Cuando me convertí en la esclava sexual de mi tío

Hola de nuevo, en este relato les cuento de forma resumida las aventuras de amo y sumisa que he vivido con mi tío durante todos estos años.

Ya conocéis mi historia incestuosa con tío Nacho y la manera como se dieron las cosas, la tarde en la camioneta, lo sucedido los días posteriores hasta la primera vez en la que tuvimos intimidad. A partir de ahí han transcurrido más de 10 años y continuamos nuestra relación de amantes de forma discreta.

Confesiones y mucho sexo

Una vez ya convertida en la mujer de mi tío de lo cual quedé encantada desde el principio, saldrían a la luz nuestras confesiones. Le conté de mis andanzas previas a él, las salidas a escondidas los domingos donde me pilló en más de una ocasión.

Mientras nos entregábamos al sexo a mi me generaba un placer inmenso confesarle lo que había vivido con cada uno de ellos, a tío Nacho le encantaba oírme confesar cada cosa, cada detalle de cada encuentro. Mientras me hacía suya me interrogaba: «cuéntame» decía; yo detallaba cada situación, cada pose y el cómo se había dado cada encuentro. Era una mezcla de charla erótica con sexo, además, cuando descubrió que era una adicta al semen no perdía la oportunidad de correrse en mi boca, le encantaba ver mi boca llena de su semen y verme tragarla, se impresionaba al ver lo mucho que me gustaba tomar el semen y hasta el día de hoy le excita tanto.

A mi me mojaba tanto confesarle todo lo que había hecho con Oscar, que había sido el primero al que probé su semen, que sucedió varias veces. Que me cogí a mi entrenador, que cogía muy rico. Tío Nacho se emocionaba y preguntaba «¿y ahora, quién coge mejor?» yo le decía entre gemidos «tú, tío, tú». Le confesé lo de Julián, lo del guitarrista, lo del profesor, lo del morenazo, que me había encantado mucho, que fue uno de los mejores. Nacho preguntó por el tamaño del pene del moreno, le dije que la tenía gruesa y larga, que quería hacerme anal pero que no se lo permití a pesar de su insistencia.

Nacho no me creyó, me hizo jurar que no le dí mi culito a ninguno entonces le juré que no, que sí que habían insistido, que llegaron a meter sus dedos pero que yo siempre los hacía desistir y les ponía mala cara cuando lograban meter sus dedos o intentaban meter su pene. Nacho preguntaba que si no me gustaba, yo le dije que sí pero que no quería anal, no estaba interesada, no me sentía preparada, no tenía confianza de dejarme hacer anal.

Con el transcurrir del tiempo tío Nacho se dio cuenta de lo tanto que me gusta el sexo, me consintió de mil formas tanto dentro como fuera, era su sobrina favorita y en la cama me satisfacía como nadie lo había hecho, se dio cuenta de que coincidíamos en gusto sexual, que me gustaban tantas perversiones, era como encontrar una aguja en un pajar y lo digo por mi aunque él también lo consideró así. A pesar de que era muy jovencita ya deseaba un hombre con el que coincidiera sexualmente en todo, nunca imaginé que ese hombre sería nada más y nada menos que uno de mis tíos.

Un año después era su perra, no su novia, no su mujer, no su amor ni su cielo, yo era y soy su perra. Me encanta ese calificativo dentro de nuestras relaciones sexuales, fuera de ahí somos y actuamos como familia, él mi tío, yo su sobrina.

Así entonces, cuando quedábamos para tener intimidad me convertía en cualquiera de sus fantasías; la sirvienta, la enfermera, la colegiala, la monja, la secretaria, la prepago y un sinfín de fantasías que programábamos con toda la vestimenta correspondiente. Comprábamos toda la ropa totalmente nueva, faldas, vestidos, zapatos, maquillaje, perfumes, accesorios, tanto él como yo estabamos viviendo las fantasías que ambos deseamos cumplir y disfrutábamos al máximo de todo ello, nos metíamos en el papel que nos correspondía, yo amaba la forma en la que él se dirigía a mi cuando actuaba de profesor, de secuestrador, incluso actuó como si fuera mi papá, actuó como policía, como ladrón, como violador y yo lo complací en todos mis roles.

Han sido años de sexo desenfrenado donde no hemos conocido aún el aburrimiento, siempre surge una nueva idea que supera la anterior y tanto él como yo hemos disfrutado al máximo todas las locuras y travesuras que se nos han pasado por la cabeza.

