Hermosa y excitante noche de Halloween

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Menuda noche de ‘Halloween’

Siempre he dicho que, mis mayores experiencias, ya sean buenas o malas, han sido, mientras estaba estudiando mi carrera universitaria en Madrid. Ciudad que quizás como capital, me han demostrado que, están mucho más abierto en mente que otras provincias, habiendo ‘ciertas’ libertades, o pensamientos diferentes. Pero al mismo tiempo hay mucha más violencia, siendo mucho más permisivos en algunas cosas.

Lo que a continuación os voy a relatar, debo deciros que me ocurrido durante mi tercer año de carrera, año que entre los estudios y mi ‘trabajo’ (digamos, algo parecido a ser becario), no me quedaba mucho tiempo libre, y esté lo aprovechaba lo máximo posible. Y os cuento esto, pues cuando tengo oportunidad de divertirme, suelo hacerlo sin ponerme una venda en los ojos, dándome por sacar la casa por la ventana. Pero bueno, vamos a lo que vamos, vale…

Los hechos ocurrieron a escasos días del comienzo de noviembre, cuyo día uno de ese mes es la víspera de todos los santos, y como víspera de ‘Halloween’ al grupo de amigos, nos dio por disfrazarnos como es obvio. Y dándonos por preparar todo a una semana del día señalado, aprovechando el tiempo que teníamos libres para ir preparando las cosas.

Cuyas ideas iniciales eran unas, pero que, tras el cachondeo de algunos, acabamos la mitad influenciados por las chicas. Sobre todo, cuando se les ocurrió intercambiar disfraces, y joder, menuda semana que llevábamos, pero, para resumir, deciros que todo comenzó ese mismo viernes día treinta y uno (víspera de ‘Halloween’). Y cuyo disfraz, como bien sabéis, no se hizo esperar, pues me lo tuve que intercambiar con una de mis amigas, cuyo disfraz suyo era de ‘vampiresa’, mientras ella iría de ‘ataúd’. Y que, por suerte, no iba a hacer el único que iría del sexo contario, no habiendo de esta manera cachondeitó.

Ya que mi amigo y compañero Ernesto, tuvo que ir de ‘muerta viviente’, mientras su novia iría de ‘hombre lobo’, mientras los demás, escogieron disfraces variados, como el resto de las mismas chicas. Y cuando salimos, comenzamos a deambular de bar en bar por la Gran Vía, bueno entre otras calles, deseando acabar en alguna discoteca. Y aunque hace años de aquello, no es motivo para olvidarlo, pues la experiencia no lo merece, y os digo el porqué, bueno mejor os la contare… vale.

Mirad, recuerdo que como he dicho anteriormente, íbamos de bar en bar, dándonos cuenta de la multitud que había en cada uno de estos locales. Dándonos por quedar en ‘tal’ discoteca en el caso que alguno se pierda, cosa que a medida que entrabamos de un local e íbamos a otro, raro era el que no se distraía con alguna, y acababa por separarse.

Y ahí, como digo yo, comienza el ‘kit’ de la cuestión, pues recuerdo como en uno de estos bares, me separe del grupo, no porque me haya atraído alguna chica, sino por ir a mear. Baños cuya cola llegaba hasta la misma calle, refiriéndome a la puerta trasera, cosa que me toco estar.

Y en un momento dado, se me acerco un par de tíos que no dejaba de increparme, no dejando de meterse conmigo en referencia a mi disfraz. Ya que al principio me tomaron por una chica, cosa que, con el paso de los minutos, no me quedo otra que hacerles ver que soy un chico, y que esa apariencia es parte del disfraz.

Chicos que no se lo tomaron muy bien, ya que otros, acabaron por reírse y aunque no de ellos, pero sí de mi atuendo, felicitándome por el disfraz, pues no dejaban de comentar lo bien logrado que está. Y cuya conversación con estos, me hizo olvidar a aquellos dos, mientras avanzaba la cola al servicio.

Y que, en un momento dado, aquella puerta trasera con la cual accedíamos al baño, acabo por cerrarse, quedándonos el resto prácticamente en la calle. Y recuerdo que en esos momentos mi pataleta no me sirvió para nada, pues la verdad es que me orinaba encima.

No quedándome otra que, dándome por irme, tomando dirección a la discoteca, pero mientras caminaba, no dejaba de estar atento, buscando un lugar donde orinar, pues mis pintas no eran precisamente para sacarla y echar una ‘meada’. Y aunque os acabo de decir que no era plan, también os debo decir que miento, pues tras cerciorarme que nadie me ve, me da por adentrarme en aquel callejón. Dándome por mirar nuevamente hacia atrás, asegurándome que nadie se ha percatado, y lo más importante que nadie me sigue, y divisar como a mitad se ve una hilera de contenedores de basura.

