Me di cuenta de que me fascinan los maduros

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Mi nombre no importa, pero cabe resaltar que soy una chica delgada, aproximado 1,7 de estatura, peso 62 kilos, toda mi vida me ha gustado mantenerme en forma, así que soy delgada con un culo parado, me encantan mis caderas y mis muslos, siento que son sexis, disfruto ponerme minifaldas y tacón alto no solo porque me veo putísima, sino también porque me encanta ver lo que produzco en los maduros, tengo cierto fetiche por ellos.

Hace aproximadamente 10 años entré a trabajar a una empresa de químicos, aunque estaba enfocada en mi vida personal, me gustaba de vez en cuando coquetear con viejos de la calle, me excita pensar que ellos no podrán tener a una lolita como yo, así que juego con sus vergas parándolas al cruzarlos y dejarlos hambrientos para que finalmente llegasen a masturbarse, un día, comencé mi ritmo habitual de trabajo, duraba una parte del tiempo en oficina y otra parte en el laboratorio así que solía tener dos outfits en mi guardarropa, tenía una reunión con personas importantes y con el gerente de la empresa, un hombre robusto ojos café que, con su ceño fruncido y el arreglo de su barba inspiran muerte súbita, con piernas y brazos gruesos, y sobre todo un bulto imposible de esconder en cada pantalón que usa, ese hombre de verdad me moja, en fin, este día a pesar de lo mucho que me excitan los maduros jamás imagine que este tipo fuera a estar entre mi menú de alimentación, aquel día mientras hablaba, pude notar cuando se sentó al frente mío cómo sus bolas se movieron de un lado del pantalón al otro por debajo de la mesa y se me hizo literalmente agua la boca, él me vio las piernas cuando las cruce y en este momento me dedique a la seducción, era mi meta imposible de alcanzar algo que jamás creí que llegaría a tener en mis manos o podría decir que también en mi boca, aquel día se hizo tarde y todos comenzaron a irse quedando en aquel lugar solo él y yo, con mis tacones rojo charol altos y una minifalda tan deliciosa que solo los maricas se resistirían, me comencé a sentir nerviosa, él me hablaba y sentía como mi hilo se humedecía, en un momento, nos cruzamos el uno en frente del otro y en un movimiento de chanza me agarro de mi mano y me dio una vuelta, pero al hacerlo, disimuladamente pase la mano por su gran verga, tan dura, jamás lo podré olvidar, literalmente no sabía lo que estaba haciendo, no quería que pensara que era una atrevida por provocarlo, pero me excitaba pensar que podía estar con quien yo quisiera, me pase la mano por el cuello y como por accidente, desabotoné un botón de mi camisa, lo mire con asombro y me correspondió, me tocó la cara y pase mi mirada a sus labios, se aproximó y lo bese demasiado nerviosa, con mis pálpitos a mil que no dudo que él sintiera y sin pronunciar ni una sola palabra acerque mi mano sobre su pantalón para verificar lo dura que la tenía y él me arrincono contra la pared, no estoy acostumbrada a que me dominen, así que al hacerlo me sentí tan indefensa que me puso mucho más cachonda, cara a cara, con una mano en mi cuello y con la otra tocándome las nalgas sentí como poco a poco bajaba al muslo y me la subió a su cadera, mi tacón enrollo su pierna, aquel día yo tenía unas medias veladas de pantalón y él con una sola mano las rompió, mis jugos habían pasado del panti a la media, así que sin duda pudo sentirlos, me sorprendí demasiado porque sus dedos jamás se habían sentido tan anchos como aquel momento, por primera vez, pasando por mis labios húmedos, este acto fue el comprobante absoluto para el saber que me estaba gustando lo que estaba pasando así que me giro bruscamente solté un gemido por reflejo humano quedando mis pechos sobre la pared, abrí mi camisa y deje mis pechos al descubierto,

