Hermione busca semen como ingrediente

—Para vuestro alivio, y sobre todo para el mío, la lección de hoy termina aquí —pronunció Snape acabando la clase—. Solo me queda comentar una última cosa antes de que os vayáis a vuestras habitaciones: mañana mismo empezaremos con una nueva poción, la que está descrita en la página 263 del libro. Esa poción necesita un ingrediente digamos… especial… — Snape miro las caras de los estudiantes—. Ya supuse que aquí nadie adelanta el trabajo, nadie ha al menos ojeado esa página, y no sabéis de qué poción os estoy hablando.

Hermione levantó la mano.

— Señorita Granger, ¿sabe usted a qué ingrediente me estoy refiriendo?

— Sí, profesor. Supongo que se refiere al esperma humano.

Ron y Harry que estaban totalmente agotados después de una clase doble en la que Snape no paró de gritarlos empezaron a escuchar con mucha atención al oír lo que ha dicho su amiga. No solo ellos, sino toda la clase ha empezado a mostrar de repente mucho interés en el tema. Era difícil discernir qué caras mostraban más confusión: si las masculinas o las femeninas.

— Efectivamente señorita Granger. Para la poción que vamos a hacer mañana necesitamos semen humano. Supongo que los caballeros no tendrán problema para traer a la clase de mañana una muestra de dicha sustancia. En cuanto a las damas, obviamente no pudo exigirlo, así que podrán usar unas reservas qué hay en el almacén. Aunque debo decir qué cuanto más fresca es la muestra, más rápida es la síntesis de la poción, y también más poderoso su efecto. Las reservas que hay en el almacén llevan ahí más de una década y con ellas la cosa no suele salir muy bien. —Snape hizo una corta pausa mirando las caras de las chicas. —Así que, si las damas pueden conseguir dicha sustancia de otra forma, es más que bienvenido. No os tenéis que preocupar, ya que ni la procedencia, ni la información genética que esa sustancia lleve es importante para la poción. Lo deseable es que sea fresco. Podéis coger los tubos de ensayo de la gradilla, para traer mañana en ellos la muestra. —acabó Snape.

Harry y Ron cogieron los tubos de ensayo, y salieron de clase para dirigirse a la sala de estar de Gryffindor. Hermione les dijo rápidamente que tenía que pasar por la biblioteca y antes de que le les dice tiempo a responder se alejó a un paso rápido.

— Harry, ¿cómo vamos a hacer esto? —preguntó Ron.

— ¿El que?

— Lo de la muestra de semen.

— Pues con una paja Ron, no creo que debería enseñarte.

— Sí, claro, hasta ahí llego, pero no sé… me resulta muy incómodo.

— A ver, es bastante asqueroso, pero a estos niveles no me sorprende nada. Peores cosas hemos tenido que usar.

— Tienes razón, pero no sé… ¿Y si alguien no se hace pajas?

— A ver, Ron, todos nos las hacemos. Obviamente es un tema bastante íntimo, pero tampoco nos engañemos, es algo que hacemos todos a diario, tampoco nos debería dar tanto miedo y en el mundo de los muggles se toma como algo más natural — hizo una pausa. —Mira, en el pasillo de ahí hay unos baños al final, que casi no se usan, porque aquí hay poco flujo de gente, si quieres entramos, conseguimos la muestra, y ya nos olvidamos de ello.

— Venga vale, si tú lo dices… —Ron no parecía muy entusiasmado. — Pero nos ponemos en las cabinas más alejadas una de la otra eh…

— Obvio, obvio. Aunque hemos pasado por tantas cosas juntas no creo que nos debería dar miedo o vergüenza precisamente esto. ¿Que por cierto, tú en quién vas a pensar mientras te la vas a estar haciendo?

— Yo… eh… bueno, creo que ya te puedes imaginar.

— Venga dilo —sonrió Harry.

— Pues en Hermione. ¿Qué pasa, hay algún problema o qué?

— No, obviamente ninguno. Si yo creo que todo el curso se hace pajas pensando en ella.

— ¿Tú también vas a pensar en ella ahora entonces? —dijo ron acercándose al baño y abriendo la puerta.

— Mmm, no sé no creo —dijo Harry entrando después de Ron y cerrando la puerta.

— ¿En quién entonces?

— En Ginny.

— Tú quieres que te parta la cara no?

— Oye, Ron, deja de hacerte un hermano defensor. Si en verano, en tu casa, varias veces te diste cuenta de que la estaba metiendo mano y no dijiste nada.

— Pero tampoco puedo pasar por alto que me digas cosas así a la cara —dijo Ron poniendo cara furiosa, pero sin notables ganas de entrar en un conflicto.

— Tranquilo hombre, tu piensa que es un cumplido a tus genes y a tu familia. Además, tío, justo hoy por la mañana me crucé con ella por las escaleras. Ella estaba subiendo y yo bajando. Justo cuando estábamos en tramos contiguos me paré un segundo y miré arriba en plan pensativo y justo le vi las bragas debajo de su falda. Entenderás que tengo que amortizar esa imagen en mi cabeza.

