Deseos en el transporte público

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Hola a todos, para empezar les doy las gracias por leerme, me gusta contar mis experiencias porque las disfruto mucho y espero que los que las leen también lo hagan. Soy una chica morena, de unos 1, 60 de alto, delgada con el cabello a rulos preciosos, me gusta hacer deporte así que mis nalgas están bien duras y mi abdomen plano, senos pequeños pero firmes y debo confesar que muy sensibles. Escríbeme a mi correo [email protected], empecemos.

Esta experiencia ha sido de las más ricas que he tenido, un día de camino al trabajo me quedé pensando en el tiempo que tenía sin tener sexo rico y sin control, más de un mes, era casi virgen de nuevo, ya que soy tan estrecha que cuando algo entra a mi vagina no lo quiero sacar, me distraje pensando en lo rico que sería tener un pene en mi boca y otro en mi culo en ese momento, tanto me lo imaginaba que pase mi parada en el bus y termine en la última parada del bus, solo yo y un señor de maximo unos 35 años, tenía una barba que hacía que su rostro se viera muy sensual, era alto, lo cual me prendía, cuando bajamos del bus y se percató de que estaba perdida me dijo:

– Hola, no eres de por aquí, no te había visto llegar hasta el final de la vía.

No me quedo otra opción y admitir que estaba bien perdida y que ya no llegaría a mi trabajo, me miró de pies a cabeza y sentí como mis pantys se ponían húmedas mientras él me miraba, me dijo que lo acompañara a su casa y que allí podía esperar que llegara el siguiente bus en salir, que sería en 2 horas más o menos, yo no pude negarme, tampoco quería hacerlo, me provocaba demasiado aquel hombre alto, solo me imaginaba que tan grande sería su pene y que era justo lo que desde temprano estaba necesitando.

Cuando entramos a su casa me ofreció algo de beber, yo no quería nada que no viniera se sus bolas, lanze mi mano un poco más lejos y toque su pene, sentí algo tan grueso que me espante un poquito pero se me mojaron aún más mis pantys, me dijo:

– No provoques algo que no es de tu talla.

– Como sabes cuál es mi talla? Le pregunté mientras volvía a pasar mis manos sobre su pantalón esta vez por más tiempo.

– Eres pequeña, me gustan los espacios pequeños.

– Yo tengo un espacio pequeño que creo te gustará, es tibio y apretado.

Le dije eso y metí mis manos dentro de su pantalón, cuando tome su pene en mis manos me asombro que fuera tan grueso, se me hacia agua la boca, así que lo saque de sus pantalones me arrodille frente a él y empecé a hacerle un oral, el sabor era salado y fuerte, delicioso, lamía desde la base hasta la punta, me dio varias cachetadas con aquel grueso pene, le pedí que se sentara para seguir comiéndole el pene que era de los más deliciosos que había probado, creo que era por el tiempo sin probar uno, chupe sus bolas y el tallo de ese gran pene, de repente me toque mi vagina que estaba súper mojada mientras seguía mamandole su verga a ese hombre, era el momento, me abrí de piernas frente a él y me senté sobre la punta de ese pene que de un empujón fuerte de él entró completo en mi, me dolió un poco, se me salieron un par de lágrimas pero seguía disfrutando cada vez más de que ese pene me estuviera destrozando por dentro, no lo puede evitar!!! Me corrí sobre el, pero él no se detuvo, me sujeto de las caderas y me siguió dando más y más fuerte ya no resistia, me dolía y me gustaba, jalaba mi cabello y chupaba mis senos, mordía mis pezones y me hacía gritar, seguía dándome duro hasta que paro solo para tirarme sobre la mesa y subir mis piernas sobre su pecho y hombros, entro con más fuerza y más profundo que antes, me corri de nuevo en seguida y el seguía dándome, volví a correrme y casi perdiendo la conciencia me dijo que iba a venirse y que donde quería que lo hiciera, me encanto tanto como me cogía que le tome el cuello y apreté más mi vagina.

– Hazlo dentro, déjame llena de tu semen, lo deseo, hazlo, quiero sentir tu lechita dentro de mi.

Se corrió con tanta fuerza dentro de mi que pude sentirlo, fue riquísimo, casi estaba por caer desmayada cuando lo vi ponerse su pantalón y decirme que el próximo bus estaba por llegar, me dio un poco de agua, me vestí y me acompaño a la parada, me dijo que me merecía una segunda oportunidad con el porque le fascino mi vagina y mis orales, que mañana volviera en el mismo bus a la misma hora, que el estaría allí y que prepara mi culito porque le iría por el después, pero eso es otra historia.

ViviG.