mi culo expuesto y mi falda arriba de mi culo dejaba en claro que estaba siento deliciosamente sometida, mande mi mano a la verga y me la retiro bruscamente dejando en claro que lo que él buscaba era darme placer, metió un dedo en mi vagina que se hundió por completo sin esfuerzo, Lo saco y metió luego dos, y con ellos me folló un buen rato con sus dedos en mi vagina, pude sentir como los retiro y los paso por su nariz para olfatearlo, luego de tres dedos no podía dejar de gemir, la primera frase que pronuncio fue, “Uy que putita, acabamos de empezar y ya le entran tres dedos, prepárate porque has sido una empleada muy mala y te voy a dar el castigo que mereces”, acerco una silla y me puse en cuatro estaba tan excitada que ya quería venirme en sus dedos, pero esta noche acababa de comenzar, «te voy a dar cinco nalgadas y quiero que me agradezcas con cada uno de ellos, también quiero que las cuentes», nunca lo imagine, pero sin duda estaba cumpliendo la fantasía de mi vida, un escalofrío me recorrió por completo y sin dejarme pensar mucho más, soltó su primera nalgada.

-uno, gracias amo.

Dos, uhhhhh apreté mi vagina para sentir cómo estas nalgadas me estaban dando placer y mi vagina goteante también lo agradecía, gracias amo.

. Tres, gracias amo sé cuánto lo merezco.

Ahhh si?, tres…

Cuatro, Gracias mi amo.

Cinco gracias amo, ya tenía las nalgas rojas

Ahora voy a comerte como sé que te gusta, he escuchado masturbarte en el baño de la oficina mientras piensas que estás sola, por eso te he decidido castigar.

Yo misma me sujeté las manos a la espalda, él me agarro con una de sus grandes manos mis dos brazos y con la verga tan erecta como la suponía, me dio una embestida penetrandome profundamente, costo un poco, pero al final entro, «así me gusta verte zorra», comenzó a darte tan rápido y fuerte que mis gemidos eran incontrolables, «ahora si te doy el permiso de correrte como lo puta que eres», gemí sin pensar en otra cosa fuera de lo llena que tenía mi vagina con el coño abierto y follado, supe de inmediato que él sentía que estaba a punto de correrme cuando se detuvo de repente.

“Por favor sigue, te lo suplico, por favor, estoy a punto de venirme”

«te correrás cuando lo ordene, puta», otra nalgada que no me esperaba, “ahh” gemí dándole gracias por mi castigo, me tumbó al suelo quedando de rodillas y comencé a chupársela como si de inercia se tratase, jamás había sentido el olor natural de la lubricación que tenía y comencé a disfrutar el olor y sabor que me abordaban en este momento, “quiero ver cómo se corre cuando se corre en mis horarios de trabajo”, mi mano tan mojada tocando mi vagina, comencé a tocarme mientras él me pellizcaba con una mano el pezón y con la otra se pajeaba la verga como si no hubiese un mañana.

“¡hueputa qué zorra!, ¡esa cara de santa y mírate, toda una perra en celo, mojada, escurriendo como la puta que es en realidad!”

Me escupió, «vengase, puta ninfómana», yo no dejaba de gemir, metiéndome los dedos y manoseando mi clítoris,

“sí, lo sé… ¿Te da pena que te hablé así?, te encuentras completamente expuesta para mí y te excita”, después de volver a escupirme pude llegar finalmente, la mejor corrida de mi vida estaba sucediendo y él, a diferencia de microsegundos, comenzó a venirse en toda mi cara, gemí mucho más fuerte y esparció el semen con la verga por toda mi cara incluyendo mi cabello y me dijo: Mira bajo tu chocha, hay un charco de tus jugos.

Gracias, mi amo, quiero que este orgulloso de su perra.

“Vamos, perra sucia, mañana tendremos un día muy largo”

Finalmente, me fui para mi casa saboreando el semen en mi boca y él con su mano oliendo a mis jugos, comprendí lo realmente puta que soy cuando estoy con él, jamás pensé que una persona pudiese llevarme a tal grado de satisfacción, espero verlo pronto para agradecer a mi amo por volverme tan necesitada y deseosa a esa grandiosa y potente verga.

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