No existe mejor hombre al que entregarle mi virginidad más que mi hermano
Esta entrega es la continuación de, «Mi hermano conoce todo de mi».
Después de lo sucedido en el auto de mi hermano, el se empezó a comportar distante conmigo, no al punto de ser cortante o grosero, si no que hablaba lo menos posible, incluso empezó a llegar mas tarde del trabajo ya que lo había tenido desde sus 19 años y para el momento de estos hechos ya llevaba 3 años trabajando en un almacén.
Mis papás a su vez habían contratado a una persona para delegar algunas tareas y así estar mas tiempo en casa.
Un sábado en la cena mi hermano nos notifico algo que me rompió el corazón.
– He decidido independizarme – dijo sin inmutarse mucho.
Después de una breve explicación bastante obvia y tonta a la vez se retiro a su habitación.
Me quede inmóvil hasta que mis papás se retiraron a la sala a ver televisión.
– Me voy a mi habitación – advertí a la vez que casi corría a la habitación con lágrimas en los ojos, al llegar sin previo aviso abrí.
– Porque?
– Por que, qué?
– Por que te vas a ir, tanto me odias como para que ya no me quieras ver?
– No es eso princesa solo que, quiero independizarme para demostrarme que puedo ser responsable.
– No me vengas con eso, que mas tienes que probar si tu me criaste, si me tengo que arrodillar para que me perdones por a verte pedido sexo, lo hago – dije mientras doblaba mis rodillas.
Antes de que mi rodilla tocara el piso me sujeto del brazo haciéndome parar.
– No es por eso el que yo me valla, es tan solo que, papá y mamá ya van a estar mas tiempo en casa y yo ya me acostumbre a hacer lo que me venga en gana, en que alguien me controle los horarios de entrada, salida, de comer y esas cosas, me entiendes.
– Si te entiendo, pero es que tu no has pensado en mi, que voy hacer sin ti.
– Nada princesa, también es por eso el que yo me valla, has pasado mucho tiempo conmigo y eso también… bueno no es malo, pero tampoco del todo bueno, tu necesitas convivir con mas personas y el que yo me valla te dará la oportunidad de conocer a mas personas y hacer amigos.
Después de mil cosas que en la mente de mi hermano me convencieron para que lo dejara ir, nos fuimos a dormir, un par de semanas mas mi hermano había empacado y se fue sin decirme adiós pues se marcho mientras me encontraba en la escuela.
Pasaron un par de meses mas y la predicción de hermano no fue acertada, mi vida se vino a bajo, me aisle en mi soledad, no platicaba con nadie y si lo hacia era en monosílabos haciendo que la gente se marchara rápido de mi lado, en casa me encerraba pretextando estar estudiando.
Era un viernes de Julio en la ultima semana de clases, me había desvelado la noche anterior y ese día llegue tarde a la universidad pues el trafico en mi ciudad a pesar de haber menos habitantes es casi insoportable como el de Ciudad de México, así que sabiendo la ubicación aproximada de la casa de mi hermano, llegue a casa y comente a mis papás que quería irme a vivir a la casa de mi hermano, para evitar el trafico, de esta manera también yo me iría preparando para ser independiente, mis padres no lo tomaron con agrado, por fin ellos pasarían mas tiempo en casa y sus hijos se marchaban, era comprensible, aun así, lo entendieron y solo dijeron.
– Pues tienes que comentarlo con el, si el te recibe, no le veríamos problema alguno.
Ahora solo era cuestión de hablarlo con el y que me aceptara.
Mi corazón estaba volcándose entre alegría y preocupación por no saber como lo tomaría él, además de que no le veía desde que se había ido, «nos» visitaba cuando yo estaba en la escuela y no me contestaba las llamadas, después me mandaba mensajes diciendo, «disculpa princesa, estaba trabajando» o «estaba ocupado».
Afortunadamente, el ultimo sábado de Julio llego para el almuerzo, no sabia como actuar, darle a saber que la alegría me sobrepasaba o portarme indiferente e incluso no salir de mi habitación, al final decidí actuar como si de otra perdona se tratara, solo hablar con él, lo necesario.
Su saludo, me desarmó, pues fue un beso en la mejilla con un abrazo que me levanto del piso, literalmente, aun así, me aguante las ganas de besarle y decirle cuanto lo extrañaba.
