Me masturbe con una berenjena

Esto que estoy escribiendo es algo que acabo de hacer hoy 07 de diciembre de 2022, hace escasamente unas horas.

Se que muchos están esperando que termine de contar lo que hice en las vacaciones y que cuente mas detalles de la relación que estoy teniendo con Lucas o con los chicos.

Prometo que lo voy a hacer pronto, quiero aclarar que a causa del exceso de trabajo y la cantidad de actividad que estoy teniendo, lamentablemente me falta tiempo para poder hacerlo.

Aprovecho también para agradecer la cantidad de correos que recibo permanentemente y públicamente pido disculpas por la demora que a veces tengo en contestarlos.

Esto que hoy escribo es algo muy corto, ni siquiera lo he escrito en mi diario, lo estoy transcribiendo de manera on line.

Son casi las 6 de la mañana y en cualquier momento se van a levantar mi marido y luego mis hijos para ir a la escuela.

Resulta que ayer por la tarde, después de salir del trabajo tuve que ir sola al supermercado, mi marido tenía que visitar unos clientes y no podía acompañarme. Hacían falta algunas cosas indispensables, así que si o si tenía que ir a comprarlas.

A pesar del calor que hacía, caminé las diez cuadras que separan el súper del negocio.

No conseguí auto y no se exactamente que pasa con los colectivos que vienen muy llenos.

Una vez en el Súper y mientras andaba por los pasillos buscando lo que necesitaba, me percaté que había un tipo que me seguía a todas partes y me miraba insistentemente.

En dos ocasiones me dí la vuelta para mirarlo disimuladamente…, era un tipo de unos treinta y pico de años, no creo que llegara a los cuarenta, bastante desalineado por cierto, vestía short, musculosa y ojotas. Pelo largo atado con una colita, toda la pinta de un trabajador de la construcción.

Yo estaba bastante inquieta, me gusta que me miren, así que comencé a llamar más su atención. Me agachaba o me estiraba, agarrando cualquier cosa y luego volviéndola a dejar en su sitio. Todo eso para que el tipo pudiera verme las piernas e incluso más arriba, el vestido que tenía puesto era blanco, muy amplio y bastante corto.

El solo hecho de sentir su mirada me provocó un intenso hormigueo y comencé a mojarme… Por lo general cuando hago ese tipo de cosas, no pasa de ahí, lo hago como un juego, disfruto excitarme sintiéndome deseada, dejar a los hombres calientes y luego me saco mi propia calentura masturbándome. Pero ayer no fue así, me excedí con las insinuaciones, sobre todo cuando estaba en la parte de verdulería eligiendo unas frutillas para mis hijos. El tipo estaba parado justo frente a mi del otro lado de la isla, a dos metros de distancia… Me moví lentamente para el lado de los vegetales y él hizo lo mismo, sentía la intensidad de su mirada y me gustaba.

Me puse a mirar las verduras aunque ya no necesitaba comprar mas nada. Me llamaron mucho la atención las berenjenas, empecé a agarrarlas y a tocarlas…, las apretaba, las frotaba, como si en lugar de una berenjena tuviese una pija entre las manos.

El tipo seguía justo frente a mi viendo toda la escena, que pasó de ser un simple coqueteo a ser una provocación directa la que yo le estaba haciendo.

Finalmente elegí las cuatro mejores o mejor dicho las que mas me gustaron y las puse en una bolsa.

Luego en uno de los pasillos, el tipo se acercó demasiado y en lugar de parar, seguí adelante…

Miré la parte más alta de la góndola y comencé a estirarme tratando de alcanzar una lata de champiñones, algo que en realidad no necesitaba… El tipo estaba justo detrás de mi y sin duda me vio todo. Hice varios intentos hasta que se pegó a mi, estiró su brazo y agarró la lata para dármela.

Me puse muy nerviosa, el tenerlo tan cerca, sentir su olor particular, ver sus brazos tan fuertes prácticamente rozando mi cara, hizo que comenzara a temblar.

