Le entrego mi cuerpo a mi hermano ¡Es irresistible!

Hola mi nombre es Ana Laura, pero mis amigos me dicen Lauris, tengo 20 años, soy delgada, mido 1.67m, de cabello castaño, piel blanca, 32B de brasier y unas nalgas paráditas.

Mi historia comienza cuando mis padres decidieron empezar su propia pequeña empresa, mi padre llevando los asuntos técnicos y mi madre lo administrativo, este nuevo y ambicioso proyecto les cobraba factura previa pues les hacia salir temprano de casa y regresar muy noche, los familiares mas cercanos a nuestro domicilio eran los de mi padre pero con estos nunca nos llevábamos bien por ello quedábamos todo el día a responsabilidad de mi hermano Jose.

Mi relación con el siempre fue muy buena pues ya desde siempre me había defendido de aquellos quienes por ser mujer me empujaban o simplemente se querían hacer los malos, también al ser hijos únicos el jugaba conmigo a «la comidita» o «a los cochesitos».

En una ocasión, mientras me bañaba me percate de que mis pechitos ya no estaban «planos», si no que mis pezones se estaban poniendo puntiagudos y un poco abultados, en aquella ocasión tarde mas en la ducha ya que me intrigaba la situación, mi hermano toco la puerta y pregunto si ya terminaba, a lo que dije, «ya casi», como normalmente hacia, salí a mi habitación envuelta en una toalla y nuevamente en mi habitación me seguí mirando, pasaron varios minutos y mi hermano entra.

– Aun no te empiezas a vestir?

De mi boca solo salio un.

– Estee…

Mi hermano se percato de mi cambio físico y solo dijo.

– En la noche cuando llegue mamá le dices de eso (señalando mis pezones) y le dices que te compre sostensitos.

Asintiendo con la cabeza y con voz aniñada conteste un.

– Sip.

Llegada la noche quise hacer lo que mi hermano me pidió pero mi madre estaba con mi papá muy ocupada con unas cuentas, así que lo deje pasar para el día siguiente pero fue lo mismo, paso un tercer día y mi hermano me pregunto por los sostencitos y le dije la situación, el solo me tomo de la mano y después de asegurar la casa me llevo hasta un centro comercial y me compro mis primeros corpiños los cuales solo abultaban lo de una uva, pasaron varios meses y mi vida era de lo mas normal hasta que un nuevo cambio llego a mi vida, me estaba desvistiendo para bañarme y en mi calzonsito vi una mancha amarillenta así como un liquido viscoso del mismo color, esto me asusto un poco pues parecía que había salido de mi sexo, así que terminando de bañarme y vestirme entre a la habitación de mi hermano, empecé a hablar con el y entre uno y otro tema dije.

– Oye te puedo preguntar algo? pero me contestas?

– Dime, si se te digo, si no, te ayudo a buscar la respuesta.

– Es que hace rato cuando me iba a bañar en mi calzonsito había un liquido amarillo que me salio de ahí y es que no se, me asuste un poco

Mi hermano me quedo mirando detenidamente hasta que dijo.

– Si se que es, pero esto lo tendrías que hablar con mamá.

– Pero si me regaña.

– No tendría por que, ese liquido que dices es súper natural y en todo caso me dices y hablo con ella.

Nuevamente pasaron días sin poder hablar con mi madre y mi hermano me pregunto si ya había hablado, cosa que le dije que no.

Mi hermano me volvió a mirar y dijo.

– Esta bien te voy a decir, solo por que no quiero que te quedes con la duda o que le vallas a preguntar a alguien mas y se vallan a aprovechar de ti, así que si tienes una duda me preguntas.

– Si.

Empezó diciéndome que eran flujos vaginales que servían para limpiar el interior de mi vagina, una buena explicación digna de un chico a quien le gustaba leer sobre cualquier tema, hasta que menciono que también servía para lubricar.

– Como para lubricar?

Sin muchos tapujos mi hermano me dio ejemplos de como un pene entraría en mi y el «liquido» ayudaría a que no me lastimara, añadiendo el que no me dejara penetrar si no me «mojaba» ya que me ardería a horrores.

Había pasado un mes de este ultimo suceso y bañandome me sucedió lo que a cualquier chica le sucede solo que al percatarme de que en el piso de la ducha había sangre y que esta provenía de mi entrepierna me entró pánico y grite agudamente.