Después de la comida salimos al patio de la casa y ahí fue cuando mi papá le dijo.
– Jose, que piensas de que tu hermana se valla a vivir contigo?
– Por mi no abría problema, solo que me paso mas tiempo en el trabajo y en la calle que en casa, y cuando estoy es para estar estudiando… por que?
– Pues nos dijo que quería irse a vivir contigo para estar mas cerca de la universidad y no sufrir el trafico de las mañanas.
– Emmm, si, si quieres – dijo volteando a mirarme – solo deja desocupo la otra habitación.
– La tienes ocupada? – pregunte, añadiendo – no te preocupes, no tienes que desocuparla, lo menos que quiero es incomodarte o invadir tu espació.
– No para nada, lo iba a ocupar como estudio fotográfico, pero tengo poco equipo y lo acomodo en cualquier rincón.
Mi mamá intervino preguntando sobre las razones del gusto fotográfico de mi hermano y así se desvío nuestro tema hasta mas tarde cuando el se marchaba, me dijo que preparara mis cosas para cuando me llevará a su casa lo cual estaba planeado para media semana.
Por supuesto, el que mi hermano no pusiera objeción para llevarme a su casa me puso feliz, pase dos días muestra en ansias por que mi hermano llegara por mi.
El día miércoles llegó por la tarde, casi noche, estuvimos platicando de cosas sin importancia hasta cerca de las 11:00, cuando me dijo que metiera en una manera lo esencial, sin perder tiempo agarre un cambio de ropa, la metí a mi mochila y nos fuimos, realmente la casa estaba a unas cinco cuadras de la universidad, aun que mi facultad quedaba al otro lado del campus.
Apenas entramos y mi hermano me mostró la casa, después mi habitación, al dejarme sola para ver el cuarto me percate de que había una bolsita negra encima de la cama, la abrí y me encontré con varias tangas, de distinto diseño y material de hechura, estaba con una sensación de emoción pero no quería hacerme ilusiones así que fui a su habitación.
– Oye esto, de quien es?
– Son para ti, me perece que desde que te regale las cinco en tus dieciséis años, no te has comprado mas, o si?
– No, me daba miedo que mamá las viera y solo he tenido esas cinco.
– Bueno entonces ya tienes mas.
– Gracias – dije mientras le besaba la mejilla, cerca de la comisura de sus labios – quieres que te las modele?
– Si tu quieres.
Fui rápido a mi habitación y sin poner en mi mente los hechos sexuales previos, me desvestí y me puse cada una de las tangas y se las mostré a mi hermano como si se tratara de cualquier otra cosa, para al final sentarme en sus piernas agradeciéndole su peculiar regalo de bienvenida a su casa.
Los días fueron pasando, al principio mientras mi hermano se iba a trabajar yo me quedaba haciendo los quehaceres domésticos y estudiar para mi próximo regreso a clases, realmente no hacia todo el quehacer simplemente lo mas sencillo ya que mi hermano tenia a una señora aseando, como ya había mencionado mi hermano casi no tenia tiempo mas que para, escuela y trabajo entre otras cosas.
Al mediados de agosto ya en la escuela, decidí poner en hecho lo que había dicho a mis padres, así que busque trabajo, para esto, mi hermano me ayudo pues después de tres años trabajando para la misma empresa ya había logrado ascender de ayudante general en un almacén de producto terminado a supervisor, y la forma de ayudarme fue contratándome como su secretaria ya que, la que tenia anteriormente le trasladaron a un almacén nuevo.
Entonces mis horarios eran, por la mañana ir a trabajar y por la tarde ir a la escuela, en ocasiones mi hermano iba por mi a la escuela o en ocasiones yo me regresaba caminando. Esto duro hasta que mi rendimiento mostró una baja y mi hermano preocupado me ofreció estudiar, hacer un poco de aseo en la casa, llevar la ropa a la lavandería y hacer de comer, a cambio de eso el me daría dinero extra a la que mis papás me daban, cosa que gustosa acepte.
Paso medio mes mas y he aquí donde mi vida se volvió a turbar pues el día primero fue mi cumpleaños y para esto después de la celebración con mis padres, mi hermano, algunos amigos y amigas, y yo partimos rumbo a valle de bravo, donde nos iríamos a quedar un par de días a la casa de unos amigos de mis padres.