Sin decir nada extendí la mano para recibirle la lata pero él no la soltaba, estuvimos así durante un instante mirándonos fijamente a los ojos. Solamente le dije gracias pero el tipo con mucha seguridad me hizo una propuesta.

Por su manera de expresarse se notaba una total falta de preparación y sin muchas vueltas me preguntó… Te va un faje ¿? …

Si bien se me había ido la mano con las insinuaciones, no esperaba que me dijera eso, pero él se había dado cuenta que yo no solo estaba caliente sino que me le había regalado…

El tipo en realidad no me gustaba…, sobre todo por su aspecto, todo barbudo y ni hablar de los tatuajes que tenía en los brazos y las axilas todas peludas, son dos cosas que sinceramente me provocan rechazo, pero la calentura pudo mas que todo eso, así que sin pensarlo le respondí… Si dale.

Caminamos juntos hacia la caja y nos pusimos en la fila, no dejábamos de mirarnos pero ni el ni yo decíamos nada, en mi mente ya me lo imaginaba desnudo.

Recién cuando llegamos a la salida, volví a la realidad y me puse a pensar como le iba a hacer para irme con él, sobre todo por ser un día martes, día que por lo general estoy en mi casa…

El tipo caminó hacia su auto, yo iba detrás de él mirando para todos lados viendo si había alguien conocido.

Se subió al auto y encendió el motor, yo me quedé parada mirándolo y comencé a dudar…

Y mami…, vas a subir o no ¿?, me dijo.

Abrí la puerta de atrás, acomodé mis bolsas y subí.

Volteó a mirarme y de mala manera me reclamó… Por que subiste atrás ¿?, me viste cara de remisero ¿?

No pero vamos primero a mi casa, tengo que dejar las bolsas y avisarle a mi marido, le contesté.

Bueno está bien…, en donde queda tu casa ¿?, preguntó.

Lo guié hasta mi casa…, cuando llegamos mi marido acababa de entrar la camioneta y estaba cerrando el portón.

Al verme se acercó al auto…, rápidamente saqué 500 pesos de mi cartera y se los dí, diciéndole… Espérame en la otra esquina…, ahora voy.

Abrí la puerta, mi marido agarró las bolsas y me ayudó a bajar.

Ya era tarde, casi las 8 de la noche…, entramos a la casa y después de hablar dos o tres cosas, le dije…, ahora vengo, voy un momento a lo de Marcela y sin darle tiempo a decir nada, volví a salir…

Caminé hasta la esquina y me subí al auto, pero esta vez en la parte de adelante… Ahí me percaté que lo único que tenía en mis manos eran las llaves de la casa, había olvidado mi cartera, mis documentos, mi billetera y lo más importante mi teléfono celular…. Dale arranca, le dije…

Vamos a la ruta ¿?, me preguntó, refiriéndose al hotel….

A donde quieras, pero rápido no tengo mucho tiempo…., le contesté.

Y así fue, me llevó al hotel de la ruta, el mismo al que generalmente voy cuando estoy cerca de casa.

No hablamos nada en el trayecto, lo único que me dijo fue…

Ese era tu marido ¿?…

Si…, le contesté

Parece tu papá en lugar de tu marido…, cuantos años tiene ¿?…

Ya no le contesté nada.

Ni bien entramos a la habitación el tipo empezó a manosearme y a decirme una cantidad de cosas que me calentaron mas de lo que estaba.

Estás muy buena mami…, desde que te vi en el súper me calentaste, no podía dejar de mirarte…, me encantan las putas desesperadas como vos…, seguro que el viejo de tu marido no te atiende…, no ¿?

Se sacó el short y la musculosa y me empujó hacia la cama…, yo aún estaba vestida. Se tiró encima de mi, me levantó el vestido, hizo a un lado mi bombacha y me penetró…, prácticamente me violó. Varias veces trató de besarme pero lo evité en todo momento, estaba muy feo en verdad… jajaja

Yo mantenía mis piernas levantadas, no decía nada, solo gemía y lo miraba fijamente mientras el tipo bombeaba muy rápido y muy fuerte… Duró muchísimo tiempo cogiéndome y diciéndome vulgaridades permanentemente….

