Me convertí en la zorra de mi jefe

5/5 - (1 voto)

Hola, me presento, me llamo Ana y este relato es de como pase a ser la puta de mi jefe, yo mido 1.62, tengo buen culo, tengo tetas medianas color de piel morena clara, cabello chino, ojos cafés claros.

Todo empezó cuando tenía que realizar mis prácticas profesionales para mí último cuatrimestre de la universidad, conseguí quedarme en una empresa que se dedica a la elaboración de bebidas. Mi jefe (le pondremos de nombre Carlos) Carlos, era un hombre casi calvo de complexión robusta algo gordo, el tenía 40 años, y yo en ese entonces tenía 19, él siempre me ponía a ayudarlo a hacer algunos reportes, elaboración de escritos y varias cosas enfocadas a la oficina, yo siempre iba vestida con faldas cortitas, blusas pegaditas y tacones, siempre al acabar el día se despedía de mi de un beso en la mejilla y un abrazo pero siempre me apretaba de más cuando me abrazaba, había veces que se me quedaba viendo de más y yo al principio si me sentía incómoda pero después me calentaba saber que mi jefe prácticamente me desnudaba con la mirada.

Un día ya era casi mi hora de la salida, ya prácticamente todos en nuestro piso se habían ido excepto 2 compañeros más, yo estaba por irme cuando me dijo mi jefe que le tenía que ayudar a hacer un reporte por que al parecer se había adelantado una reunión y tenía que entregarlo al día siguiente, me dijo que pasará a su oficina para que los dos lo hiciéramos más rápido e irnos pronto, cuando entré a su oficina tome asiento enfrente de él con mi laptop y el me iba dictando algunas cifras pero se me quedaba viendo mucho mis tetas, y me dijo hay hija deja apagó el aire acondicionado por que parece que estas en un concurso de camisetas mojadas, señalándome mis pezones que se veían duros claramente a través de mi blusa blanca escotada que llevaba ese día, yo no sabía que decir, solo me tape mis tetas con una mano y mi jefe me dijo —No te tapes deja que disfrute de la vista

Yo no sabía que hacer, así que el me dijo —Una chica tan linda como tú trae a media empresa babeando, no te has dado cuenta

—No se de que habla Lic.

—Dime por mi nombre Anita, se ve que te gusta que los hombres te miren, siempre vienes vestida con falditas, seguramente te gusta usar tanguitas verdad

—No se de que habla Lic. mejor hay que apurarnos para ya poder irnos

—Vamos Anita dime la verdad, desdé la primera vez que te vi me di cuenta que eres una niña bien caliente, aparte no me vas a negar que traes una tanguita color negra, haca rato que te agachaste se te vió, te ha de quedar muy bonita con ese culito que te cargas

—Por favor Lic ya hay que seguir trabajando, no quiero hablar de eso, me pone nerviosa jajaja

—Ah si Anita y por que te pongo nerviosa, a caso aún eres virgen

—No claro que no soy virgen Lic

—Ves cómo no me equivoqué, se ve que te encanta la verga o me lo vas a negar

—Jajaja ay Lic que cosas dice

—Yo te puedo dar verga todos los días Anita

En ese momento se para de su lugar y vi que ya traía una buena erección, se notaba a través de sus pantalones, se dirigió a cerrar la puerta de la oficina con seguro y se paro detrás mío, puso sus manos en mis hombros y me empezó a dar un masaje y poco a poco fue bajando a mis tetas, jalaba mis pezones y yo para ese entonces ya me sentía demasiado excitada y mojada de mi panochita, y él me decía —Que ricas tetas te cargas Anita, me tomo de la mano e hizo que me parará me arrinconó hasta su escritorio y puso sus manos en mis nalgas y las empezó a manosear, y me empezó a dar besos en mi cuello, llevo una mano abajo de mi falda y yo por inercia las abrí mis piernas y me empezó a sobar mi panocha sobre mi tanga y me dijo —Eres toda una zorrita, estás bien mojada, hizo aún lado mi tanga y me empezó a masturbar, con la otra mano me masajeaba una teta, yo solo empezaba a gemir y agarre su verga, la empecé a sobar sobre su pantalón.

