama, me soltó un empujón que me botó sobre la cama, él se sacó la camisa y pude apreciar su cuerpo, estaba bien marcado, se subió sobre mí y empezó a comerme la boca, después de un rato así fue metiendo su mano por entre mi falda, tocando mi panocha por encima de mis bragas, mis fluidos estaban mojando toda mi tanguita y él lo notó, por lo que llegó a decir:

– Robert: “Al parecer alguien ya esta lista para recibir toda mi verga”.

– Yo: “Sí, la quiero toda”.

Procedió a bajar hasta mi vagina, levantó mi falda y me sacó la tanguita, luego metió su cabeza entre mis piernas y sentí como su lengua paso de arriba hacia abajo, haciendo que mi cuerpo se estremezca y que suelte un gemido muy fuerte, empezó a comerme toda mi panocha, era la primera vez que hacían algo así conmigo, mi ex no hacía nada más que penetrarme por lo cual todo esto era nuevo para mi, las sensaciones eran indescriptibles, empecé a sentir mi vagina muy dilatada, no estaba en mis 5 sentidos y solo gemía como loca, no pasaron ni 5 minutos y sentí como si me iría a orinar, pero era diferente, una combinación de placer muy fuerte, cuando ya no pude más y solté un grito acompañado de un chorro que salió disparado mi vagina directamente en su cara, quedé atontada, pero no pude sentirme apenada hasta que él dijo:

– “Al parecer tú eres de las que les gusta correrse a chorros”.

Ahí entendí que tuve un squirt, si bien no sabía que podía hacer eso, vi varios videos porno donde las chicas soltaban chorros de fluidos en mayor o menor cantidad, por lo que solo alcancé a sonreír con una cara de picara, Robert se levantó con la cara llena de mis fluidos, me tomó de la mano y me hizo sentar en el borde la cama, vi como empezó a bajarse el pantalón y posteriormente el bóxer, su verga se asomaba y cuando se lo bajó por completo, joder! Lo que tenía entre las piernas, era un pene de unos 24 cm, grueso, con la punta más gruesa que el resto del tronco, unas bolas grandes y encogidas por el frío, estaba depilada completamente y ver esa cosa me impresionó bastante, quedé impactada hasta que escuché a Robert decir.

– “Es tu turno, te toca hacerme feliz”.

Yo no era experta chupando verga, menos una tan grande, por lo que la tomé con mi mano y me la llevé a la boca, comencé a lamer la puntita y a metérmela poco a poco en la boca, era muy grande no me entraba toda, pero Robert quería ir por todo y sentí como me tomó de la nuca con sus dos manos y empezó a empujar hacia adentro, haciendo que mi boca se clave de lleno en su verga, me estaba empezando a follar la boca, cada embestida me excitaba más, era increíble la forma en la que me gustaba chupar esa verga y como Robert disfrutaba porque soltaba gemidos de rato en rato, no me entraba completa por lo que empecé a soltar arcadas y cuando me la sacaba de la boca mi saliva hacia un camino hacia la punta de su verga, cayendo un tanto por entre mis labios, además lagrimeaba por la falta de aire haciendo que mi rímel se chorreará por mis mejillas, quedando con la cara de una auténtica puta, el no se venía y tuvo suficiente con la mamada forzada que le di, después de un rato se sacó la verga por completo de mi boca y levantó de una forma brusca, me dio la vuelta y frotó su verga entre mis nalgas por encima de mi falda, me agarró de la espalda y me puso en 4, me empezó a levantar la falda y cuando la suspendió por completo dijo sorprendido.

– “Ufffff que culazo que te cargas, se sentía grande cuando me lo bailabas, pero no pensé que sería tan grande”.

Yo me sentí halagada, la verdad siempre me gustaron los piropos y más en el estado en el que estaba, por lo que respondí inconscientemente:

– “Puedes hacerle lo que quieras, es tuyo por esta noche”.

Eso lo puso como loco y no dudó ni un segundo más, agarró su verga y empezó a frotarla entre mis labios, abriendo mi vagina y palpando mi clítoris, yo ya no aguantaba más quería sentirlo dentro mío, después de un par de frotadas, puso su pene en la entrada de mi panochita y lo metió de un solo empujón, yo me quedé sin aire por tremenda embestida y al principio me empezó a doler un poco, a pesar de estar tan lubricada, pero el dolor se pasó rapidísimo transformándose en placer, el empezó el mete saca, las primeras suave, pero luego inició un ritmo frenético que me estaba poniendo como loca, soltaba gemidos cada vez más fuertes que rozaban los gritos, su verga me perforaba hasta lo más profundo de mi ser, no aguanté más y tuve un segundo orgasmo riquísimo acompañado de un squirt mojando toda su verga y mis piernas, eso le encantaba y me lo hacía notar.

Después de recomponerme el se echó en la cama y me pidió que le montará, yo accedí sin negarme a nada, por lo que agarré su pene y empecé a descender lentamente, era demasiado excitante sentir cada centímetro entrando en mi, cuando me di cuenta su verga había desaparecido, la tenía toda adentro y empecé a cabalgarlo, no era experta en muchas cosas, pero estaba dando lo mejor de mí y a él parecía gustarle, su cara de excitación me lo decía, mientras yo lo montaba me levantó la blusa y pudo apreciar mis tetas, me desabrochó el sostén y empezó a comérselas, entre lo que se comía y respiraba alcanzó a decir:

– “Dios, tremenda puta resultaste, tu cuerpo es fenomenal”.

Yo seguía montándolo gimiendo como loca, aceleré el ritmo y eso hizo que él esté a punto de venirse, cuando estaba a punto me hizo bajar de encima de él, me puso de rodillas contra el piso y empezó a masturbarse, un par de jaladas y soltó un gemido prolongado, seguido de una corrida abundante, me cayó en toda la cara, sobre mis tetas y el piso, luego soltó 2 chorros más menos abundantes pero que siguieron cayendo sobre mi, luego se desplomó exhausto sobre la cama, yo me levanté y fui al baño a cambiarme y lavarme todo el semen, cuando salí el me estaba esperando para irnos, salimos de la cabaña y a la par de nosotros, mi amiga y un amigo de Robert salieron de la cabaña de a lado, mi amiga toda despeinada y con una cara de gloria, los 4 volvimos a la fiesta, ya estaba terminando, por lo que tuvimos que despedirnos ya que la mamá de amiga pasó por nosotras, nos dieron un beso a las dos y nos dieron sus números para salir algún día. Esa noche llegué a mi casa y no pude creer lo que había pasado, me puse a pensar lo mucho que disfruté el sexo y quería saber como obtener nuevas experiencias con encuentros casuales.

Hasta aquí mi primer relato, si te gusto házmelo saber en los comentarios, en mi perfil está mi cuenta de Twitter por si te interesa seguirme jeje… te mando besitos y espero subir un nuevo relato pronto.