Novia sádica convierte a su novio en cornudo

5/5 - (1 voto)

Nota a los lectores: está serie está hecha para que cada episodio sobreviva por si solo, pero si quieres saber más sobre los personajes ve y lee la primera parte, el prólogo

También está el asunto de la categoría, bueno, no existe la categoría donde yo creo que iría perfecto esto, disculpen por eso, en fin, el relato sin más.

Mariana estaba en cuatro patas siendo penetrada por su novio Luis. El odiaba admitirlo, porque se sentía mal pensarlo, pero su novia desnuda con el culo al aire era sin duda su mejor ángulo. Sus enormes y bien formadas nalgas, su cintura que era perfecta para tomar y penetrar, su hermoso y apretado ano rosado, su preciosa vagina, su piel tan blanca, sin ninguna marca y completamente suave…

Mariana: ¡ay Armando me encantas! – decía ella entre gemidos, tenía los ojos cerrados y pensaba en su vergon exnovio, Luis se puso histérico y le clavó la verga de golpe, pero ella no se había confundido, sabía perfectamente que era su novio Luis quien la follaba, pero quería que su novio se la metiera más fuerte… Y funcionó

Luis comenzó a penetrarla como psicópata, jaló su cabello violentamente para alzarle la cara

Luis: ¡¿piensas en el mientras yo te la meto?! – preguntaba histérico sin dejar de mover la cadera para seguirla penetrando

Mariana: ¡sí! ¡Cállate! ¡Me desconcentras! – decía ella cruelmente, Luis soltó su pelo y siguió follandola fuertemente mientras ella seguía con los ojos cerrados contra la cama, Luis estaba tan cachondo que terminó con una enorme carga dentro del condón casi de inmediato

Terminaron exhaustos respirando histéricamente en la cama uno al lado al otro mientras Luis se quitaba el condón.

Luis: ¿en serio pensabas en el? – preguntaba él, con el ego herido pero la abrazaba dulcemente

Mariana: tal vez un poquito… o tal vez solo quería molestarte jajaja – decía ella riendo, Luis se reía nerviosamente y no se atrevía a preguntar de nuevo.

Ella si pensaba en Armando mientras Luis la follaba esa tarde, aunque solo superficialmente, solo un poco en momentos, antes de ese mes ella nunca se hubiera atrevido a traicionar a su novio ni siquiera con la mente, pero las cosas habían cambiado un poco.

Los comentarios sucios sobre Armando eran muy comunes en el sexo e incluso a veces fuera de la cama.

«Su verga sabía de la chingada, pero la tenía bien enorme, así que no me importó e igual se la mamé»

«ese wey siempre me metía las manos entre las nalgas cada que podía jajaja»

«ayer me masturbé pensando en el…»

Todo lo que ella le decía era verdad, ella no quería inventarse nada, seguramente él se daría cuenta y sonaría poco real y la diversión se estropearía, no quería ser atrapada en una mentira que destruyera la fantasía. Por eso mismo, el material morboso se acababa, y aunque ella era capaz de vez en cuando de aún ponerlo cachondo con eso, sentía que la novedad después de un mes se agotaba. Ella solo había estado 2 meses con Armando, solo le había dado una mamada en su auto y ni siquiera se habían desnudado por completo uno con el otro. El material morboso se acababa.

Ella y Luis nunca habían hablado del tema «cornudo» que obviamente estaba sobre la mesa, durante ese mes solo se dedicaban a explotar la fantasía de su otro único novio. El no parecía lo suficientemente valiente para pedir más, ni siquiera preguntaba mucho, la fantasía, el morbo, siempre venia de ella, animado por erecciones y penetraciones histéricas de él, pero nunca por peticiones de ir más allá. Ella sabía que se acercaba un punto de quiebre, la fantasía de Armando se agotaría y todo terminaría… O tendría que ir más allá.

Pasaba el tiempo e incluso ya follaban a veces sin hablar de Armando, ella se había quedado sin anécdotas cachondas y él no se atrevía a ir más allá, ella se sentía frustrada, ella quería más, pasaba horas pensando que hacer al respecto, de pronto, un simple mensaje de él le dio una perversa idea, era tan obvio que ella se sintió estúpida de no haberlo pensado.

«Oye amor, Laura me dijo que irían ella y los demás al Sky blue a tomar algo ¿te apuntas?»

Todo era perfecto, el Sky blue era ese bar donde se emborrachó con Armando y le dio una mamada en su auto, habría alcohol y muchos hombres, parecía un lugar perfecto para obtener más material de fantasía cornuda. Ella solo le dijo que sonaba divertido y que contara con ella. No pensaba revelar sus perversas intenciones.

Ella fue a comprarse un vestido, se decidió por uno casual, nada muy elegante, gris y bastante corto, con manga larga, terminaba abajo en falda, mini falda bastante corta y enfrente tenía un escote en forma de v, que dejaba ver bien su lindo par de tetas, bastante revelador. Ella sin duda llamaría la atención, pero tampoco la tacharían de puta, ella quería llamar la atención, pero tampoco revelar sus oscuras pretensiones.

Él llegó por ella, no hizo mucho alboroto en su vestido, ella solía usar cosas sexis, no demasiado como eso, pero él no le dio mucha importancia, solo le mencionó lo asombroso que lucía su culo y vaya que sí, la redondez y enorme tamaño de sus nalgas se marcaban perfectamente bien en el vestido. Llegaron al bar y buscaban la mesa de los amigos de Luis. Algunas miradas por aquí y por allá en el lindo trasero de su novia, Luis ya no le tomaba más atención a eso, estaba acostumbrado a que el enorme y delicioso culo redondo de su novia siempre llamaba la atención, pero cuando pasó un tipo bastante guapo a lado de ella que la vio sin ninguna vergüenza y ella lo miró fijamente a los ojos, le recorrió un escalofrío, pero no dijo nada.