Como nunca antes mi hermano entro corriendo a la ducha encontrándome desnuda.

– Que te paso?

– No lo se, cuándo abrí los ojos vi que me sangraba ahí.

Poco a poco mi hermano se recupero y me empezó a calmar diciendo que era normal, que no pasaba nada, me dio papel higiénico y me pidió que me limpiara, me dio la toalla y dijo que lo esperará, que no tardaría, abrían pasado cerca de diez minutos y regreso con un paquete de toallas sanitarias y me empieza a explicar como colocarlas en mi ropa interior.

Después de vestirme mi hermano me recalco que hablara con mi mamá, pero esta vez le conteste.

– Cuando si siempre esta ocupada, nunca puedo hablar con ella.

Muy comprensivo mi hermano me dijo que cualquier duda que tuviera le podía preguntar con toda confianza a el y claro después de lo que me acababa de suceder y de lo bien que vi que el había manejado la situación le tenia la confianza para preguntarle mis dudas.

Al día siguiente después de las clases escolares mi hermano me volvió a llevar al centro comercial esta vez me compro mis primeros brasieres pues mis pechos ya abultaban lo de un durazno, llegue muy emocionada a casa para usar mis primeros brasieres pero me di cuenta de una cosa, no sabia como ponérmelo, así que decidí salir de mi habitación solo con una blusa ajustada, al pasar por la cocina, donde mi hermano se encontraba calentado la comida para comer, me ve y se da cuenta de lo notorio de mis pezones.

– Y el brasier?

– Es que… no me lo supe poner.

Apaga la estufa y me lleva a mi habitación, al llegar me empiezo a quitar la blusa con descaro, (no lo veía a mal y el tampoco, simplemente era el cuerpo de su hermanita, para mi, me estaba desnudando ante alguien que día con día se iba ganando mas mi confianza, además de ser mi hermano, quien me cuidaba), tomo el brasier y coloco las copas sobre mis pechos y fue mencionando los pasos de debía seguir para ponérmelo sola.

Las cosas se iban dando solas de una manera tan natural, mi hermano considero que mi razonamiento era mas maduro por ello volvió a hablar conmigo ha cerca de mi sexualidad, sobre que podía quedar embarazada si alguien me hacia «cositas», sobre que como mujer debía valorarme y entregarle mi cuerpo a alguien especial y no a cualquiera, pues ello me volvería una cualquiera, alguien fácil de obtener y por ello solo un juguete.

Paso un Año más y me llegó la curiosidad de usar tangas y eso se lo hice saber a mi hermano quien me dijo.

– Pues comparte algunas, usa las y si te gusta como te sientes sigues usándolas, si no, pues ya no las usas, así no te quedas con la curiosidad.

– Es que me da pena ir a comprar tangas.

Ese día por la tarde llegó y dejo una bolsita en mi cama, al abrirla vi que eran cinco tangas de diferente diseño, felizmente lo abrace dándole las gracias, por la noche salimos a bailar, pues una de las cosas de las que mas disfrutaba era del baile, así que le había pedido me enseñara.

Mi cuerpo ya desarrollado se veía hermoso en un vestido y entallado o por lo menos eso fue lo que comentaron los amigos de mi hermano los mismos que poco a poco se fueron convirtiendo en los mios, con la tanga me sentí toda una mujer capas de atraer a cualquier hombre pero a pesar de que si sucedía, me daba a respetar por la educación que me había dado mi hermano.

Tuve una platica con mi mientras disfrutábamos del paisaje de un parque, le confesaba de una ocasión en la que mi primer novio me había pedido tener sexo con el, mi hermano sin sorpresa me dijo.

– Es normal que te pidan tener sexo, eres una niña muy hermosa y te aseguro que el no sera el ultimo en pedírtelo ni seria el único en quererte en su cama, pero esta en ti darte a respetar, te puedo asegurar que en algunos años tu también querrás que te la metan si no es que ya quieres, por que crees que tantas chavas salen de la escuela embarazadas, pero es de lo mas normal que tengas ganas y deseos de que te den, pero también debes de ser consiente de cuando si o no, y de con quien si y con quien no.