Y es llegar, y darme por meterme en el hueco que, hay entre los contenedores de cartón y el de ropa, dándome por meterme detrás de estos, y fue entrar y toparme con un tío detrás. El susto fue enorme para ambos, ya que ni él esperaba mi presencia, y menos yo que hubiera alguien detrás.

Y recuerdo que, ante las preguntas de este primero, palabras llenas de iras e insultos, y que por mi parte eran disculpas y justificaciones, y que hasta se me quitaron las ganas de mear. Y más aún, cuando me dio por darle la espalda unos minutos, pues ignorándole quise marcharme.

Y sentí el dolor de como tiran de mi por mis cabellos, tirón que me hace retroceder y al mismo tiempo caer hacia atrás, dándome por intentar arrodillarme, cosa que logro sin llegar ni a creérmelo. Y ver a ese individuo como valiéndose de mis cabellos, tira no solo una vez sino hasta dos, como a modo de llamar mi atención, cosa que logra.

Y como si fuera yo la campana de un campanario, tira y me acerca hacia su polla, verga mal oliente a orín y a algo vomitivo, y aun sabiendo sus intenciones, me resisto. Pero esté que, no se cansa de tirar hasta que logra como me meto entre arcadas y nauseas su polla en mi boca, dándome por cogérsela por la misma base a modo de no tragármela entera… uuummm!!.

Y que esté, no solo presiona mi nuca a modo de hacerme tragármela entera, sino que, al apartarme por evitar chupársela, no solo me da insulta, sino que coge y me da dos bofetadas. Y si os digo que me quede en blanco, no os miento, pues no solo me dolía las mejillas de los golpes, sino que me pitaban hasta los oídos.

Y tras tirar de nuevo de mis cabellos, me hace volver a metérmela en la boca, no quedándome otra que chupársela una vez tras otra, mientras este gemía y suspiraba, no dejando de insultarme y de forzarme… uuummm!!.

Y recuerdo, como no dejaba de introducir su brazo entre mi prenda y mi vestido, dándole por acariciar mi pecho y pellizcar mis pezones, mientras intentaba hacerle comprender que soy un chico. Y esté, como si lo supiera, no me dejaba de decir…

“Joder que bueno estas… marica, no veas como hoy por ‘Halloween’, te vas a convertir en un monstruo de verdad”.
Dice, mientras me fuerza a tragarme aquel pollón en su totalidad, resistiéndome al principio, pero tras sentir como le da por pisarme mi entrepierna, ¡acabo cediendo… ooohhh!!. Hombre que no era de los míos, quizás sea ese el motivo por mi rechazo, no era un madurito, sino estaría entre los treinta y tantos y los cuarenta años. Alto, y fibroso, lleno de tatuajes, y rapado.

Personaje que tras sacarme con violencia su verga de mi boca, coge y le da por darme dos nuevas bofetadas, y escupirme, mientras anonadado no reacciono. Y en tras un par de tirones, coge y le da por hacer mis prendas harapos, dejándome prácticamente en ropa interior… uuummm!!. Y mientras se coge su miembro, le da por soltarme…

“Veo que te tomas el disfraz muy en serio, ya que te has puesto hasta ropa interior de tía, ¡con medias y ligero… eeehhh!!”.
“Menudo putón estas echo”.
Y tras un empujón, acabar por decirme…

“Menuda putita estas… echa, no te preocupes que yo me encargare esta noche de hacerte mujercita… ja ja ja”.
Y tras tirar de mi nuevamente de mis cabellos, tomándolo como una ‘herramienta’ para doblegarme, tira de mi hasta echarme sobre unos pallets de madera. Y sentir con cierto dolor, como le da por colocar su pierna flexionada sobre mi cuello, dejándome prácticamente sometido, y liberando de esta manera su mano sobre mis cabellos.

Dándole ahora por tirar de mi prenda interior, rompiendo mis braguitas, y quedándome con el resto, comenzando ahora por golpear mis nalgas. Y sentir como me arden mis glúteos de los mismos golpes, glúteos que finalmente le da por separar, y escuchar al mismo tiempo que los siento, como le da por escupir. Ensalivado que le sirve para lubricar mi orificio, encargándose este con sus dedos… ooohhh!!.

Y no sientes precisamente uno, sino como disfruta en introducirme dos, e intenta hasta el tercero, mientras lo disfruto en silencio, no dejando que este se dé cuenta… ooohhh!!. Treintañero que entre amenazas, me hace entender que no debía de moverme si deseaba seguir respirando, y acto seguido sentir aquella polla que hace un rato tragaba… aaahhh!!.

Polla que le costó introducírmela, pues tras la presión por su parte, y no me refiero a intentarlo no solo dos o tres veces, sino muchas más, acabo por sacármela y tras un par de escupitajos, volvió a la carga… aaahhh!!. Y tras entrarme, comenzar a follarme, penetrándome con fuerza, mientras llevado por el mismo placer, le daba por palmear mis nalgas, o incluso pellizcar mis pezones… uuummm!!.