Encontraron la mesa más pronto que tarde. Estaba su amiga Laura, Gabriela, Estela, Carlos, Juan y un hombre al que no conocía de nada. Llegaron, se saludaban mutuamente

Laura: este es mi amigo Damian, el es Luis – decía apuntando al hombre desconocido de camisa negra, un hombre con la piel bronceada, ojos azules, barba al ras, bastante guapo

Damian: mucho gusto – decía el hombre amablemente saludando a Luis de mano

Laura: ella es Mariana, novia de Luis – le decía al hombre ahora indicando a la deliciosa novia de Luis

Damian: mucho gusto Mariana – decía él estirando la mano de nuevo, ella tomaba su mano y lo jalaba hacia ella para saludarlo de beso en la mejilla, el respondía la convención

Mariana: ¡no sabía que tenías amigos tan guapos we! jajaja – le decía a Laura que no sabía muy bien como responder, Luis se alarmó de inmediato, Laura era amiga de Luis, conocía a Mariana y había charlado un par de veces con ella, pero no tenían ese nivel de confianza, Laura solo rio nerviosamente mirando de reojo a Luis, que fingió no verla.

La noche avanzaba, bebían mucho alcohol y fumaban muchos cigarros. Mariana se encargaba de mantener contacto visual con su nuevo amigo al otro lado de la mesa, aunque no estuvieran hablando, ella a veces le sonreía débilmente, el correspondía. Luis lo notaba y se ponía histérico de pensar que alguien más se diera cuenta. Cuando ella fue al baño, el la acompañó amablemente sin decir nada, pero cuando ella salía, el decidió confrontarla

Luis: oye amor… – decía tímidamente, todo había sido muy confuso, no sabía que pensar, no quería comenzar una pelea por nada

Mariana: ¿que pasó? – decía ella con desinterés mientras intentaba caminar de regreso a la mesa, pero su novio la detuvo del brazo y la llevaba a una zona donde la estruendosa música los dejara hablar más en paz, ella lo veía con cara consternada

Luis: ¿estas coqueteando con ese wey? – decía preocupado, sumisamente, el siempre había sido así, pero ella era una buena mujer y nunca había abusado de eso, era comprensiva con sus sentimientos

Mariana: ¿con quién? – ella hizo una cara de confusión total, prosiguió de inmediato – ¡¿con Damian?! ¡Jaja claro que no! – decía riendo y parecía tan sincera haciendo una cara graciosa estilo «WTF?!» que Luis se relajaba de inmediato

Luis: jajaja ok ok perdón, es que no sé… – tomaba aire, ella lo dejaba proseguir – con todo lo que hemos hablado y dicho… – parecía que el por fin hablaría de tema, ella estaba expectante mirándolo fijamente, emocionada porque diría su novio

Mariana: ajam… – decía mostrándose guay pero rogaba por dentro que el abriera la maldita caja de Pandora de una vez

Luis: nah nada no te preocupes, creo que estoy pedo jajaja – terminaba el nerviosamente dirigiéndose de nuevo a la mesa con su novia de la mano, ella estaba algo decepcionada

La dinámica entre ellos siempre era muy clara, él era el curioso obsesivo, ella no rogaba ni exigía respuestas, parecía no importarle nada, eso los complementaba y los volvía locos uno al otro en igual medida. Por eso mismo ella no quiso insistir en qué el dijera nada, sería raro, tal vez él sospecharía que ella quería abrir el tema y ella quería que él lo hiciera. Él era sumiso y nervioso, rara vez abría un tema delicado, ella decía las cosas de frente y atacaba con todo sin guardarse nada. Sin embargo, está vez ella no quería imponer nada, quería que él lo pidiera o lo hablara o algo. Cómo dije, ella caminaba decepcionada con él a la mesa, Mariana tenía que subir las apuestas.

Ella regresaba a la mesa e intentaba charlar con aquel guapo hombre, pero fingía no escucharlo, haciendo gestos cómicos poniendo su mano en su oreja, le gritaba histéricamente «¡¿QUE?!» el hombre reía.

Mariana: oye – le decía moviendo por el hombro a Juan, uno de los amigos de Luis, que estaba al otro lado de ella, del otro lado Luis obviamente, el chico volteaba a verla esperando respuesta – ¿le cambias el lugar a Damián? Me estaba contando algo y no le escucho ni madres

Juan: si – decía el chico por completo desinteresado, no molesto ni nada, parecía que le daba igual donde sentarse, se puso de pie y le hacia una seña a Damian, también se ponía de pie y cambiaban lugares

Damian tomaba su lugar felizmente a lado de Mariana, miraba sus enormes y sexis piernas al sentarse, ella lo notaba. Comenzaron platicando los 3, Luis, Damian y Mariana, contaban cualquier tontería, sobre sus trabajos, la escuela, su familia. Pero poco a poco Damian se imponía y monopolizaba la charla.

Luis estaba tranquilo al principio, ella había sido sincera, ¿verdad? Así que no quería hacer dramas, pero ella parecía estar más y más cercana a Damián, riendo de todo lo que él decía, dándole la razón y de vez en cuando tocando su brazo en un gesto «inocente» pero él lo notaba.

De pronto la charla se tornaba sexual, Damian comenzaba a hablar sobre «chicas» que el follaba, hablaba sobre muchas, como si fuera común que el follara una diferente cada semana, Mariana le creía mientras tenía el coño algo húmedo, Luis estaba nervioso, todo el asunto sexual con Mariana estaba en un terreno delicado y desconocido.