Y entonces él me dijo al oído, —Dime que quieres verga, dime que quieres que te coja como la putita que eres.

Yo estaba en an caliente, que se lo dije —Quiero vega Carlos, dame verga, soy una putita que le encanta la verga.

Después de decir eso, el me empezó a desvestir super rápido, me quitó mi blusa, mi brasier, mi falda solo me dejó mi tanga, se me quedó viendo de arriba a abajo y me dijo —Ay Anita estás bien sabrosa, volteate, ponte sobre el escritorio y ábrete de piernas, que te voy a dar vega

Yo obedecí, me volteé y arrime las cosas que están en el escritorio a un lado, me empine, luego solté un grito porque me había dado una nalgada y me dijo —Asi me gustan que sean obedientes, luego escuché como se quitaba su pantalón, volteé mi cabeza y lo vi sólo con su camisa, su verga no estaba tan grande pero lo que si me impacto fue que era gruesa y venosa, y me dijo—Te gusta lo que ves, en un momento más va a estar adentro de ti, se posicionó a tras de mi y me la dejó ir de una sola esto ada, yo ahogue un grito, aunque estaba mojada no estaba lista para semejante verga, y empezó a moverse, despacio, y me decía —Mira que puta eres, te cabe toda, tu panocha de la come todo, me empezó a dar nalgadas

Yo solo gemía, cada que me daba nalgas gritaba un poco más, después de unas cuantas estocadas más me acostumbré a su tamaño y pece a disfrutar de lo lindo, gemía y gemía, no me importaba si alguien nos escuchaba, yo solo pensaba en lo rico que me estaba cogiendo mi jefe y le decía — Que rico, si asi, dame más verga ahhhhh ahhhhhhhhh soy tu puta

Al parecer eso le excitaba aún más porque me empezó a dar más fuerte, me tomaba de mis caderas con tanta fuerza que sabía que me iba a dejar marcas, después de estar un rato en esa posición, me saco su verga, me levanto y volteó y me besó, pero era un beso apasionado, me metía la lengua, me manoseaba mis tetas, yo solo me dejaba hacer, luego el se sentó y me dijo —Ven putita montame, pero antes quítate tú tanguita, hice lo que me pidió y me quité mi tanguita y después me acomode para dejarme caer de senton en su rica verga, y empecé a montarlo, subía y bajaba, el ponía el ritmo ayudándome a levantarme y dejarme caer, me chupaba mis tetas, yo solo gemía y gemía y luego el me dijo — Si Anita gime fuerte, para que te escuchen, para que sepan que eres mi puta, que eres una puta que le encanta mi verga

—Si Carlos, soy tu puta ahhhhhhhhhh ahhhhhhh, que rica verga tienes ahhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhh

— Eres mi puta solo mía, mira como tú panocha se come mi verga

—Me voy a venir ahhhhhhhh Carlooossss

—Si mi putita, te voy a llenar de leche

—Si dame leche, lléname de leche Carlos ahhhhhhhhhh

Y me vine, fue el orgasmo más intenso que había tenido, unas embestidas más y el me lleno de leche, estuvimos en esa posición unos minutos más y después el me ayudó a parar, y nos vestimos, estaba buscando mi tanga pero el me dijo —Esta me la quedó yo, y apartir de mañana quiero que vengas sin ropa interior, entendido

—Si Carlos, cómo tú me digas

—Asi me gusta que seas obediente, tengo muchos planes para ti Anita, esa boquita y ese culote también te los voy a llenar de leche

Acomodamos las cosas de su escritorio y salimos de la oficina, aún seguían los dos compañeros y se me quedaron viendo de arriba a abajo y se despidieron de Carlos con una sonrisa uno de ellos le gritó, así se cogen a las putas, muy bien jefe.

Carlos solo se rió y les dijo ya es hora de irnos, nos vemos mañana.

.

.

.

Y bueno así fue que empezó está historia con mi jefe, platique me que les pareció.

Si hay faltas de ortografía lo siento, es mi primer relato, igual y después subiré que más paso con Carlos