— Bueno venga vale lo que tú digas —soltó Ron calmándose.

— Tú haces lo mismo con Hermione a veces.

— Sí, no lo niego. Pues venga —dijo entrando en la última de las cabinas. —Feliz paja pensando en mi hermana.

— Jajaja, igualmente espero que le des duro a la zorrilla de Hermione en tus fantasías.

— No lo dudes.

Al día siguiente, por la mañana, Harry estaba volviendo solo después de un entrenamiento de quidditch pasando por casualidad por el mismo pasillo poco transitado en el que estuvieron con Ron ayer. De repente detrás de unas columnas escucho un “Psst, psst, Harry”.

— Hombre, Hermione, ¿qué haces aquí? ¿No íbamos a quedar ahora para desayunar juntos y con Ron?

— Sí, pero antes me gustaría hablar de un asunto personalmente contigo.

— Ehm, soy todo oídos.

— Harry, quiero tu esperma.

A Harry le hizo bastante gracia esa frase, pero se aguantó las ganas de hacer una broma cutre e incluso pudo resistir poner una sonrisita estúpida.

— Te refieres para la clase de Pociones, ¿verdad? Ehm, bueno, no hay problema, pero no prefieres usar el de las reservas de Snape?

— Él mismo dijo que eso estaba super caducado y que cuanto menos fresco era, peor salía la síntesis —dijo Hermione. —A mí me importa que las cosas salgan bien, así que prefiero tener algo más fresco.

— Y tanto que más fresco —admitió Harry. — Vale pues después de desayunar paso por el dormitorio y te lo bajo.

— Espera no hace falta, ya lo cogí yo —con una voz tranquila Hermione sacó de su bolsillo el tubo de ensayo de Harry con el semen que él se sacó ayer pensando en cómo le hacía amor a Gynni encima de la cama de Ron.

— Ahh, ¿cómo? ¿Te has metido en el dormitorio de los chicos?

— Sí, porque antes de preguntaros quería comparar quién de vosotros dos tenía más cantidad. Tú tienes casi el doble que Ron. Sí se lo pidiese a él se quedaría casi sin nada el pobre, y para mí probablemente tampoco sería suficiente.

— Ah entiendo. Pues nada, quédate con cuanta quieras, si es que seguro que te saldrá la síntesis mejor que a mí.

— ¿Vale, te parece que entremos a estos baños y me ayudas a pasar la mitad? No tengo un embudo ni nada, solo traigo otro tubo de ensayo limpio para trasvasar, así que necesitaré tu ayuda.

— Claro, sin problema.

Dentro del baño Hermione sacó el tubo de ensayo vacío y pidió a Harry que lo sujetará mientras que ella quitó el tapón del tubo de Harry de ayer y le dio la vuelta para que el semen vaya cayendo en el tubo limpio.

— Oye, esto no sale —dijo ella viendo que el líquido blanco era muy espeso y no pensaba caer en el tubo solo por la fuerza de la gravedad.

Hermione hizo un par de movimientos bruscos con la mano para que bajase más rápido.

— Eyy, espera, cuidado que así va a ser difícil de encestar —dijo Harry preocupado.

— Lo que es difícil es que salga del tubo —dijo Hermione impaciente porque lo único que conseguía es que el líquido se acumulase en el borde del tubo, pero sin caer.

Apuntó el tubo hacia su cara cerrando un ojo para verlo por dentro desde arriba.

— Qué mal huele en sí — dijo haciendo un último movimiento brusco apuntando el tubo hacia ella.

Harry no vio cómo pasó, pero en el siguiente instante la cara de Hermione estaba cubierta del contenido de dicho tubo. Dos chorros blancos estaban en su frente, un hilo en diagonal le cruzaba toda la cara pasando por encima de la nariz, y otra mancha acabó en sus labios. Un par de gotas habían terminado en la camisa y la corbata. En su mano sujetaba el tubo de ensayo prácticamente vacío, solo con pocos pegotes en las paredes.

— Genial, Hermione, nos hemos quedado sin muestra los dos. Te dije que tuvieras cuidado —dijo Harry con tono de reproche. Al mismo tiempo para sí mismo estaba pensando que la cara de su amiga cubierta de su propio semen probablemente fuera un espectáculo todavía más morboso que las bragas de Ginny que consiguió ver ayer en las escaleras.

— Sin pánico —dijo Hermione que parecía estar todavía en shock de notar el espeso líquido en su cara. Sin embargo, el hecho de quedarse sin el ingrediente más importantes en la práctica de hoy le hizo recobrar la mente fría muy rápido. — ¿Podrías sacarte más ahora?

— ¿Eh?

— ¿Que si pudieras masturbarte y eyacular ahora?

— Bueno, eh… sería un poco difícil, ayer ya puse todo el empeño en ello, no sé si hoy me saldrá mucho.

— Que mal.

— A ver, lo puedo intentar, pero… quédate aquí.

—¿Por? ¿Para qué?