Damian: …y para rematar hice que me chupara la verga en el carro afuera de su casa jajaja – decía riendo, siguiendo una anécdota sucia, los 3 reían, Mariana y Damian sinceramente, Luis nervioso, no sabía a donde podía llevar todo eso

Mariana: afortunada la vieja – decía Mariana riendo un poco, la respiración de Luis se aceleraba

Damian: ¿tu crees? – decía el tranquilamente, Mariana se ponía un poco nerviosa, no esperaba una pregunta tan directa de regreso con su novio enfrente

Mariana: bueno si… – pensaba lo que diría, no quería ofrecerle sexo oral directamente, pero tampoco desairarlo – es que ammm o sea a mí me encanta eso de dar mamadas en el carro – decía salvando un poco el coqueteo tan descarado

Damian: pues entonces afortunado tu wey – decía chocando el puño con Luis, el respondía apenas sonriendo sin mostrar los dientes y chocando débilmente el puño con él

Mariana: es que se ve que la tienes grande wey – decía Mariana de nuevo atacando, Damian reía un poco incómodo de escuchar eso frente al novio de esa linda chica, Mariana estaba nerviosa pero logró parecer tranquila – y está rico chupar vergas grandes obviamente jaja – remataba el descarado coqueteo mientras bebía un poco de su cerveza

Luis se preocupaba porque alguien más escuchara, pero la música estaba fuerte, incluso el tenia que acercar el rostro para escuchar, estaban a salvo de oídos chismosos

Damian: bueno la verdad es que no estoy mal – decía siendo un poco modesto pero sin negar nada

Mariana: a ver jajaja – decía ella riendo nerviosamente volteando a ver la entrepierna de Damian sin ninguna vergüenza, Luis le daba un largo trago a su cerveza, Damian reía abriendo las piernas cómica y exageradamente, los 3 reían, luego el cerraba las piernas

Damian: pero si me sacó la verga aquí, nos corren – decía intentando no lucir cobarde

Mariana: ¿y fotos? Jajaja – decía Mariana, estaba más emocionada que nunca en su vida, estiraba la mano debajo de la mesa y buscaba la verga de Luis, puso la mano encima, estaba erecto, pero el retiraba su mano rápidamente, como si no quisiera que ella lo supiera, pero ella lo supo y tomó su erección como una aprobación

Damian: ¿neta? – preguntó riendo nerviosamente ante la petición de fotos, veía de reojo a Luis intentando que el no lo viera, Luis fingió no notarlo y reía fingidamente

Mariana: si a ver enséñanos jajaja – decía riendo bebiendo más de su cerveza, volteando e invitando a Luis a también ver, el reía nerviosamente pero intentaba lanzarle una mirada, tal vez para detenerla o tal vez solo una mirada emocionada

Damian: a ver… – decía riendo nerviosamente y sacando su celular, sonreía nerviosamente mientras sus dedos y ojos recorrían la pantalla, Mariana tomó la mano de Luis y la llevó a su coño húmedo debajo de su vestido, solo por encima de su delgada tanga, el sentía el calor y la humedad, ellos estaban a salvo cubiertos por la mesa, el la acariciaba.

Damian buscaba rápidamente y le daba el celular a Mariana, una foto de él de cuerpo completo, frente al espejo, completamente desnudo, su piel estaba bronceada por todos lados, sus pectorales bien marcados y el abdomen plano, sosteniendo una buena verga morena, bastante larga aunque algo delgada, bolas y verga completamente rasurados.

Mariana tomaba el celular con una mano, abría los ojos exagerando un poco al ver la foto, quería halagarlo, aunque honestamente le gustaba lo que veía

Mariana: woooow jajaja – decía sin dejar de ver la pantalla, Luis solo veía un poco y reía fingiendo, Mariana hacia zoom sin vergüenza a la larga verga de Damian – ¡tienes la verga súper larga no mames jajaja! – decía viendo atentamente la verga que ahora estaba en primer plano en la pantalla, Damian veía con el cuello torcido la pantalla, pero intentaba ver su escote y ese lindo par de tetas, se ponía erecto imaginando cosas y no le retiraba el celular de las manos

Mariana le regresaba el celular riendo, el lo guardaba

Mariana: pues si… como dije, Afortunada la vieja JAJAJA – decía riendo histéricamente de manera forzada, se había dado cuenta un poco tarde de su evidente descaro, Luis bebía de su cerveza riendo fingidamente, Damian reía un poco incómodo pero cachondo

No se hacían mas comentarios del largo falo de Damian, la charla regresaba a terreno seguro sobre cosas más mundanas, las erecciones bajaban, Mariana se secaba. El retorcido trio unía a charlar con el grupo, cuando parecía que todo estaba terminado esa noche y Luis bajaba la guardia, entonces ponían la música aún más fuerte, un DJ anunciaba su llegada, con un remix ruidoso de reggaetón, entonces dejaba una canción seguir

Mariana: ¡¡me mama esa canción!! ¡¡Uuuuuh!!- gritaba y aullaba emocionada bailando, algo ebria con las mejillas rosadas, bailaba tontamente en su silla moviéndose y haciendo rebotar sus lindas tetas rubias

Juan se ponía de pie casi de inmediato y se llevaba a Gabriela a bailar, los demás se mantenían en sus asientos

Mariana: ¡vamos a bailar! – le decía casi gritando a Damián, el dudó una milésima de segundo viendo reojo al pobre Luis cornudo sentado que no supo cómo reaccionar, el momento se hubiera vuelto incómodo, pero Mariana no notó eso y prosiguió – ¡vamos a bailar we! – repetía tomando la mano de Damian y poniéndose de pie, el no dijo nada y vio abiertamente a Luis buscando aprobación, Mariana está vez si lo notó – el no baila, no le gusta – decía en voz alta y sinceramente, como un gesto completamente inocente ¿lo era? Pero algo era verdad, Luis no era del tipo bailador, Luis se encogía de hombros riendo, Damian se ponía de pie y seguía a Mariana, antes de irse ella se agachaba y besaba a Luis dulcemente en los labios

Ellos se retiraban a la pista de baile, irónicamente esto Luis no lo veía con malos ojos, Mariana bailaba sentada tontamente incluso cuando alguien ponía reggaetón en su celular en la universidad y había bailado prácticamente con todos sus amigos en común, era una dinámica común entre ellos. Pero su amiga Laura vigilaba a la pareja de cerca mientras se alejaban y cuando la feliz pareja estaba a algunos metros…

Laura: wey – decía llegando a sentarse a lado de el – ¿no te molesta? – preguntaba con la cara confundida apuntando con la mirada a su novia y a Damian mientras tomaban lugar en la pista, entre penumbras no podían verlos muy bien, a Luis se le aceleró el corazón ¡¿ella había notado que ellos coqueteaban?!

