La infidelidad debido a la rutina
Muchas veces la vida nos presenta situaciones que no podemos controlar, situaciones que rompen los esquemas de los que uno es o pretende ser.
Soy Laura, tengo 33 años y estoy casada hace 7 años con Miguel de 45. Somos un matrimonio tranquilo, hasta se puede decir que aburrido. Miguel es cirujano y si no está metido en el hospital, está en su consultorio privado y cuando está en casa está frente al computador escribiendo e investigando. Nuestra vida sexual se ha reducido este último año a hacerlo una vez cada 15 días y solo lo básico. Me considero una mujer de buen cuerpo, con unos pechos de buen tamaño y un trasero de buen ver.
Trabajo en una compañía de galletas como administradora y nuestro contador renuncio ya que consiguió mejor oportunidad de trabajo fuera del país.
Y es así como Carlos llega a mi vida, el contador con el cual iba a trabajar.
Carlos es un hombre muy guapo, alto con un cuerpo muy bien cuidado y desde el primer momento me deslumbro y yo a él, lo pude notar, la picardía con la que me miraba, sus gestos. El día a día en la oficina propicio que la relación fuera tomando un rumbo inesperado hasta el punto en que ya no pude aguantar más y caí en lo que nunca pensé que podía hacer.
Un día nos tocó trabajar hasta tarde ya que teníamos que entregar un informe a la presidencia. Carlos con la picardía que le caracteriza comienza a lanzar indirectas.
_ Guao primeras vez en la vida que no me molesta trabajar hasta tan tarde, claro tengo la mejor compañía.
Yo le contesto
_ Te parece yo estoy muy agotada quiero terminar ya.
Carlos contesto con una sonrisa de oreja a oreja
– Pues yo estoy muy a gusto
Sonreí con nerviosismo y Carlos se acercó lentamente a mí,
– No te pongas nerviosa que no como gente
Me pare rápidamente de la silla diciéndole,
– Vamos a terminar por dónde íbamos
Carlos me tomo de la cintura y acerco la cara la mía como si fuera a darme un beso y me aleje rápidamente con la excusa de buscar agua en la cocina.
Al llegar a la cocina mi corazón parecía se iba a salir de mi pecho abrí la nevera y busque el frasco de agua al voltearme allí estaba Carlos detrás de mí se acercó lo más que pudo y tomándome de la cadera y acercando su cara lentamente a la mía me dio un suave beso en los labios.
Quede paralizada, le sonreí, agarre el frasco de agua y me fui a la oficina como si nada.
Al día siguiente al encontrarnos en la oficina, mi actitud fue de como si nada hubiera pasado. Carlos me sonreía pícaramente, buscaba mi mirada y decidió seguirme el juego.
A media mañana fui al cuarto de copiado a fotocopiar los soportes del informe que le debía entregar a la presidencia, y mi mayor sorpresa es que Carlos entra a ofrecerme ayuda. Le dije con una gran sonrisa
– Tranquilo no son muchos ya casi termino
Carlos casi sin esperar que terminara me planto un gran beso en los labios y le correspondí. Si sentí un gran deseo de corresponderle, de sentir sus labios en los míos de sentir su lengua en mi boca.
Sentí sus carisias en mi espalda hasta llegar a mis glúteos, estaba excitada, extasiada de placer solo con ese beso. Hacía mucho tiempo no me sentía así, no sentía esa corriente que te invade todo el cuerpo, esa sensación de calentura que sale de la vagina y la envuelve en jugos de placer. Pero volví en sí y recordé donde me encontraba.
– Carlos ya por favor no es el lugar, y salí del cuarto de copiado.
Por la tarde después del almuerzo Carlos se apareció en mi oficina con una taza de café y una gran sonrisa en su cara, actué como si nada había pasado, también con una gran sonrisa.
– Pasa, me leíste la mente quería una taza de café, esto del informe me tiene muy estresada. Pero ya está entregado en las manos del jefe.