PROSTITUTA

Una de mis favoritas es ser una prostituta, me encanta hasta el día de hoy. Me pone tan cachonda el papel de puta. Yo me quedo en una de las casas, él en la otra, nos llamamos, me habla como si de verdad va a contratar mis servicios, yo le contesto como si en realidad fuera una dama de compañía que ofrece sus servicios, él me cuenta lo que desea, yo le hablo de precios y el día en que programamos la cita no lo hacemos en ninguna de sus casas si no en un hotel donde yo voy a su encuentro, vestida como prostituta, con un poco de riesgo ya que podrían verme conocidos y esa adrenalina casi que me hace correr, llego mojada a la habitación, tío Nacho me trata como una cualquiera, yo me comporto como tal, termino exhausta de tanto sexo, tirada en la cama de algún hotel, empegostada de semen, con mis orificios destruidos de tanto sexo o en la tina, orinada, pues, le encanta orinarme después del sexo, me deja el dinero en efectivo tirado en la cama, se preocupa porque el dinero sea en pequeñas denominaciones para que hacerme sentir más puta y no me permite que le devuelva el dinero, me ordena que me lo gaste en lo que yo quiera. No nos volvemos a ver hasta el día siguiente o a veces pasan dos o tres días debido a nuestras ocupaciones aunque sí que nos comunicamos para saber de nosotros. Es mi fantasía favorita y cada tanto que me provoca llevarla a cabo se lo hago saber o él a mi, pues, también le fascina.

Se me ha mojado el coño escribiendo esto, en realidad es de mis favoritas y disfruto tanto cuando la ponemos en práctica. Algunas personas viven una fantasía y luego se aburren, cosa que no sucede conmigo, me encanta la fantasía de puta y la disfruto tal cual como la primera vez, me encanta el hecho de saberme una puta de verdad, eso sí, en total discreción, creo que eso es lo que realmente me pone cachonda, que todo queda en absoluto secreto. Quisiera seguir escribiendo sobre esto pues me encanta la indumentaria de prostituta pero pasemos a otras vivencias que también han sido emocionantes.

EL VIOLADOR

Tío Nacho tiene otras propiedades, no solo las dos casas que he mencionado en los anteriores relatos. Cuando quiere drenar su fantasía de violador me lo dice, a veces sucede que la que quiere vivir tal fantasía soy yo entonces le cuento. Cuando soy yo la que quiere le envío un mensaje provocador «tuve una pesadilla, me violaban» y ese mensaje lo vuelve loquito, me responde «tal noche, a tal hora» entonces acordamos unos pequeños detalles solamente para que los demás detalles sucedan en el momento con toda la improvisación. Mi tío es muy puntual en todo así que para esta fantasía solo basta dejar la puerta abierta 10 minutos antes de que él llegue, eso me causa miedo pues cuando él llega me somete y siento temor de que en realidad sea otro y no él aunque al someterme ya de inmediato sé que es él.

A veces se presenta con una pistola, a veces con arma blanca (ambas falsas) o a veces simplemente me sorprende por detrás y me somete, me pone cinta americana en la boca, en las manos o a veces me ata con sogas usadas, para el momento ya yo tengo mi coño húmedo y sentimientos encontrados pues, cómo puede ser que me excite con que alguien me venga a violar, de hecho no me gustaría que eso llegara a sucederme pero así somos los humanos o al menos mi tío y yo, tenemos fantasías, tenemos la mente pervertida.

Me meto en mi papel de víctima, hay veces que me ha sorprendido en la ducha y me toma y me somete y me tira a la cama, me encanta el sexo cuando estoy humedecida por el agua, aún con restos del jabón o del enjuague en mi cabello.

Nacho abusa de mi, hace bien su papel de violador y yo de víctima, incluso me permito llorar de verdad, eso sí, se asegura de hacerme correr y de satisfacerme, de volverme loca antes de irse y dejarme exhausta de tanto sexo, me deja atada pero que yo pueda luego liberarme de las ataduras.