— Bueno pues porque la presencia de una chica guapa que me vea hacerme una paja es algo excitante y podría ayudarme a acabar más rápido y con más cantidad.

— Ah. Por una parte gracias por el cumplido con lo de “chica guapa”, pero por otra yo pensaba que solo me verías como una amiga, no sabía que podía despertar también en ti un morbo sexual.

— Pues sí, puedes.

— Vale, pues me quedo si eso te ayudará, ¿solo tengo que mirar no?

— Sí.

— Vale, dame un momento. Me limpio, que no quiero que se me seque esto en la piel.

— Esper, Hermione, no te limpies. Quédate así como estas ahora. Me da más morbo que sigas con mi corrida en la cara.

— ¿Qué dices, pervertido?

— Por favor, es tu culpa que estemos en esta situación, al fin y al cabo. Acabo de volver de quidditch, estoy bastante agotado, si quieres tener una muestra rápido necesito un estímulo visual bastante fuerte no te pido hacer nada impropio simplemente quédate así.

Se veía que Hermione estaba indecisa y su cara expresaba dudas, pero al final accedió.

— Bueno vale.

— Ponte de rodillas, porfa, para que te vea bien mientras lo hago.

Ya sin rechistar Hermione se puso con sus desnudas rodillas encima de las frías baldosas de mármol de las que estaba hecho el suelo del baño. Harry se acercó a ella. Justo quedaron en el centro del baño, entre las filas de las cabinas y los lavabos. Harry se desabrocho el cinturón, abrió la cremallera y sacó su pene. Se empezó a masturbar lentamente.

La cara lefada de Hermione quedó justo a la altura de su polla. Ella lo miraba con sus claros ojos y con una expresión facial de paciencia tranquila, como la cara que pone cuando un profesor en la revisión de examen le dice que no tiene nada que comentar porque el examen está perfecto.

Harry masturbaba su polla muy cerca de la cara de Hermione. Un ligero movimiento a la izquierda y su glande le podría tocar el pómulo derecho. Un movimiento más brusco y podría tocar e incluso entreabrir un poco los labios de su amiga. Imaginando esto Harry notó que está llegando al orgasmo.

— Me corro, me corro — empezó a gemir él.

— Espera —dijo eso asustada Hermione. —¿Y el tubo de ensayo? ¿Dónde está el tubo de ensayo?

— Ahhh —solo expulsó Harry.

Hermione dudó medio segundo, pero no más. En un rápido movimiento introdujo el glande de su amigo en su boca y dejó que descargará todos los disparos de su semen en ella. Uno tras recibía los chorros templados dentro de ella sin dejar que escapara nada. Harry estaba con ojos cerrados moviendo lentamente la polla para sacar las últimas gotas que estaban saliendo de su miembro. Hermione succionó el glande con sus labios, para dejar seca incluso la punto después de lo cual y se apartó de Harry y se levantó. Tenía la boca llena y no podía hablar. Con las manos hizo un gesto interrogativo de tipo: ¿Ya está? ¿Ya has acabado?”.

—Sí, sí —dijo Harry con una voz medio asustada. —Esto es todo.

Entonces Hermione apuntó al bolsillo de Harry e hizo un gesto de “Dame eso.” En el bolsillo Harry había guardado el tubo de ensayo limpio que había traído Hermione para el trasvase.

— ¿Que? Ah, el tubo. Ostras, perdón, me distraje, se me ha olvidado sacarlo a tiempo —dijo sacando del bolsillo el tubo limpio y dándoselo a Hermione.

Ella cogió el tubo, lo acercó a la boca y escupió parte del semen de Harry mezclado con su saliva a él. Luego cogió el tubo de la corrida original y escupió lo que quedaba en su boca en este. Los puso a la par delante de sus ojos y después de ver que más o menos tenías cantidades iguales puso cara de satisfacción.

— Ahhh —por fin procesó Harry. —Te lo has tragado para que no se perdiera y pasarlo al tubo.

— Hombre, no crees que habrá sido por placer —dijo Hermione taponando el tubo y guardándolo en el bolsillo de la capa. Se acercó al lavabo, se enjuagó la boca varias veces escupiendo y empezó a limpiarse la cara de la corrida del tubo de ensayo original. —¡Oye guarda eso! —dijo girándose y viendo que Harry seguía con el pantalón desabrochado y su pene por fuera.

— Perdón, perdón —dijo apresuradamente Harry al que se le empezó a bajar rápidamente el calentón después de correrse por la segunda vez en menos de 24 horas. —Oye, Hermione, discúlpame… no tenias por qué… sabes los tíos cuando estamos hot, hacemos bromas estúpidas.

— Tranquilo hombre, no te disculpes. Tenías razón, has acabado bastante rápido —aseguró terminándose de limpiar. —Lo único que me preocupa, que mezclado con saliva pueda tener otros efectos secundarios en la poción.

— ¿Entonces no te enfadas porque me haya corrido en tu boca?

— Que no, pesado. Venga, vamos a desayunar.