Carlos se sienta y muy sutilmente me toma la mano, la retire nerviosa
– Porque te resistes si se nota que tú también lo quieres. Le conteste,
-Este no es el lugar, Carlos contesto:
– Entonces vamos a otro lugar, sé que tú lo quieres y yo también.
No conteste, me quede callada con unas ganas de decirle VAMOS.
Al día siguiente todo estuvo normal hasta a media tarde, que me llego un mensaje de texto de Carlos con una dirección de un Hotel y un número de habitación. Enseguida llego otro con un TE ESPERO.
Eso me revolvió todo por dentro, una sensación de querer ir y a la vez no, una lucha entre el placer y el deber. Continúe con mi trabaja el resto de la tarde, con el cuerpo tembloroso pensando que hacer. Unas ganas horribles de ir pero pensaba en Miguel en que no le podía hacer esto.
En ese momento llama Miguel:
– Hola Laura, mira tengo planeadas dos cirugías para esta noche, no me esperes.
Le conteste.
– Ok amor, pero mañana si vamos a ir a visitar a mi prima María por su cumpleaños, debemos irnos temprano
_Oye no creo pueda ir si quieres vete tú, en la mañana debo pasar a ver el paciente ese que opere el martes y en la tarde ver la evolución de los que operare hoy.
Colgué con una rabia tremenda, la duda de disipo en mi cabeza, debía ir, lo merecía, lo necesitaba, quería sentir, disfrutar, gozar. Tome mi cartera y salí rumbo al hotel.
Al tomar el ascensor en el hotel mi corazón se aceleró estaba nerviosa pero decidida, al caminar por el pasillo las ansias y la excitación aumentaron. Me para frente a puerta de la habitación y toque ligeramente la puerta con la respiración bastante alterada.
En apenas unos segundos escuche unos pasos acercarse a la puerta e inmediatamente esta se abrió. Allí estaba Carlos Con una gran sonrisa de oreja a oreja. Me dijo:
– Llego el momento que tanto había deseado desde el día en que te vi por primera vez.
Nuestros ojos se miraron, nuestras bocas se buscaron y comenzamos a besarnos con ansias y pasión. Nuestras lenguas recorrieron desesperadamente el interior de la boca del otro, nuestros cuerpos se apretaron uno sobre el otro. Nuestras manos recorrían cada milímetro de nuestro cuerpo.
Carlos rompió el silencio con un grito:
– QUE GANAS TE TENIA LAURA
Yo le conteste:
– Aquí estoy y soy toda tuya
Continuamos besándonos apasionadamente, las manos de Carlos comenzaron a recorrer mi cuerpo, mi espalda, mi cintura, hasta posicionarse en mi trasero, apretando mis nalgas y llevándome hacia él, donde pude sentir su miembro erecto contra mi vagina. Carlos subió sus manos buscando mis pechos y luego comenzó a desvestirme y luego grito:
– Eres un monumento de mujer.
Me llevo hacia la cama, me quito el sujetador y acaricio mis pechos, los beso, los lamio con pasión. Estaba que explotaba de placer. Tome la iniciativa y me dirigí a su entrepierna y me pose en su abultado miembro. La excitación iba en aumento, le desabroche el pantalón y baje su ropa interior, su miembro salto hacia arriba disparado por su erección, lo tome entre mis manos y lo recorrí de arriba abajo, Carlos gimió de placer:
-UMMMMMMMMM
Lo acerque a mi boca y deslice mi lengua en sus huevos y a lo largo de todo su gran miembro y finalmente lo introduje en mi boca. Carlos sintió la calidez de mi boca y susurro UMMMMM. Laura continuo chupándola con suavidad, nuestras miradas se cruzaron, Carlos se sentía en las nubes, en ese instante me pide que me levante y me sienta en la cama y me envuelve en un largo beso, luego comienza a besarme el cuello y va poco a poco acostándome en la cama, llega a mis pechos, los chupa con pasión, estoy que exploto de excitación, llega a mi vientre y comienza a quitarme la panty suavemente hasta dejar al descubierto mi vagina que ya está chorreando mis jugos.