Mi hermano tenia razón, quizá al momento no tenia muchos deseos sexuales pero ya llegaría mi momento y esto empezó cuando en una ocasión llegue de la escuela y pensando que no había nadie fui casi corriendo al sanitario pues tenía muchas ganas de orinar, al abrir la puerta vi a mi hermano completamente desnudo ya que se estaba bañando, no pude evitar mirar su cuerpo bien formado y ante todo su verga semierecta, cerré la puerta y me dirigí a mi habitación, No podía salir de mi asombro ante lo que acababa de ver, puesto que si mi hermano me había visto desnuda mucha veces y hasta le había modelado las tangas que me había comprado e incluso me había tocado a petición mía, yo nunca le había visto desnudo y ahora me había turbado su imagen desnuda, era muy rara la sensación, todo me temblaba y sentía como mi calzonsito se humedecía como nunca lo había sentido, inconscientemente me recoste en mi cama y por instinto lleve mi mano derecha a donde las llamas del deseo me quemaban, el frenesí me invadía hasta escuchar que mi hermano se acercaba sólo así reaccione bajando rápidamente la falda escolar e incorporandome.

– Ya llegaste?

– Si.

– Tu abriste la puerta del baño?

– Si, es que tenia ganitas de hacer pis

– Bueno ya esta desocupado princesa.

– Si.

Después de esa escena cambio mi forma de verlo, y después de ese día empecé a mostrar aun mas interés en el, cosa que no era extraño.

Primero acepte hacer ejercicio con el, pues los legguings deportivos eran buena escusa para mostrarle aun mas mi cuerpo o para restregarme en el con descaro pretextando que me tenia que ayudar a hacer mis ejercicios, como la ves que hice barra, al agacharme le arrime mis nalgas para sentir su verga, también el calor era pretexto, pues me quitaba el top mostrando mis tetas, esta vez con malicia para que el disfrutara viendolas pues ya me sabia mujer, sin embargo esto trascendió mas a ya de querer que mi hermano me notara como tal, una mujer.

En una ocasión después del antro fuimos a seguir la fiesta en la casa de uno de nuestros amigos, ese día supe que a mi la cerveza me mareaba rápido así que igual que otras chicas me fui a dormir, a esto yo llevaba una minifalda corte A, con una blusa ajustada con un poco de escote, solo se miraba el canalillo de mis pechos, a esto abra pasado una hora, cuando empiezo a sentir que alguien me acaricias las piernas y poco a poco subía hasta llegar a mi tanguita, también mis pechos eran masajeados por encima de la blusa, de repente escuchó un.

– Suelta a mi hermana hijo de tu puta madre.

Como pude abrí los ojos, mi hermano tenia sujetando a uno de nuestros amigos y lo golpeaba fuertemente, hasta que los demás lo agarraron, pero a mala suerte del otro chico los demás también lo golpearon.

La vida siguió con relativa normalidad, hasta mis 19 años, pues a esta edad mi libido había aumentado y mis ganas de verga, como mi hermano había dicho eran cada vez mas, era un miércoles recuerdo, cuando mi novio me dijo que en lugar de entrar a clases fuéramos a su casa pues no abría nadie, yo acepte tratando de convencerme de que solo platicariamos y por mucho nos daríamos besos, pero solo eran engaños a mi misma lo que yo quería realmente era que alguien me diera verga y esa era la oportunidad.

Al llegar a su casa me pide que lo espere en su sala, el se dirigió su habitación, nerviosa tomo mi celular y empiezo a mirar cualquier cosa, a esto me llega un mensaje de whatsapp con una captura de pantalla de mensajes de mi novio con otra persona, donde el le decía que solo me quería para cogerme pero después de metermela el me mandaría a volar, enojada y triste salí de la casa y me diriji a la mía, en en trayecto me mando un mensaje.

– «Donde estas Ana?»

– Vete a la mierda y no me vuelvas a molestar!

– Trate de calmarme pues no quería que mi hermano se diera cuenta de nada, pero no fue así, el llame conocía lo suficiente para saber que algo no andaba bien en mi, el no solo conocía la forma de mis labios vaginales o del lunar a un lado de mi pezón derecho o que me gustaba tener bien cuidadas las formas de mis bracieres, el también me conocía cada gesto y ademán.