La idea era hacer una fiesta para celebrar mis 19 años, para esto antes de llegar a la casa mi hermano y otros chicos pasaron por varios ingredientes para preparar bebidas, al planear que tomaríamos, no te que había algún tipo de complicidad entre los hombres.
Se hacia tarde mientras preparábamos bocadillos y bebidas de las cuales sobresalían dos una de color rojo y otra de color azul, mi hermano metió a la casa la bebida roja y solo le servía a algunos, note que estos eran los que tenían pareja y los pobres solteros como yo, nos servían la bebida azul, esto me dejo intrigada, después de una tarde de baile y bebidas se hizo de noche, yo aproveche que mi hermano fue al sanitario para tomar un baso de aquella bebida la cual no me supo a nada en especial, solo un ligero toque de sangría así que seguí bebiendo varios vasos en diversos momentos, hasta que me sentí bastante mareada, por un momento supuse que aquella bebida estaba planeada para que mareara rápido y para no verme descubierta salí de la propiedad y empecé a caminar para bajar el efecto del alcohol, llegue a una esquina a unas cuatro o cinco cuadras de la casa y ahí me quede sentada.
No se si fue coincidencia o fue el destino pero vi pasar a un amigo de la secundaria junto a otros chicos, el al verme se acerco a saludarme, sus amigos le esperaban pero el les pudio adelantar el camino ya que teníamos mucho que platicar, y pues empezamos recordando los tiempos de escuela, los amigos en común de aquella época, el motivo de nuestra visita a aquel pueblo mágico, como se les conoce aquí en México a este tipo de pueblos turísticos.
De un momento a otro empecé asentir una mezcla entre calor en mi vagina a la vez que me sentía húmeda, me sentía excitada, deje de poner atención a lo que mi amigo me decía para solo mirar sus labios, deseaba que me besara, de pronto escuchó un suspiro y de su boca sale una confesión.
– Sabes desde primero de la secundaria, me has gustado.
– En verdad? – dije sin pensar.
– Si, y no sabes cuanto.
– Que te gustaba de mi?
– Todo, pero sobre todo tus labios, tus ojos y las ricas nalgas paraditas que tienes.
– En serio, te gustan mis nalgas.
– Si – contestaba cada vez mas animado mientras se acercaba a mi.
De un momento a otro siento como ya tengo su respiración frente a mi y sus labios pegados a los mios, mi libio reacciono por mi y abrí la boca aceptando aquella boca, mi lengua señaló lo que mi vagina deseaba, pues rápidamente se introdujo entre los labios de aquel chico del cual yo prácticamente ya no conocía nada.
Empecé a sentir una mano la cual fue recorriendo mi pierna hasta introducirse en el short que vestía hasta que llego a mi vulva, apenas vasto ese tacto al lugar mas intimo de mi cuerpo para que mi cuerpo reaccionara con rechazó, me levante rápidamente y salí corriendo, tenía a mi hermano en mi mente, no pensé si era bueno o malo, simplemente lo tenia ahí, sentí que lo necesitaba a el.
Apenas faltaba una cuadra para llegar a casa a cuando lo miro, al llegar a el me lance para abrazarlo con piernas y brazos.
– Donde estabas?
No conteste, no puede, mi llanto ahogo mi voz, solo atine a decir.
– No sabes cuanto te extrañe en los días que no te vi en casa, por favor no me vuelvas a dejar sola, me haces mucha falta.
Después de terminar mi frase le empecé a besar la cara e incluso se me escapó uno a sus labios, el no dijo nada al respecto solo sonrió y me contesto.
– No te preocupes princesa, siempre voy a estar para ti, para cuidarte.
Después de eso, nos metimos a dormir, no vi a nadie en el trayecto a la habitación, aun que si, susurros a los que, no les di importancia.
– hoy vamos a dormir juntos princesa.
– Si.
El alcohol me hizo dormir rápido pero desperté con la misma velocidad, pues me había dado ganas de orinar, voltee hacia mi hermano y estaba dormido.
caminando hacia la cocina empecé a oír gemidos y recibidos de cama, en una habitación la cual estaba semi abierta me atreví a entrar, lo de vi me dejo sorprendida, una de mis amigas se estaba dando unos muy buenos sentones encima de uno de mis amigos, supuse era su novio, digo supuse, por que no los identifique bien.