Carlos se acercó a ella, le encantaba como olía, saco su lengua y la recorrió con ella de arriba a abajo, luego comenzó a chuparla con frenesí. Yo estaba que explotaba de placer. Sentía una corriente que recorría todo mi cuerpo y me hacía arquear la espalda.
– SIIIIIII ASIIII SIGUEEEE me encanta
Carlos lamia con locura y yo gritaba de placer. Se apodero de mi clítoris y lo lamio con locura.
– AHHHHH ME CORROOOOOOO. SIIII ME GUSTA TU LENGUA COGEME CON TU LENGUA
Carlos comenzó a meter y sacar su lengua de mi orificio y me hizo explotar de placer. Mis jugos empaparon su cara y su cuello. Yo no me creía lo bien que se sentía, hacía mucho no experimentaba tanto placer.
Carlos se incorporó y abrió mis piernas en forma de V, y acerco su miembro a mi vagina que chorreaba mis jugos.
– Te voy a coger mi vida ya no aguanto más, te la voy a clavar entera.
Apenas su miembro rozo los labios de mi vagina estos parecieron abrirse dando la bienvenida al miembro de Carlos. El la empujo suavemente hasta llegar al final y yo al sentirla clavada en lo más profundo deje escapar un gemido AHHHHHHH de placer.
Carlos comenzó a entrar y salir una y otra vez mientras mantenía mis piernas sujetas por sus manos.
Yo con los ojos cerrados disfrutaba como hacía mucho tiempo no disfrutaba. Abrí los ojos y con una mirada lujuriosa y ardiente, mirada de una hembra hambrienta de macho le grite.
– NO PARES SIGUE ASI, COGEME COMO NUNCA, PARTEME EN DOS.
Carlos contesto:
– Que rico cogerte mami
Las embestidas eran cada vez más fuertes y más rápidas, con cada empujón mi cuerpo se movía por completo y mis pechos se bamboleaban divinos. Estaba muy excitada.
– SIIIIIIII DAMEEEEE FUERTE DAMEEE DAMEEE MÁS FUERTEEEE
Carlos respondió:
– TOMAAA TOMAAAA te la voy a llenar de leche todita
Yo gritaba:
AHHHH SIIIII COGEMEEEE MAS QUIERO MASSS SIIII CORRTE DENTRO DE MIIII ECHAMEEE TODA LA LECHEEEE DAMEEE TU LECHEEEE
Carlos estaba a punto de correrse, estaba que explotaba de placer
-ME CORRO NO AGUANTO SIIIIII TOMALA TOMALA
Carlos da unas embestidas con fuerza y su miembro comienza a palpitar y a lanzar chorros de leche caliente en lo más profundo de mi vagina. Yo me arqueo de placer, los ojos se me ponen blancos. Me incorporo y lo abrazo sin sacar el miembro de mi vagina.
-SIII ECHAMELA ES MIA TODA, NO TE SALGAS, NO TE VAYAS, QUEDATE DENTRO DE MI
Así permanecimos unos instantes unidos por nuestros sexo. Después Carlos saco lentamente su miembro y se deleitó con el espectáculo de como brotaba el manantial de leche desde mi interior, chorreando por mis labios vaginales, mi muslo y mi culo, hasta llegar a las sabanas, que ya estaban empapadas por mis fluidos.
Nos tumbamos abrazados en la cama y tras un largo beso Carlos me dijo:
– Me ha encantado de verdad Laura eres magnifica amante
Le conteste:
– A mí también. He sentido un inmenso placer, algo que tenía mucho tiempo sin sentir.
Nos dimos un largo beso para después despedirnos. No sé si se repetirá, no sé qué nos depara el futuro pero aprendí que todo puede pasar.
Laura.