Cuando mi suegra me hizo sumiso
Mi suegra Dolores suele venir a casa todos los fines de semana y sé queda a dormir, particularmente mi relación con ella es un poco tensa, siempre está reprochándome lo poco hombre que soy para su hija, etc…..
Ana mi mujer ultima mente parece hacerle caso en todo, el fin de semana pasado, por ejemplo, a petición de mi suegra con la excusa dé un dolor de espalda que tiene, pide a su hija quedarse en mi lado dé la cama dématrimonió.
Mi mujer sin reparos asedio y me manda adormir a otra habitación como un idiota obedecí. En el sexo con mi mujer apenas hay la última vez hizo que me masturbara delante de ella, observe en su rostro como disfrutaba con las vistas.
Excitado por el espectáculo que le estaba dando quise tocarla, pero me lo prohíbe se fue a la cama no sin antes mandarme a limpiar todo lo que había manchado, lo peor vendría al día siguiente. Mi mujer se lo cuenta con todo detalle a su madre, me avergonzó delante de mi suegra, que entre carcajadas burlonas me dice -¡te está bien empleado cabrón!
Quise revelarme y contestar, pero mi mujer me lo impide diciendome -¡a mi madre la respeta me oíste! bajé la cabeza y me quedé sin contestar.Mi mujer tiene el control del matrimonio que perdí yo, cuando me pillo en una infidelidad, y un documento redactado por su abogado.Que dejaba bien claro que se quedaba con todas nuestras propiedades si continuo con las infidelidades etc.… no tuve otro remedio que firmar.
Este fin de semana mi mujer va a salir de compras, antes de irse me advierte-. Mi madre llegara temprano está té atento para que la ayudes con las compras que trae y termina de lavar los platos del desayuno.Desafiante contesto- ¿y si no quiero? mi mujer me mira fija mente y sonríe ¡tú mismo! -dijo mi mujer, mientras cierra la puerta y desaparece.
Como es temprano me entretengo viendo una película de acción, no sé cuánto tiempo ha pasado, oigo golpes en la puerta y recuerdo la advertencia de mi mujer. Me dirijo abrir la puerta rápida mente, al abrir encuentro a mí suegra con cara de enfado preguntándome- ¿no tenías que esperarme en el portal para que me ayudaras con las bolsas? solo pude contestar- se me olvidó y ella respondió- ¡que te olvidaste! Muy listo te crees tú – ¡toma entra las bolsas! ponlas en la habitación pequeña, no dije nada simple mente obedecí.
Mi suegra se dirige a la cocina y me llama, cuando me presento con voz autoritaria -dice ¿porque está la losa del desayuno aun si lavar?¡No te dijo tu mujer que la lavaras antes de que yo llegue! Quise explicarle, pero con una fuerte bofetada se impone, sin pensárselo dos veces me agarra de los huevos con tanta fuerza que pensé que me los iba a arrancar.
Intento separarme, pero ella me lo impide tirando hacia riba de mis huevos ¿pero tú te crees que te vas a reír de mí? ¡contesta cabrón! apuras penas puedo decir- no, ¿no y que más? -dijo mi suegra, no sé qué responder y me quedo en silencio. Mi suegra continúa sujetando con fuerza mis huevos mientras me grita -hoy eh venido expresamente a enseñarte modales ¿entiendes? ¡te vas a enterar quien soy yo! a mis cincuenta y cinco años no hay hombre que se haya reído de mí y menos tu.
Suelta los huevos y me coge de la cara – ¡vamos a empezar ya cabrón! bájate los pantalones y los calzoncillos, intento protestar, pero otra bofetada me ase desistir – ¡que pasa no entiendes que voy en serio! -me grita, obedezco y me bajo los pantalones y los calzoncillos. Estoy en pelotas de cintura para abajo, ponte a lavar los platos -me dijo. Se marcha para la habitación pequeña y al momento aparece con una correa en las manos me la muestra,y me dice -¡como lo hagas mal cobras!.Continua a mí lado hasta que termino de lavar los platos. Los revisa y encuentra algunos con restos de comida -¡inclínate! tardo un poco en decidirme, se sitúa detrás y con la mano me inclina.
La situación es humillante, mi suegra continua con naturalidad -dos por cada plato encontré tres sumas tú mismo. Poco tardo en recibir mi primer castigo a mano de mi suegra, la correa golpea mi culo -cuenta en vos alta ¡cabrón! -me dice. Mi suegra no se reprime me propina los azotes con esmero y yo los cuento en voz alta. Cuando termino de contar los azotes me ordena que vuelva a lavar otra vez los platos.
Dolorido y temblado lavo los platos nueva mente mi suegra los revisa y sonríe, alarga la mano y me coge la polla -vez yerno como sabes hacer las cosas bien cuando pones interés -me dijo Con una sonrisa maliciosa continúa diciéndome -si haces las cosas bien cuando yo te lo ordene sabré como premiarte.
Mientras me habla no dejas de mover mi polla que tarda poco en doblar su tamaño – ¡la tienes grande! -dijo. Sin previo aviso tira hacia arriba de mi polla obligándome a ponerme de puntillas ¡como yo me enteré! que vuelves a meter, ¡esta polla! en otro coño que no sea el de mi hija te la arranco cabrón.