El calor entre mis piernas era fuerte, por ello lleve la mano derecha ahí y empecé acariciando mis clítoris, de la estimulación se me quería salir la orina y fui sigilosamente hasta el sanitario.
Regrese con mi hermano y este se encontraba despierto.
– Ha donde fuiste?
– Al sanitario, tenia ganas de hacer pis.
– Bueno ya duermete.
Me acosté nuevamente frente a el, tome su brazo haciendo que me abrazara, trate de dormir pero no pude, estaba inquieta por la excitación que me dejo el espectáculo del que fui espectadora, empecé a escuchar la respiración fuerte de mi hermano y eso me dio a entender que ya dormía, pare las nalgas echandoselas a la verga, y empecé a acariciar mi vulva sin darme cuenta de que mis movimientos inducían a la cama a moverse al compás de mis lujuriosas caricias.
– Que haces niña? – dijo mi hermano en un tono efusivo, aun que no de regaño.
– Nada – mi voz era un poco temblorosa.
hubo un momento de silencio y después sentí la mano de mi hermano sobre la mía.
– Que era la bebida roja?
– Algo no apto para princesas como tu.
– En serio, que era?
– Un afrodisíaco.
Había escuchado la palabra, aun que nunca había probado, ni había sabido de alguien que tomara o comiera algo así.
– Tomaste verdad?
– Si, un poquito.
– Ya duermete.
Después de varios minutos logre dormir, pasamos todo el día siguiente en Valle de bravo disfrutando de piscinas, durante el día me llego un mensaje de Erick, uno de mis amigos de la preparatoria.
– Hola Ana, Feliz cumpleaños.
– Hola Erick, gracias.
– Oye me vas a dar pastel, hee!
– Eso fue ayer.
– Bueno, entonces a ver cuando me invitas un café por lo menos.
– Pues cuando quieras.
– Entonces a ver cuando te visito.
– Si.
En casa pasamos dos semanas sin ninguna novedad, hasta el día sábado por la tarde, regrese de correr. Me acercaba a casa cuando veo que alguien estaba en la entrada. Era Erick, quede sorprendida ya que no habíamos confirmado, ni quedado en nada en nuestros mensajes, además de que según yo no sabia donde vivía, esto solo lo sabían, además de mis amigos y amigas en común con mi hermano, mis amigas mas cercanas de la preparatoria.
– Hola Ana, como estas? – dijo mientras se acercaba para darme el beso de saludo.
– Hola bien gracias, y tu como estas?
– Bien gracias.
– A que debo tu visita?
– Pues me ibas a invitar un café, no?
Como respuesta di una risita nerviosa pues no estaba para recibirlo, me encontraba sudada por el ejercicio y no quería estar a solas con un hombre que no fuera mi hermano, aún así le invite a la entrar a la casa por no portarme mala onda.
Estuvimos platicando en la sala, para no dejarle solo y evitar malos entendidos preferí quedarme con la ropa deportiva aun que me sentía muy sudada.
De momento Erick hace un comentario que me deja en shock.
– Olle estas excitada?
– No, por que?
Se acercaba a mi y mirándome a los ojos dice.
– Es que, estas mojadita de aquí – contestaba mientras ponía su mano sobre mi vulva.
– Oye..!
Empuje su mano con la mia, el rápidamente tomo mis muñecas y las apretó contra el sillón.
– Estas bien buena, no sabes como se me paraba al ver tus nalgas.
– Sueltame..!
Forcejeaba para liberarme, pero el era mas fuerte y pesado haciendo que me fuera imposible, trate de patalear, pero con las piernas abrió mis piernas y solo fraccionaba mis pies con su costado.
Parándose rápido, tomo mis legguings deportivos y los bajo hasta mis tobillos, se volvió a poner frente a mi aplastando el pantalón sujeto mi top y lo jalo hacia abajo dejando mis pechos al aire, sus labios se dirigieron con furia hacia mi cuello y empezó a bajar hasta por mis hombros hasta llegar mi pezón derecho mientras que su mano tocaba mi vulva sobre la tanga.
Se me escapo un gemido a la vez que se oía la puerta de la entrada abrirse.
– Que mierda estas haciendo!
Apenas pude ver unos segundo la cara llena de ira de mi hermano, cuando este sujeto a Erick y lo jalo hacia el piso, su cuerpo tenia un segundo de haber impactado contra el suelo cuando el pie de mi hermano le sacaba el aire del estomago, fueron varias veces que le pateo para después sacarlo a golpes de la casa.