La palabra puta estaba prácticamente en todas sus frases. No se cuantos orgasmos tuve, pero fueron muchos. Finalmente me puso una de sus manos en mi cuello y comenzó a apretarme la garganta….

Te gusta puta ¿?…, Te gusta mi verga ¿?…, Te gusta como te estoy cogiendo ¿?

Todo su cuerpo estaba empapado en sudor… Casi sin poder respirar empecé a contestarle….

Si, dale…, mas fuerte…, mas rápido…, dale…., no pares…., más…., más…

Finalmente acabó dentro mío, soltando una cantidad muy abundante de semen, lo que me provocó otro orgasmo descomunal….

Me soltó el cuello y se dejó caer sobre mi, sin sacar su pija de mi concha…

Lo abrasé fuertemente acariciándole su espalda toda transpirada, ese olor particular que había sentido en el súper, se había acentuado…

Una vez que acabó ya no volvió a decir nada y yo tampoco. A los pocos minutos, se salió y se recostó boca arriba.

Me senté en la cama y lo miré, el tipo en verdad era enorme. Su pija ya no estaba parada pero seguía siendo grande con sus venas hinchadas.

Se la agarré, lo acaricié un poco y luego comencé a chupársela. Estaba deliciosa, no solo por el tamaño sino también por el sabor. Honestamente no pensé que se le volviera a parar, pero me equivoqué. Se le puso dura casi de inmediato.

Me monté sobre él metiéndome su verga en la concha… Empecé a cabalgarlo muy rápido y después de dos orgasmos bajé la velocidad…

El tipo estaba quieto, solamente me miraba mientras yo me lo cogía.

Pasó mucho tiempo y ahora era yo la que estaba totalmente transpirada, aclaro que aún estaba vestida…

De a ratos rápido y fuerte…, luego despacio y suave…

Por momentos arrodillada con la pija hasta el fondo frotándome sobre él y luego despegándome haciendo movimientos largos sintiendo su verga entrando y saliéndose casi en su totalidad….

Varias veces le pedí…. ¡acaba por favor…, ya no puedo mas!

En realidad estaba muy cansada, mis orgasmos cada vez mas espaciados y el tipo seguía duro como una piedra, empezó a darme palmadas en los muslos y solo repetía…, seguí cogiendo puta…, dale…, sácate el gusto….

Y si me gustaba pero en verdad ya no podía mas…, quería que el tipo acabara…

En un momento dejé de moverme, sentada con la verga enterrada hasta el estómago me quité el vestido y el corpiño. Cuando el tipo vio mis pechos desnudos, con ambas manos comenzó a acariciarlos. Pellizcó mis pezones y volvió a decir…., coge puta…, dale…

Me levanté dejado salir la pija de mi concha y volví a sentarme pero enterrándomela en el culo…. Acabé y grité como nunca y enseguida por fin él también acabó…, sentí su leche caliente en el interior de mi culo.

¡Que aguante por Dios!…, le dije…, mientras me levantaba y dejaba salir la pija….

Me acosté junto a él, necesitaba descansar…

Ambos nos quedamos así, acostados boca arriba sin emitir sonido alguno…

Pasado un rato largo, el tipo se sentó en la cama y empezó a acariciarme las tetas, por momentos mojaba sus dedos en mi concha y volvía a tocarme los pezones que otra vez se habían puesto duros….

Recién ahí el tipo volvió a hablar otra vez y a hacerme preguntas…

Tenés hijos ¿?…..

Si dos, le contesté…

Y decime la verdad… tu marido no te coge no ¿?…

La verdad…, No, por eso estoy acá…, le contesté.

Al nombrarme a mi marido y a mis hijos, caí en cuenta de la hora, ya eran las 11 de la noche.