Al día siguiente su trato es totalmente distinto, me trata con muchuo cariño, me invita a cenar o me sorprende llevándome un hermoso lugar me hace regalos, me río un montón con sus chistes y cosas, me hace querer estar con él por el resto de mi vida además de asegurarse de que todo lo que hagamos me gusta y que cuando no me agrade algo de lo que él me haga durante el sexo que no me quede callada, que todo el sexo que tengamos y las cosas que hagamos siempre debe ser con mi total consentimiento, que nunca me haría algo por obligación, que nunca me induciría a hacer algo que yo no quiera. Una vez que le digo que descuide que me siento bien con todo lo que hacemos me lanza una frase pervertida «eres la mejor putita que me he cogido» o «fue tan rico violarte anoche», también suele decirme que debería ser actriz de cine, que actúo muy bien cada papel. X)

50 SOMBRAS

Transcurría el año 2015, ya con 23 años había vivido muchas perversiones en lo sexual tanto con tío Nacho como con mis otros tíos a los que él me entregaba de vez en cuando. En ese año se estrenaba la aburrida película de 50 sombras de Grey. Recuerdo que acordamos verla juntos en casa y a ambos nos pareció aburrida, de hecho terminamos esa noche hablando de que nosotros hubiéramos hecho una mejor película que ese par de tontos.

Aunque ya me había comportado como sumisa con mi tío, ya habíamos vivido algunas fantasías de tipo amo-sumisa, se nos ocurrió llevar las cosas a otro nivel.

En cuestión de días mi tío compró un montón de cosas del mundo BDSM tanto ropa para él y para mi como herramientas, juguetes y demás. Le dije que quería vivir cosas más extremas, que quería ser su esclava sexual de verdad.

No voy a negar que sentí miedo y terror entregarme completamente a mi tío para que saciara sus más oscuras perversiones. Fui azotada varias veces, azotes dolorosos que yo permití pues a pesar de que había cierto dolor también me generaba placer, descubrí que sentirme castigada me producía excitación. Así fue que mi tío me introdujo en ese mundo oscuro del BDSM, me ataba, me azotaba, me quemaba con la esperma de velones, me electrificaba con algunos vibradores y en medio de todas las torturas que se le ocurrieron sentí placer, obtuve orgasmos y cada vez deseaba más cosas, me encantaba y me sigue encantando ser una esclava sexual dispuesta a complacer a mi amo.

Mi tío se comportó como todo un profesional, como si llevara toda la vida haciendo estas cosas, me hacía mojar entre torturas y azotes, lograba que yo me rindiera a sus pies.

Claro que también involucró a mis pobres tíos y digo «pobres» porque se les notaba en sus caras la envidia que le tenían a tío Nacho por tenerme a mi a su disposición para todas las cosas que se le ocurrían.

Invitaba a mis tíos a las sesiones donde me ataban, me torturaban de distintos modos y me penetraban oral, vaginal y anal.

Con el tiempo nos aburrimos de mis tíos, yo estaba dispuesta a ser entregada a desconocidos, eso sí, con todas las medidas de seguridad para nuestra salud, tío Nacho siempre ha sido cuidadoso con eso desde que somos pareja.

Así entonces empezamos a vivir sesiones donde invitaba a gente que yo no conocía y les permitía hacerme cosas, a algunos les permitía llegar más lejos, a otros simplemente los invitaba a ver y tocarme hasta cierto punto y a los que les permitía penetrarme les exigía preservativo, si eyaculaban debían hacerlo en mis muslos, nalgas o en alguna otra parte de mi menos en mi cara, reservada solo para mi tío Nacho aunque hubo uno que otro a los que permitió acabaran en mi cara y boca pero eso fue mucho tiempo después y con hombres que según él eran sanos y no los consideraba riesgosos para nosotros.

Desde entonces hemos hecho tantas cosas, cada vez surge una nueva idea que llevamos a cabo donde la entrega a un desconocido se ha convertido en mi favorita, me resulta tan excitante saber que un hombre que no conozco me desea, me toca, me humilla y si tío Nacho lo permite, me coge.

A veces invita a mis otros tíos pero ya no es algo constante como las primeras veces, preferimos que sean otros, pues, las nuevas e inesperadas reacciones de los invitados nos generan nuevas sensaciones tanto a mi como a tío Nacho.

Creo que esto ha sido todo, queridos lectores. Solo quedaría narrarles en futuros relatos algunas aventuras por separado, tanto con mis otros tíos como con gente desconocida, siento que ya he contado de manera general lo que he vivido, ahora pasaría a contarles con un poco más de detalles algunas vivencias, las más interesantes.

Hasta un próximo relato. ¿Cuál os gustaría leer: Yo de prostituta o victima de robo? De todas maneras continuaré escribiendo, esos dos y otros tantos más.

¡Feliz navidad y que tengan un bonito 2023!