Sentía vergüenza por la forma en la que me había encontrado, pero aun me dolió mas la forma en la que me habló.
– Ve y recoge tus cosas que yo no quiero a una puta en mi casa!
– Yo no…
– Que recojas tus cosas dije!
Sin mas palabras me dirigí hacia mi habitación, me deje caer el una de las esquinas de la cama y ahí me quede llorando, no le. había dado importancia la forma en la que quede pero, el leguing estaba por de bajo de mis nalgas y estas las tenia paráditas formando un ángulo de 90 grados con respecto a mi torso.
Abría pasado media hora llorando en la misma posición cuando siento una mano en mis nalgas, sabía que era mi hermano, era el único que podía entrar a mi habitación, no di mucha importancia, era casi imperceptible, unos momentos mas y siento que pone su verga entre mis nalgas.
No sabia que decir, tenia inmensas ganas de ser suya, pero me acababa de decir puta y pedírselo confirmaría sus palabras.
– Perdoname, lo que visto no fue por culpa mía, el dijo que le invitara un café por lo de mi cumpleaños y después me empezó de desvestir, yo no quería.
Sus palabras eran mudas. Me bajo totalmente el legguing, después de segundos sentí su mano entre mis nalgas haciendo aun lado mi tanga, sentí su verga llegando a mi vulva.
– No..! No hasta que me digas que me crees.
Me dio la vuelta y me quito los tenis y luego el legguing, después el top y por ultimo la tanga, se acostó sobre mi y se metió entre mis piernas, besando mis labios dijo.
– Te creó.
Lo abrace con brazos y piernas y correspondí a sus labios, acomodo su verga entre mis labios vaginales y empezó a tratar de entrar en mi.
– Te prometo que eres el hombre a quien mas quiero y solo seré tuya – dije en forma de promesa a mi amado hermano.
El dio un empujón que acabo con mi virginidad, cerré mis ojos y el dolor fue como si me hubieran dado una inyección y ahora era solo como la sensación de dolor o un pequeño ardor.
Sentí como mi hermano iba invadiendo poco a poco lo mas intimo de mi ser, mi vagina y no se detuvo hasta que su virilidad hizo contacto con mi cuello uterino, me empecé a tan feliz que me salio una lágrima, me hacia feliz que el hombre que me vio crecer, que me había cuidado y alimentado me estuviera haciendo mujer.
– Te amo – dije a la vez que empecé a besar sus labios, mi felicidad se desbordaba y eso me hacia besarlo como si tuviera que dar el mayor numero de besos en un tiempo limitado, bese sus labios, sus mejillas, su cuello, su pecho. Mientras tanto el penetraba mi vagina, era rica la sensación de tener la llena de el, de su verga, que rica verga jalaba mis labios hacia dentro y hacia atrás.
En la habitación solo se oía nuestras respiraciones y el choque de su ingle contra mis entrepiernas.
En un momento sentí ganas de orinar acompañado de una sensación electrificante para acabar una atención de mis músculos vaginales y del resto de mi cuerpo.
Tomo mis piernas y poniéndolas de su lado derecho frente a el empezó a dar arremetidas fuertes que me daba un placer increíble.
Después de varios minutos nuevamente mis paredes vaginales se contraían y mi hermano invadía mi interior con su esperma, fue lo mas rico que pude haber sentido, los golpesillos y el calor de ese elixir proveniente de mi hermano.
Creí que todo había acabado por ahora y estaba mas que satisfecha, mi hermano tomo mi cintura y se posicionó tras de mi quedando en posición de cucharita, creí que dormiriamos pero me equivoque, sentí la verga dura de mi hermano, desafiante acercándose a mi vagina y esta la recibía con el mas inmenso amor que se le puede tener a un hermano, nuevamente entro a lo mas intimo de mi y empezó a darme arremetidas suaves, con sonidos imperceptibles, estuvimos así bastante tiempo, momentos en los que el me besaba el cuello, la oreja derecha, las mejillas, me volví a correr de una manera inexplicable.
Para después recibir su rica leche.
Nos quedamos dormidos, serian las nueve de la noche cuando desperté, al verme desnuda y abrazada por el me sentí la mujer mas feliz y plena del mundo, había logrado perder la virginidad con mi hermano.