Luis: ammm ¿qué? ¿Por qué? ¿Ellos? Nah – decía intentando restarle importancia, Laura no decía nada e intentaba ver a la pareja a lo lejos, ambos miraban unos segundos en silencio

Laura: wey como que se están coqueteando súper cabron, ¿no? – insistía, Luis la odiaba en ese momento por insistir, estaba en pánico, ¿que se suponía que hiciera?

Luis: naaaah nada que ver, solo le cayó bien el wey, yo estoy aquí no mames – decía un poco a la defensiva, pero Laura no retrocedía, tenía una amistad de años con él y ella era sincera y mordaz

Laura: ¡wey! – decía llamando su atención, haciendo cara de molestia – ¡hasta le dijo a Juan que le cambiará el lugar no mames! Ve y quítasela al wey, ese wey es bien cabron yo nomás te digo… – decía finalizando a modo de amenaza y regresando a su lugar

La amenaza lo puso nervioso y su erección regresaba, ¿Laura consideraba que Damian podía follarse a su novia? Sentía que con esa insinuación ella lo consideraba inferior a Damián y encontró eso hiriente y cachondo al mismo tiempo. ¿Qué tanto sabía de él para hacer esa amenaza? ¿Él era así? ¿Era tan asombroso que podía follarse a la novia de otro y salir impune? ¿Había sucedido antes ya? ¿Laura lo sabía?

Las preguntas acosaban a Luis mientras veía a Laura bailar dándole la espalda a Damian, restregando un poco sus deliciosas nalgas contra la entrepierna de él, típico perreo, pero ahora todo era tan cruel, ella sonriendo un poco empinada y moviendo su hermoso y enorme trasero sobre el regazo de Damian, mientras su nuevo amigo veía atentamente las nalgas de Mariana sin vergüenza. Laura le lanzaba miradas. El decidió solo beber y bromear con Carlos y Estela, eso sí, manteniendo vigilada a su novia, soportaría con una confusa erección que ella rozará sus firmes nalgas contra Damian y el viera su culo sin pena, pero no pensaba perderlos de vista. Laura se fue a bailar con Estela y se quedaban Carlos y él platicando como buenos camaradas.

En la pista, Mariana estaba emocionada, intentaba no restregar su culo por completo contra Damian, ella quería restregarle el culo por completo, pero había conocido un lado suyo sádico y morboso que disfrutaba con torturar sexualmente a su novio, y al parecer a los hombres en general. Se aseguraba de rozar sus nalgas lo suficiente contra Damian para que el pudiera disfrutar sintiendo sus firmes nalgas y ella pudiera sentir su erecta verga un poco, pero no tanto como que para su verga acariciara su caliente y húmeda concha. Ella estaba emocionada y cachonda, no podía creerlo, quería más, se estaba enganchando a esto rápidamente, pero no quería correr y romper el delicado hielo sobre el que caminaba. Si jugaba bien sus cartas, pronto estaría caminando sobre firme concreto con la bendición de Luis.

De pronto Luis tuvo un micro infarto, no veía a su novia ni a Damian. Recorrió histéricamente con la mirada la pista sin que Carlos lo notara o intentando eso al menos. No los encontraba por ningún lado ¿qué podía hacer? Pasaban los minutos ¿tal vez 5? ¿10? Estaba desesperado esperando que de pronto ellos reaparecieran, pero nada. Quiso levantarse, pero intentó pensar una mentira primero, Carlos no dejaba de hablar ¿ir al baño? No, estaba exactamente al otro lado de donde debía ir ¿ir a la barra? Tal vez, estaba por levantarse cuando veía a Laura, acercarse de lejos, obviamente buscándolo con la mirada, ella lo vio y el entendió que ella iba decirle algo, ahora ella se dirigía a el directamente soltando del brazo a Estela, Luis esperó nervioso, Laura tenía una mirada preocupada

Laura: wey – decía comenzando, Luis acercaba el rostro – ve allá we – le indicaba un lugar con obvia preocupación

Luis: ¿por qué? – preguntaba Luis nervioso intentando ocultar su expresión

Laura: ¡wey ve allá! – le decía a modo de regaño

Luis: ¿por qué? ¿Qué pasa? ¡Dime! – decía desesperado

Laura: ¿ves a tu novia? ¡Ve allá we! Abajo del DJ, dónde está más oscuro – decía como si estuviera molesta con el, Carlos no escuchaba nada, les daba privacidad con desinterés mientras fumaba

Luis se puso de pie sin decir nada. Caminaba con el corazón hecho un puño ¿estaba emocionado? Su verga diría que sí, su corazón que no. Seguía avanzando torpemente entre el mar de gente acercándose a la zona mencionada por Laura, sin duda estaba más oscuro, tenía dificultades para ver, solo los leds del suelo le impedían no tropezar con las pequeñas escaleras que hacían un desnivel.