Así que le conté solo del mensaje que me llego, me abrazo con mucho amor y beso mi frente.

Esa noche fuimos a bailar y bebí bastante al día siguiente paso algo que nunca había pasado en 7 años, el salio de casa sin darme me beso de buenos días en la frente, eso se me hizo muy raro, tanto como el sueño que tuve y también aquel sueño me hizo cuestionarme sobre lo que iba a hacer el día anterior.

por la tarde cuando llego mi hermano me pidió que lo acompañara a hacer unas comprar, mi madre estaba en casa.

Se desvío del camino hacia el centro de la ciudad y tomo un camino despoblado en un lugar solitario se detuvo y me dijo.

– Quien te dejo con ganas de verga?

Quede incrédula de su pregunta.

– Por que?

– Por que en la mañana cuando iba a darte tu beso de buenos días estabas aun dormida, pero estabas gimiendo de placer.

Era verdad o eso creo, pero estaba soñando que me cogían, en mi sueño una personita especial me daba verga y yo disfrutaba con ello..

– Y, con quien soñabas?

Me quería hacer pequeña con cada pregunta, pero tome fuerzas y desicion.

– Contigo, estaba soñando que tu me estabas dando verga, tenias razón cuando me dijiste que algún día iba a querer como loca que me dieran verga y quiero que seas tu quien me la de.

Mi hermano tal vez arrepentimiento de haber preguntado solo me quedo mirando y después dijo.

– No, estas loquita, eres mi hermana y no te puedo hacer eso.

– Por favor, cada vez tengo mas ganas de que me cojan.

– No, estas loca.

– Esta bien, si tu no quietes le diré a alguien de mis amigos que me la meta, y sabes que ellos no se aran del rogar.

– …

– Si sigo siendo virgen es por ti, por que no quería decepcionarte, por que te quiero mucho, pero si tu no quieres tomarme, entonces que lo haga otro.

Mi hermano muy enojado puso en marcha el auto, pero apenas habíamos avanzado un kilómetro cuando se volvió a detener me tomo de la mejilla y se abalanzo contra mi, me empezó a besar muy apasionadamente, mi hambre retardada de verga me hizo buscarla con las manos y fui hasta su pantalón a tactar esa verga que yo me quería comer.

– has me tuya Jose, has me tuya mi amor, quiero que tu seas el primero en comerte mis jugos, tu niña ya creció y quiere que tu la hagas mujer, quiero que tu te quedes con mi virginidad, tu la mereces por haber cuidado tanto de mi, te amor.

Paresia que se había quedado sin habla, soló se concentraba en besarme por todas partes.

Desabotono la blusa escolar, quito mi braser, empezó a lamer y succionar mía pechos.

– Si mi amor, cometelas, son todo tuyas, tu las viste crecer, son para ti mi amor, disfrutalas qje son tuyas.

Al parecer mi hermano tenia mucha hambre pues inmediatamente me recargo contra la puerta y subió mi falda, tomo la tanga y me la saco dejando mi vulva a su disposición, se metió entre mis piernas y empecé a sentir el placer que su lengua sabia dar y esta era mucha, de pronto sentí como una corriente eléctrica me dejaba flotando y una sensación que tensaba mi cuerpo me recorrió totalmente.

apenas término mi orgasmo y mi hermano me tomo poniendo lo que tanto anhelaba a centímetros de mi, era grande y gruesa, había visto otros penes, novios me habían mandado fotos de las suyas, pero la de mi hermano era superior a cualquiera y era para mi, poco a poco fui acercando los labios hasta hacer contacto, la engui hasta metermela toda a la boca, pero me fue imposible, comencé un mete y saca, mientras lo hacia pasaron siete años de mi vida frente a mi, le estaba haciendo una mamada al hombre que me había cuidado, me había defendido y alimentado, quien me compraba las tangas y brasieres, quien no le importo pasar penas para comprarme mis primeras toallas femeninas, no se si fueron mis ganas de verga, agradecimiento o amor, pero le puse mucho empeño a esa mamada, quería que el sintiera todo el placer del mundo y creó que lo logre pues con un gemido de placer acabo en mi boca, sentí mucho morbo y un poquito se asco, escupí por la ventana y los residuos me los trague.

– Vistete.

Realmente esperaba perder la virginidad ese día, pero ya tenia un avance.