Inmediata mente y asustado contesto – ¡no suegra no volveré hacerlo más! -Te voy a enseñar a ser un buen marido -me dice. Reconozco la voz de mi mujer que acaba de llegar a casa, intento taparme -¡quita las manos! -grita mi suegra. Agarrando mis huevos con una mano y con la otra me da una fuerte bofetada prácticamente quedo paralizado. Mi mujer entra en la cocina con toda naturalidad le pregunta a su madre, ¿que pasa por que tanto escandolo?
-Te dije que a este cabrón le bajaba yo los humos, no hizo nada de lo que pediste – ¡tienes que ser más severa con él! -este se cree que puede hacer lo que le venga en ganas. Le reprocha a mí mujer, por la cara que pone no le gustó nada el reproche de su madre. Yo intento refugiarme en mi mujer suplicándole que le diga a su madre que me suelte – ¡te vas a enterar!¡a partir de ahora mi madre y yo te vamos a bajar esos humos! -te advertí ahora tendrás que vértelas con ella también y si no te interesa ya sabes llamo al abogado y a la calle. Mi suegra ríe a carcajada -jajajajajajaa que pensabas que mi hija te va a proteger de mí, lo tenemos todo hablado ¡tonto! ¿bueno tú dirás que hacemos con él? -pregunta mi mujer a su madre – ¡primero déjame que me cobre los malos ratos que me ha hecho pasar el cabrón este!. Sin soltarme de los huevos me lleva a la habitación pequeña, mi mujer detrás – ¡te lo has buscado de esta aprende mal marido!
Mi suegra se sienta en una silla y me indica que me apoye en su regazo dudo un momento, mi mujer no se hace rogar tirando de mi oreja me obliga a ponerme sobre los muslos de su madre. Atrapa mis piernas con las suyas y me sujeta por la cintura bien fuerte, mientras mi mujer me saca la camiseta y me deja desnudo – ¡alcánzame la correa! -dijo mi suegra. Mi mujer que antes de entregársela me la muestra y me dice- ¡prepara el culo cabrón!
¡Te voy a poner el culo calentito! -Me dice mi suegra, mi mujer me inmoviliza los brazos situándolos en la espalda, yo no paro de suplicar – ¡cayese! grita mi suegra y comienza con los azotes. Continúo suplicando, pero solo consigo que me zurre con más esmero mientras me grita – ¡cayese! Mi mujer riendo a carcajadas y burlándose de mis súplicas también me grita -cállate mal marido, golfo, mujeriego.
Mi suegra hace una pausa, yo continúo gimoteando y suplicando – ¡cállate o continúo calentándote el culo! sin darme tiempo a callarme continúa aplicándose aún más. El dolor es inaguantable ya no puedo reprimir el llanto. Cuando termina la segunda tanda me dice – ¡incorpórate! mientras se ríe de cómo me ha puesto el culo
– ¡Es tu turno! tienes que coger práctica, mi mujer coge la correa y me indica que me incline hacia delante. Como no quedo a su gusto agarra mi polla desde atrás tirando hacia arriba obligándome a subir más el culo y sin soltar mi polla me dice – ¡pon atención! en todo lo que voy a decir porque no pienso repetírtelo. A partir de hoy respetaras a mí madre, dejaras de salir con tus amigos, ¡y harás todas las tareas de casa que te vallamos indicando! y sobre todo estarás a las órdenes de mi madre hasta que termine tu aprendizaje ¿entendido? -me dijo a golpe de correa.
Cuando termina me lleva a la esquina y me dice – ¡ahí te quedas hasta que te avisemos! apagaron la luz y se fueron. Humillado y dolorido me quedo reflexionando de mi nueva situación, me había quedado sin trabajo y mi mujer tiene el control de nuestras propiedades con el documento que me hizo firmar, resignado me dispuse a cumplir el castigo. Tengo que confesar que recordar a mí suegra con mi polla en sus manos me excita al punto que se pone dura quise masturbarme, pero por miedo a que me pillaran lo deje pasar.
Llevo horas en la esquina cara a la pared, donde mi mujer me ha dejado castigado a oscura, deseando que aparezca y me libere del castigo. La voz de mi mujer Ana suena a mis espaldas, me advierte que permanezca en la misma posición sin moverme y sin hablar.
Enciende la luz, se acerca a mí muy lenta mente supongo que disfrutando las vistas acaricia mi culo muy suavemente se toma todo su tiempo. Rompe el silencio dirigiéndose a mí, ¡así me gusta obediente y calladito! mientras me hablaba, paso su mano hacia delante coge mi polla y empieza menearla. ¡¡Mi polla comienza a crecer y a ponerse dura!! te gusta cabrón! mientras aprieta mi polla y me hace girar diciéndome -quiero que me acompañes ¿de acuerdo? – pregunto conteste sí.