Seguía bajando sin saber que encontrar, mil pensamientos cachondos y furiosos lo acosaban, lo peor es que su amiga Laura los había visto, eso no le dejaba de rondar la mente. Siguió bajando, buscaba desesperadamente ¡estaba tan jodidamente oscuro! ¡Carajo! De pronto… Parece que reconocía el vestido de ella, se acercaba y en efecto, era ella…

Se estaba besando apasionadamente con Damian, estaban recargados sobre la pared, el sostenía su precioso y enorme trasero firmemente con una mano, ella lo abrazaba apasionadamente por el cuello con una mano, ellos se besaban profunda y lentamente, apasionadamente, como dos amantes disfrutando esos primeros, misteriosos y deliciosos besos, ambos tenían los ojos cerrados, podía ver en momentos como se separaban un poco y la lengua de ella buscaba entrar en la boca de él. Se le revolvió el estómago, se quedó ahí parado viéndolos, la música estaba muy fuerte, la gente pasaba frente a él estorbando la vista por momentos. Sentía que si siquiera tocaba su verga explotaría en sus pantalones, se recuperaba, le volvía la mente al cuerpo y caminaba débilmente hacia ellos, le temblaban las piernas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de ellos 2 como para poder ver cómo el mordía sensualmente el labio de ella, caso gritó

Luis: ¡Mariana! – ella se separó histéricamente de Damian y volteó a verlo aterrada

Luis pudo notar la mano de el salir debajo del vestido de ella y la mano de ella salir de debajo de Damian, ella se acomodaba el vestido desesperadamente viendo a su novio con esa misma mirada de terror, Damian se cerraba el cierre del pantalón evitando verlo a el.

Mariana: Luis… – decía mientras Luis se acercaba

Luis: ¡¿por qué?! – preguntaba histérico el, Damian fingía revisar su celular

Mariana: ¡¿me estabas espiando?! – decía histérica intentando cambiar el marcador a su favor, Luis la vio con una cara que ella nunca había visto, de decepción

Luis se dio la vuelta y comenzó a alejarse, «¡espérate! ¡Luis!» Le gritaba Mariana, ella volteaba a ver a Damian indicando que iría tras él, el solo asentía. Mariana alcanzó a Luis y tomaba su brazo, lo jalaba buscando su cara

Mariana: ¡no te enojes espérate! – le decía desesperada, sinceramente aterrada

Luis: déjame en paz – decía el y seguía caminando hacia la salida del club

Caminaban en silencio, esas incómodas situaciones en qué no quieres hacer el ridículo cuando tienes «una situación personal”, Mariana solo caminaba rápidamente a lado de él, el seguía avanzando. Salían del club sin despedirse de nadie y el caminaba al auto, ella se detenía ansiosamente viendo como el buscaba sus llaves

Luis: sube – decía el presionando un botón en las llaves, los focos encendían y el auto lanzaba un pequeño pitido, ella subía rápidamente, el estaba por acelerar el auto a toda velocidad

Mariana: espera – decía ella poniendo su mano sobre el brazo de el

Luis: ¿para que? – decía el sin verla a los ojos

Mariana: apaga el carro – le ordenaba, molesta, sería, Luis obedecía haciendo un sonido de molestia, algo parecido a un pujido

Luis: ¿que? – decía el sin verla aún, manteniendo la vista al frente, ella lo veía fijamente a la cara, el podía sentir su mirada, ella estiraba su mano y alcanzaba su verga erecta por encima de sus pantalones – no – decía el sin hacer nada realmente

Mariana: no estás enfadado… – decía acariciando su erección

Luis: si, si lo estoy – decía bajando el tono de furia

Mariana: las erecciones de un hombre no mienten – decía y abría delicadamente su cierre y comenzaba a besar su cuello

Luis cerraba los ojos, Mariana sacaba su erecta verga, tenia la cabeza húmeda, el disfrutaba la deliciosa boca de ella en su cuello y como le jalaba la verga delicadamente

Luis: le estabas agarrando la verga – dijo después de unos segundos

Mariana: ujum – exclamaba lamiendo su cuello y dándole un jalón fuerte en la verga, el se retorcía y gemía un poco

Luis: el tenia la mano debajo… – decía débilmente

Mariana: si… – hacia una pausa, le tronaba un beso en el cuello – me estaba metiendo los dedos – decía con voz cachonda y le lamía la oreja, el se retorcía y disfrutaba, ella sabía que podía continuar – le saqué poquito la verga para vérsela a escondidas de la gente, la tiene súper larga – lo besaba en el cuello y subía la velocidad en su mano – el quería que se la chupara en el baño… Si te hubieras tardado más…

El la tomó de la cabeza con autoridad y quiso bajarla a qué le diera una mamada, ella se resistió, se levantó de su asiento, se acomodó encima de él, metía su mano debajo de su vestido haciendo su pequeña tanga a un lado y se sentaba penetrándose con la verga de él. Luis la tomaba de la cintura y gemía, ella lo veía intensamente a los ojos, subiendo y bajando sobre su verga lentamente, ella estaba hirviendo, el estaba en la gloria entrando en su apretado, húmedo y caliente coño

Mariana: no te vengas – le ordenaba ella viéndolo intensamente directo a los ojos mientras subía y bajaba lentamente

Luis: pásame un condón – le decía desesperado indicando la guantera

Mariana: no, no es por eso, te necesito cachondo, no te vengas – ella se sentaba por completo en el, el se retorcía, la veía angustiado, todo era tan jodidamente extraño

Luis: ¡¿por qué?! – preguntaba histérico el mientras sacaba del escote y acariciaba fuertemente sus preciosas tetas, el comía desesperadamente sus rosados pezones, ella disfrutaba y subía la velocidad dos segundos, pero se enfocaba de nuevo, tenía un plan y no lo echaría a la borda, tomaba la cara de el y lo alejaba de sus tetas

Mariana: mírame – le decía, el la veía entre sus caras retorcidas de placer mientras ella metía toda su verga en ella – yo se que tú quieres esto… – decía nerviosa