Me senté en la cama, agarré el vestido con la intensión de ponérmelo y le dije…

Ya es tarde…, llévame a mi casa por favor….

No mami…, todavía no, me dijo mientras me sacaba el vestido de mis manos…

No…, por favor ya es muy tarde…, volví a insistirle…

Puso su mano en mi pecho y me empujó para que volviera a acostarme…

Hice el intento de levantarme nuevamente pero volvió a empujarme mas fuerte diciéndome…., todavía no te dije….

Empezó a acariciarme la concha, yo seguía diciéndole que no pero ya había comenzado a gemir, así que era un no queriendo decir si…

Se puso entre mis piernas, me las levantó y comenzó a chuparme la concha.

Después de un rato volvió a penetrarme muy fuerte…

Con una mano me sostenía una pierna y con la otra mantenía estirada mi bombacha para que no le molestara ya que varias veces su pija había tropezado con ella..

Me empecé a poner loca otra vez y tuve un orgasmo mientras él bombeaba muy fuerte.

Levanté la cabeza para ver como su pija entraba y salía. El tipo con ambas manos me arrancó la bombacha, la destrozó y eso me calentó tanto que volví a acabar….

Me cogió de mil maneras, boca arriba, boca abajo, de perrito, por la concha, por el culo y reiteradamente me cacheteó las nalgas… La verdad increíble la manera de coger del tipo y sobre todo el aguante…

Cuando se cansó de hacerme lo que quiso, acabó en mi concha. Se levantó y fue al baño, luego se vistió… Yo seguía acostada todavía temblorosa cuando me dijo…, dale vamos…., no querías irte ¿?, agarró el vestido y me lo tiró en la cara.

Me levanté…, me puse el corpiño, el vestido y finalmente las sandalias; la bombacha rota la dejé sobre la cama…

Salimos del hotel y me llevó a mi casa sin mediar palabras. Cuando me bajé del auto me dijo…, hasta otro día… y se fue.

Entré sin hacer ruido, eran las 2 de la mañana, todos dormían.

Me quedé levantada, tenía hambre. Puse a calentar agua para tomar mate y encendí la computadora…, estuve contestando algunos correos y luego fui a la cocina buscando algo de comer… Sobre la mesada todavía estaban las bolsas que había traído del súper, mi marido no había guardado nada, todo estaba tal cual lo había dejado, incluso mi cartera.

Puse a cargar mi teléfono que ya se había apagado y empecé a guardar las cosas…

Saqué las berenjenas de la bolsa y empecé a lavarlas con agua tibia y detergente, ahí empecé a revivir todo lo que había hecho y a volver a sentir el olor tan particular del tipo que había quedado impregnado en mi ropa y en todo mi cuerpo…

Empecé a frotar una de las berenjenas, mi miente ya estaba en otro lado…, empecé a recordar la verga del tipo y me calenté.

Levanté la vista…, miré el reloj y luego las escaleras…, cerré la canilla y comencé a frotarme la concha con la berenjena.

Ahí parada en la cocina, abrí las piernas y fui empujando hacia adentro hasta que poco a poco fue entrando.

Empecé a masturbarme desesperadamente con las piernas abiertas, una mano apoyada en la mesada y con la otra metía y sacaba la berenjena de mi concha.

Después de un rato, mis piernas comenzaron a temblar, así que terminé de masturbarme sentada en el piso de la cocina, con toda la berenjena metida totalmente en mi concha y frotándome fuertemente el clítoris…. Tuve un solo orgasmo que parecía no terminar nunca….

Después de acabar estuve un rato bastante largo sentada en el piso y si bien ya había soltado la berenjena, esta se mantenía en mi interior…

Finalmente me levanté, guardé la berenjena junto con las otras en la heladera y me di una ducha en el baño de abajo…

Ahora estoy envuelta en una toalla escribiendo esto y todavía siento la sensación dentro mío.

Seguramente mi marido me va a preguntar adonde fui y lo que hice… Todavía no se si se lo voy a contar, cuando llegue el momento veré que le digo.

Vicky