Chico que se le notaba lo informa que estaba, pues no recuerdo cuanto tiempo llevábamos, no mostrando efectos de cansancio, sacándome su polla de mi dolorido orificio… ooohhh!!. Tirando de mí hacia él, mientras le daba por decirme…

“Vamos a cambiar de posición que, me duelen las piernas”.
Dice, mientras le veo como se deja caer al suelo, y tirando de mi hacia él, me hace introducírmela, quedando de espalda a él, tomándome de la cintura y comenzar a moverme… ooohhh!!. Sintiendo esa polla como me entra y sale, como su glande golpea mi próstata una vez tras otra, mientras me maldice…

“Ostia puta, como me gustaría follarte a pelo, y poder preñarte… uuuffff!!”.
Y no dejar de follarme, acabando por decirme al cuarto de hora…

“Bueno chaval, vamos a ser permisivo”.
Dice, y mientras le da por sacármela, y volver a decirme…

“Venga nenaza, te dejo que elijas la posición en que quieres que te folle”.
“Se imaginativo chaval, o deseas que te diga ahora… chavala”.
Suelta, y mientras me hace levantarme, me da por arrodillarme sobre aquellas prendas que hay en el suelo, colocándome a cuatro, mientras este cogiéndose su polla. Me suelta…

“Joder… perrita, veo que me as leído la mente, pues vamos allá, no perdamos más tiempo”.
Dice, y en segundo me da tal embestida que me introduce la totalidad de su polla, aquel vergón de dieciocho centímetros al menos, no quedándome otra que, echarme las manos a mis glúteos a modo de abrírmelo, y aguantar lo que me dé… ooohhh!!.

Y que ignoro qué tiempo llevábamos, bueno para ser exacto que tiempo llevaba follándome, pero tras un par de alaridos que pensé que se había venido. Coge esté y le da por sacármela de mi dolorido orificio, mientras me da por girarme más por intuición que otra cosa, al tiempo que a esté treintañero le da por quitarse el preservativo. Y sin esperármelo, pues realmente no lo esperaba, ya que pensé que se había venido antes, comenzó a descargar primero algunos chorreones sobre mi rostro, y tras hundírmela en mi boca, acabar por echarme el resto… uuummm!!.

Viendo que eso acababa ahí, tío que veo como coge sus prendas, y le da por vestirse, mientras me lanza lo que queda de las mías, dándole por soltarme…

“Como han quedado, te digo que ahora pareces mas creíble, anda maricona ve vistiéndote, sino quiere que te coja otra vez”.
Y obviamente, me da por vestirme cómo puedo y a toda prisa, pareciendo como el mismo me dijo, mucho más creíble mi disfraz, mientras le veo, como no deja de magrearse el paquete… uuuffff!!. Hace, y ver cómo le da por hacerme unas fotos con su móvil, dándole por decirme…

“Tranquilo esto es solo para las noches frías, así me puedo acordar de este polvazo”.
Soltar, y darle por decirme…

“Podríamos repetir otro día si quieres”.
Y tras un breve silencio, finalizar por soltarme…

“Sabes, he llegado a pensar que no ha sido tu primera vez, te he escuchado como disfrutabas, esos gemidos y jadeos no son de que lo estuvieras pasando mal”.
Dice, y acaba…

“Además, no puedes decir que lo hayas pasado mal, pues en ningún momento te he escuchado quejarte, como si ya hubieras probado otras pollas”.
Soltar, y quedarme callado, no afirmándole nada, y de paso tampoco desmentirle. Y aunque no le respondí como he dicho a su propuesta, esté mismo fue quien le da por meterme algo en uno de mis bolsillos, hace al tiempo que le da por marcharse, y dejarme allí. Y que recuerdo que, al coger ese papel, puedo ver como el muy cabrón, le ha dado por darme su número de móvil. Y bueno, creo que es hora de dejarlo aquí, y de despedirse.

Os podría decir que, pasado unas semanas me dio por llamarlo, no tenía plan y además me había peleado con mi novia, viendo a esta persona como una salida en ese momento. Y cuando esté apareció en mi piso de estudiante, os puedo asegurar que precisamente no vino solo, pues apareció en compañía de un amigo suyo… uuummm!!. Pero bueno, eso quizás os lo cuente en otra ocasión, ya que se comportaron como unos verdaderos cerdos… uuummm!!.

Y bueno, ahora sí me despedido, no deseando pecar de pesado al recordar a aquellos lectores, que desean compartir conmigo sus críticas, que obviamente acepto todas, ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero eso sí, no siendo mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo que me gusta compartirlas.

Y si, os lo admito… soy muy puta, pero creo que ese es mi pecado, no pudiendo quedar con todos aquellos que desean quedar, y siento que sea una lástima no dejaros probar mi ‘culito’, como tanto me decís, pero bueno, y ahí queda eso. Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida es muy corta, y hay que y vivirla, como uno sepa mejor.