Luis: ¿de que hablas? – el no era idiota, solo cobarde, quería evitar el tema

Mariana: no te hagas el idiota – ella se restregaba su coño contra el mientras el estaba por completo dentro de ella

Luis: si… Si quiero – decía el débilmente, se besaban dulcemente

Mariana: ¿quieres que vaya más allá? – le preguntaba ella viéndolo a los ojos fijamente, no quería perder un detalle de su rostro, el la veía y la sostenía del culo con ambas manos – responde… – decía firmemente, pero en voz baja

Luis: … Si… – de inmediato ella se daba de sentones histéricamente a toda velocidad sobre el, los jugos escurrían, el gemía, ella lo besaba, terminaba dándose un firme sentón sobre su verga, le sonreía pícaramente, se levantaba y se sentaba en el otro asiento acomodando su vestido, Luis se guardaba la verga confundido

Mariana: entonces… – decía ella buscando su celular y revisándolo – dame tu celular – el le daba su celular sin saber que pasaba, pero ansioso por ver

Ella tecleaba en ambos teléfonos, presionaba un botón sobre el tablero del auto, revisaba ambos celulares

Mariana: listo – decía ella viendo ambas pantallas y se escuchaba el eco en las bocinas del auto

Ella había hecho una llamada del celular de ella al celular de él y había conectado la llamada al manos libres del auto, Luis no entendía nada, ella le regresaba su celular

Luis: ¿que pasa? – decía el sin entender nada, el eco regresaba por las bocinas, ella reía un poco y tomaba el celular de la mano de Luis de vuelta

Mariana: mutea el micro de este celular – le decía, pero lo hacía ella misma y le regresaba el celular

Luis: no comprendo nada jaja – decía honestamente, ella lo veía con mirada lujuriosa y con sonrisa malvada, el se puso serio de nuevo

Mariana: quieres que vaya más allá, ¿no? – decía ella perversamente, el asentía débilmente con la respiración agitada – entonces… – ella se estiraba hasta la puerta de el y la abría – sal… – le decía ella

Luis: ¡¿a dónde?! – respondía nervioso

Mariana: a dónde quieras, pero no puede verte el, busca un lugar donde puedas ver lo mejor posible sin que el te vea – ella lo decía con seguridad en si misma

La sangre se le bajó a los pies a Luis, ella lo besó perversamente lamiendo sus labios al final, le lanzó una mirada lujuriosa y lo empujó un poco para que saliera, él salió.

Ella se sentaba en el asiento del pasajero, lo miraba lujuriosamente mientras él se alejaba sin saber exactamente que sucedía o a dónde ir. Luis volteaba a todos lados. El club estaba sobre una avenida muy concurrida, estaba en una pequeña plaza comercial con estacionamiento, a estas horas tal vez todos los autos eran de gente que estaba en el club, aunque eran tal vez las 3am los autos no dejaban de pasar. Caminaba entre los autos, recibió un mensaje de WhatsApp, de Mariana, abría la conversación y era una captura de pantalla, en lo alto el nombre del remitente, Damian, ella le acaba de enviar un mensaje a ese guapo hombre

«¡Hey tu! mi novio se fue emputadisimo jajaja»

Le recorrió un escalofrío, buscaba desesperadamente «un lugar» seguía caminando entre los autos, otro mensaje de ella, otra captura de pantalla, el había contestado

«Jaja (un emoji de carita avergonzada) lo siento, fue todo muy extremo ¿ya vas para tu casa?»

El corazón se le aceleraba, estaba a 2 filas de frente a su auto, encontró una camioneta, una muy grande, otro mensaje, el tono le hizo saltar el corazón, otra captura de pantalla, ella contestaba

«Jaja no te preocupes… no aún no me voy, estoy en mi carro… Vienes? (Emoji de berenjena y monito babeando)» ella le había enviado también su ubicación en tiempo real

Luis comenzó a hiperventilar, se acomodó detrás de la camioneta familiar, estaba polarizada detrás, podía ver «perfectamente» el auto desde ahí atrás, aunque el alumbrado no era demasiado, veía penumbras, pero volteaba a los lados, era el mejor lugar que conseguiría, otro mensaje, otra captura de pantalla, el simplemente respondía «si»

Luis volteaba a todos lados y pensaba rápidamente, ya no pensaba moverse de ahí, pero razonaba, si de dónde el venía… Y pasaba por… El estaría a salvo. Según su lógica por las ubicaciones Damian no lo vería ahí detrás de la enorme camioneta. Estaba nervioso como el carajo, Mariana le enviaba una foto de ella en ese mismo momento metiéndose 2 dedos en su hermoso y diminuto coño, el acariciaba su verga por encima de su pantalón, el miraba a la dirección de dónde debería venir Damian, pareció una eternidad pero yo puedo decirte que solo fueron 2 minutos, el aparecía de entre las sombras, revisando su celular y levantando la mirada, buscando, ella también lo vio, el auto pitó, Damian volteó de inmediato y Mariana lo saludaba desde el asiento del conductor sonriendo.

Damian guardaba su celular y se acercaba rápidamente trotando y sonriendo, llegaba al auto, ella se estiraba para abrirle la puerta, Luis se puso desesperadamente sus audífonos y subía el volumen al máximo y revisaba que su micrófono estuviera muteado, seguía así. Dentro del auto una charla comenzaba.