Sin darme tiempo a decir nada más tirando de mi polla, me lleva hasta la habitación de la televisión donde está su madre, que ya nos esperaba sentada en mi sillón de descanso con una sonrisa maliciosa. Me planta frente de su madre con la polla tiesa intento taparme con las manos, pero mi mujer me lo impide ¡no te tapes!¡las manos a las espaldas! Ella misma me las lleva hacia tras.
Mi suegra mirándome muy seria y en tono amenazante me dice – ¡aun te queda mucho que aprender yerno!¡pero no te preocupes que ya me encargo yo de enseñarte! baja la mirada su cara se vuelve lasciva ¡la tiene grande el cabrón! Mi mujer me gira hacia ella ¡voy a salir con mis amigas a una fiesta! tú te quedas con mi madre esta noche! para que le hagas compañía y aprendas algo de provecho ¿de acuerdo? -pregunto.
Con la mirada quise suplicarle que no me dejara a solas con su madre – ¡contesta en alto que te escuchemos las dos! de acuerdo contesto de mala gana. – ¡acostúmbrate! por qué vas a pasar mucho tiempo con mi madre – ¡me voy que se me hace tarde mama ¡te dejo a tu yerno. -si hija vete tranquila, pero antes de que salga por la puerta ¿me encargo yo?¡ya sabes! -le pregunta. Mi mujer parece entenderla – ¡es todo tuyo! me da una palmada en el culo y de una forma burlona dice – ¡ya verás cómo te gusta! Hombretón y desaparece por la puerta.
Sin perder un instante me agarra de la polla y me atrae hacia ella y muy seria – ¡esta noche vas a saber quién es tu suegra! vete y tráeme las bolsas que traje esta mañana, obedecí sin decir nada no quería enfadarla. Cuando las tuvo en sus manos rebusca en ellas – ¡gírate! y pon las manos en la espalda, con una cuerda me amarra las muñecas con fuerza, -me hace daño suegra, me atrevo a decir me abofetea – ¡te aguantas! ¡a partir de ahora me llamas querida suegra! ¿entiendes? el respeto que me impone esta mujer me deja mudo. Otra bofetada hace que reaccione y conteste rápidamente – ¡si querida suegra are lo que usted me ordene! Me muestra la correa – ¡la reconoces si vuelves a quejarte o resistirte cobras con ella y no creas que me faltan ganas! -sonríe maliciosamente sabe que ya me tiene a su voluntad.
Mi suegra es de cuerpo corpulento y fuerte, de espalda anchas con un gran culo de forma cuadrada, sus muslos anchos y gruesos, el pecho es pequeño pero erguidos, de barriga gruesa, alrededor de 90 kilo con una altura de 1,70. El corte de pelo lo lleva muy corto de forma varonil y teñido de pelirrojo. Continúa hablándome y me dice- ¡arrodíllate! que vas a rescindirme de tantas malas palabra y gesto contra mí durante tantos años. Se recoge el camisón hasta la cintura se quita las bragas negras de encaje, mete las manos entre el camisón y se quita el sujetador, pero no deja ver su pecho.
Se sienta el sillón con el camisón recogido hasta la cintura, reclina un poco más el respaldo, y se ha cómoda. Abre las piernas y me indica que me situé en medio, con una mano agarra mi cabeza por los pelos, y me muestra su coño pobre en vello púbico de color negros y grises.
Me dice – ¡te vas a comer el coño de tu suegra! sin esperar respuesta mete mi cara entre sus muslos y la oprime contra su coño, mientras continúa diciéndome- ¡come! De rodillas y con las manos atadas a la espalda poca resistencia puedo ofrecer, comienzo a lamer sin muchas ganas y poniendo poco interés. Mi suegra se da cuenta tira de mis pelos y saca mi cara de sus muslos me propina una bofetada y me recrimina que pongo pocas ganas, sin esperar vuelve a meter mi cabeza entre sus muslos diciéndome comienza a comer con ganas.
Esta vez comienzo a lamer con ganas recorro con mi lengua toda la superficie de su coño, poco a poco comienza a humedecerse su fluido viscoso me parecen un poco salado. Exploro todos sus rincones localizo su clítoris con mi lengua, noto como sus dedos se aferra a mis cabellos y me dice – ¡hay en el clítoris lame despacio y suave! continúo lamiendo el clítoris muy suave y despacio como me ha ordenado.
Mi suegra comienza a gemir con unos ahogados y cortos- ¡oh, oh, oh ¡, sin soltarme del cabello presiona a un más el coño contra mí boca sus gemidos cada vez suenan más altos y largos ¡ooooooh, ooooooh! que no reprime. Sus movimientos son compulsivos y frenéticos, comienza a correrse como una bestia con largos ¡aaaaaaaaaah, aaaaaaaaaaah!, su fluido entra en mi boca, calientes y viscosos, sin intención de liberarme, me ordena que me los tragases, cumplo sus órdenes y me los tragos.
Con una sonrisa me dice- ¡aprovéchalos bien, porque esta noche no probaras otra cosa! ¡ahora limpia este desastre con la lengua! me hace lamer sus muslos hasta que los dejo sin restos de fluido vaginal. Cuando termino me aparta a un lado, y se va al baño oigo el agua correr se está duchando, Yo mientras continuo de rodillas no me atrevo a levantarme.
Continuara.