Damian: hola sexi – le decía el alegremente mientras se sentaba

Mariana: hola sexi – regresaba el saludo riendo un poco, Damian se sentaba bien y cerraba la puerta

Damian: ¿este es tu auto? – decía con desinterés

Mariana: sip – contestaba con el mismo desinterés, ella estaba tan cachonda…

Damian: perdón por lo de tu wey… ¿Cómo resistirme a tu tremendo culo? – le decía sonriendo y se estiraba para besarla, solo un pequeño beso

Mariana: jaja no te preocupes, no fue tan la gran cosa, al rato se le pasa, estoy segura que él no estará enojado después – decía a modo de señal perversa para Luis, él sonreía mientras escuchaba atentamente y veía las sombras charlando en su propio auto

Damian: ¿y a dónde me vas a llevar? – decía el bromeando

Mariana: a tu casa a dormir, ya es tarde, te van a secuestrar – ambos reían, luego un silencio incómodo, Damian veía sin vergüenza las tetas de Mariana, ella estaba tan caliente que simplemente jalo su vestido y dejo salir sus redondos pechos.

Damian no dijo nada, simplemente tomó una teta con una mano y la acariciaba, mientras acercaba la cara a la otra teta para chupar su pezón, Mariana se retorcía sinceramente y alargaba una mano buscando desesperadamente su larga verga. Luis veía las sombras y podía escuchar los tímidos gemidos de su novia y los húmedos sonidos de la lengua de Damian en las tetas de ella. Mariana lograba sacar la verga de Damian, el retrocedía y se acomodaba en su asiento, bajando sus propios pantalones hasta los tobillos

Damian: ¿es cierto lo que dijiste? – preguntaba cachondamente el mientras ella jugueteaba con su verga

Mariana: ¿qué cosa?

Damian: sobre que te gustaba dar mamadas en carros…

Ella le devolvía una sonrisita, el la tomaba de la nuca y la hundía en su entrepierna, ella lo hacía sin réplica. Ella iba directo a lamer sus bolas, las tenía completamente depiladas, ella sorbía, chupaba y lamía, él se retorcía con placer, Luis se asomaba por un lado de la camioneta con miedo a ser descubierto, tenía que ver lo mejor posible, el polarizado no le dejaba ver más que sombras. Ahora podía ver perfectamente a su novia hundida debajo de Damian, el hombre bronceado la veía atentamente con cara de placer y se retorcía, en sus audífonos los escandalosos sonidos húmedos de la saliva, lengua y labios de su novia trabajando las bolas del otro hombre lo volvían loco.

Mariana tronaba fuerte a propósito cuando sorbía las bolas de Damian para que su novio tuviera el mejor show posible, Damian lo agradecía retorciéndose y apretando su cabeza firmemente con una mano, mientras levantaba la cadera para restregarle las bolas en la cara.

Luis estaba básicamente masturbándose por encima del pantalón mientras veía a su novia debajo de Damian, fueron tal vez 3 o 4 largos minutos de ella lamiendo sus bolas, levantó un poco la cara

Mariana: me encantan tus bolas – Luis escuchó eso perfectamente y casi le explota la verga

Damian no dijo nada, Luis pudo ver cómo la mano de Damian se ponía firmemente sobre el precioso y redondo culo de su noviecita, ella estaba con el culo levantado esperando a ser tocada. Mariana abandonó sus bolas y comenzó a darle una mamada como tal. Puso sus manos sobre los fuertes muslos de Damian y comía su larga verga desde la punta hasta la mitad de su tronco, Damian se retorcía

Damian: que puta eres – dijo débil entre sus gemidos con la voz quebrada pero firmemente

Mariana agradeció el cumplido yendo más abajo está vez, se le escapó una arcada que Luis escuchó perfectamente, Damian le empujaba la cabeza con fuerza

Damian: chúpala toda puta, toda – decía como podía entre sus gemidos disfrutando como sentía que ella iba casi hasta el fondo

Luis estaba confundido y cachondo, pero más cachondo que confundido, le encantaba escuchar esas degradantes palabras dirigidas a su novia y le ponía loco escuchar las arcadas de asco que ella daba. Damian alzó el vestido de Mariana firmemente, su culo quedaba al descubierto, el introducía directamente 2 dedos en su húmedo coño y ella gemía atragantándose con su larga verga, Damian la empujaba con violencia y alzaba la cadera fuertemente deseando desesperadamente entrar por completo hasta su garganta.

Mariana se esforzaba, estaba tan caliente… La caliente y amarga verga de Damian en su boca se sentía increíble, los dedos de él la penetraban fuertemente, ella dejaba caer su cabeza sobre el para dejarle entrar por completo y por fin lo lograba. El empujaba su cabeza con violencia, alzaba la cadera fuertemente, gemía profundamente y la masturbaba casi con furia

Damian: ¡ni siquiera te conozco que zorra eres! – decía moviendo su cadera y levantando la cara al techo disfrutando la increíble mamada – ¡SI! ¡Que pinche rico no mames!

Mariana tenía arcadas horribles, pero por nada dejaría ir esa verga, Damian tomó ritmo, comenzó a follarle la cara, las arcadas de Mariana, los gemidos de Damian y los húmedos sonidos eran un espectáculo asombroso para Luis.

Damian soltó el culo y coño de Mariana, ahora solo quería su egoísta placer, tomó la cabeza de ella con ambas manos y comenzó a follarle la garganta de una manera ruidosa y escandalosa. Tomaba descansos para dejar respirar a Mariana, ella reía un poco, nerviosa, el la besaba apasionadamente

Damian: eres una puta – le decía casi con tono molesto

Mariana: si, si soy – respondía ella con su voz cachonda

Damian: ¡¿te gusta mi verga?! – le preguntaba demandando respuesta mientras la tenía tomada del pelo con una mano

Mariana: me encanta – se besaban – está más rica que la de mi wey – lo dijo fuerte y claro, quería que precisamente él escuchará, al otro lado de la llamada Luis escuchaba fuerte y claro, sonriendo un poco

Damian regresaba violentamente a su labor oral a Mariana, ella soportaba que el empujara su cabeza hasta la base de su larga verga con todo su tronco metido hasta su garganta, las escandalosas arcadas hacían que la saliva escurriera de la boca de ella hasta sus bolas, su perineo y el asiento. Pareció una eternidad, fueron buenos 15 o 20 minutos de esa faena, Damian alzó la cadera, apretó con fuerza la cabeza de Mariana y gimió fuertemente.

Luis sabía lo que significaba y casi eyacula de solo escuchar eso. Mariana sentía como la verga de Damian se retorcía, bombeaba y palpitaba dentro su boca y garganta, escuchaba sus gemidos finales y ella lo sabía, cerró bien los labios y pudo sentir como con el primer bombeo de la verga de Damian caía su asquerosa, amarga y espesa corrida en su boca y algo salía disparado directamente a su garganta. El asco de sentir esa espesa corrida cayéndole en la boca fue abrumador, pero ella no se movió ni un centímetro. Soportaba el siguiente bombeo de su verga, otro profundo gemido y más de su amarga corrida, ella tragaba ruidosamente y Luis no podía creer como escuchaba literalmente que la garganta hacia “glú glú” violentamente. Damian disfrutaba sentir como se movía la garganta de ella dejando entrar su esperma, masturbándolo un poco con el movimiento.

Tal vez 6 o 7 firmes palpitaciones de la verga de Damian en la boca de ella, con cada pulsación un disparo de su espesa corrida, Mariana apretaba los ojos y lanzaba una arcada del asco, pero tragó todo hasta la última gota. Él se tranquilizaba, pero no la dejaba ir, quería disfrutar esos últimos segundos en su húmeda y caliente boca, la restregaba un poco mientras aún gemía, ella no se quitaba, aunque la verga de Damian le tocaba la campanilla y le provocaba arcadas.

El por fin aligeraba su agarre y bajaba la cadera, Mariana se retiraba lentamente sorbiendo la verga de Damian como si fuera un popote, sonriendo la saliva y mecos que pudieran escurrir de su verga, apretando con firmeza su verga a lo largo, dándole un último placer, él se retorcía y le acariciaba la cabeza como si fuera un perro bien portado. Ella se reincorporaba con el pelo hecho un desastre

Mariana: gracias… – le agradecía honestamente, le encantó a ella misma ese propio gesto de sumisión, se sintió muy puta y eso le encantó

Damian: que puta eres – le decía viéndola fijamente recuperando la respiración y acariciándole con desinterés una teta que aún seguía teniendo al aire

Mariana: lo sé… – decía sin alzar la vista, estaba tan cachonda…

Damian se guardaba la verga sin decir nada, Mariana disfrutaba el amargo sabor de su asquerosa corrida aún en la boca.

Damian: ¿ya te vas? – le decía con desinterés

Mariana: si, tengo que trabajar a las 10 de la mañana – improvisaba una mentira rápida, él lo creía o no le interesaba realmente

Damian: la chupa increíble puta, tienes mi número – le decía sonriendo y se estiraba a besarla, ella se reía un poco

Damian salía del auto y no volteaba atrás. Luis lo vigilaba con la mirada mientras se alejaba.

Mariana: ¿dónde estás amor? – decía en voz alta, Luis desmuteaba el micrófono rápidamente

Luis: cerca ¿ya se fue? ¿Ya voy?

Mariana: yo digo que si – decía intentando buscar a lo lejos a Damian, no parecía que el fuera a aparecer de nuevo

Luis trotó rápidamente hacia el auto, Mariana le dejaba el asiento del conductor, el entraba desesperado y la besaba apasionadamente, ella sabía amargo y su saliva estaba espesa. El la tocaba desesperado e intentaba ponerla encima de él.

Mariana: no, conduce – decía ella con autoridad, el dudaba un segundo – sácate la verga, te la voy a chupar hasta mi casa y me vas a coger toda la noche… lo necesito – le dijo con autoridad y mirada lujuriosa

Luis arrancó el auto de inmediato, su novia sacaba su verga erecta y viscosa, se hundió rápidamente a darle una mamada profunda, su líquido pre seminal sabía amargo, pero a ella le encantaba. Luis condujo como psicópata hasta el apartamento de ella mientras ella le daba una mamada tan increíble que casi lo hizo eyacular solo con la boca varias veces. Llegaron. Ella abría desesperada, se quitaba el vestido en la sala y subía las escaleras, el subía detrás de ella con su asombroso culo rebotándole prácticamente en la cara.

Comenzaron a follar directamente apenas entraron al cuarto, sin besos, sin sexo oral, penetración directa, ella estaba acostada boca arriba con sus piernas en los hombros de él, él la penetraba como a una puta barata

Luis: ¿te gustó lamer su verga?

Mariana: me encantó

Luis: ¿te gustó que te dijera puta?

Mariana: mucho – Luis la penetró con fuerza, la cara de ella se deformaba por el placer, ella tomaba su rostro para que se vieran a los ojos – tú quieres esto y yo también

Luis: si, si quiero

Mariana: entonces seguiré, tengo muchas ideas

Luis: si por favor

Dejaron de hablar, follaron como animales, una, dos, tres veces e incluso ella le provocó un cuarto orgasmo a mamadas para dejarlo listo para dormir satisfecho. El sexo volvía a ser increíble y sólo les costó una mamada a un completo desconocido en un estacionamiento…

Se acostaron a las 6 de la mañana, desnudos, sudados y exhaustos. El golpeó su trasero y dejaba la mano manoseándole firmemente el culo

Luis: ¿en serio quieres esto? – preguntaba débilmente, Mariana tenía miedo de que el volviera a arrepentirse

Mariana: … ¿y tu? Dime la verdad, en serio – decía ella ansiosa, Luis lo pensaba, besaba su cuello

Luis: …si… – decía débilmente – quiero que seas una puta… En serio lo quiero – él le decía débilmente al oído, como si no quisiera decirlo, pero con completa sinceridad, ¡ella se emocionaba tanto! ¡Por fin él lo decía!

Mariana: ok… lo seré

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