Peleados y con alcohol, fui infiel

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Hola lectores de la página. Mi nombre es Luz. Soy una chica de 20 años de cabello negro largo, ojos grandes también oscuros y una cara algo ovalada. En cuanto a mi cuerpo, bueno, no soy modelo, pero no creo estar tan mal. Eso sí, lo que más destaca, y por mucho, son mis pechos, son muy grandes desde que estaba en la secundaria. Eso les encanta a los chicos. Siempre me los intentan ver o espiar.

Pero bueno, eso no es por lo que vine. Vine a contar un relato.

Antes de empezar con la acción. Mi novio y yo llevamos 4 años y algunos meses juntos. Somos una pareja feliz, excepto que solemos pelear mucho. El se enoja porque yo “enseño mucho”, pero a mi me gusta mucho enseñar. Me hace sentir deseada. Eso le molesta y algunas veces dura días sin hablarme o sin verme, porque está enojado. Obviamente no solo peleamos por eso, pero es lo más usual.

El se llama Ramiro, por cierto, es mas alto que yo y también tiene el cabello largo, pero el lo tiene castaño. Solo tiene un “defecto”. No es algo de vital importancia, pero no concuerda con el resto de su cuerpo. Y es que su pene mide 13 cm y, siendo sincera, me gustan más grandes, pero nunca se lo había dicho.

Bueno, una de esas ocasiones en las que estábamos peleados, hace casi un año y medio, llevábamos ya una semana sin interactuar. Yo estaba pensando que ya iba a ser el final. Yo salí de la facultad y me fui a mi casa. Todo el viaje fue normal, lo de siempre, tipos viéndome directamente, otros de reojo, algunos incluso intentando rosar mi trasero con sus manos. Lo usual en el camión y en el metro. Ya iba caminando, me faltaban unas cuantas calles para llegar a casa y justo me topo con una amiga que vive cerca de mi casa. Su nombre es Andrea. Ella es un año mayor que yo. Es muy bajita, mide solo 1.55 metros, pero es super buena onda.

– Ay, Luz! ¡Ven! – Ella me llamaba a su casa. Desde fuera se veía que había mucha gente y también se podía escuchar que había música. – Quieres entrar? Sabia que te iba a ver cuándo fueras a casa, por eso no te había dicho nada.

– Jajaja, no lo sé. Vengo de la facultad… apesto y estoy cansada. – Si quería entrar. Pero también era verdad lo que dije.

– Vamos a tu casa a que te bañes y te pongas otra ropa. Luego venimos aquí. – Ella ya estaba algo tomada y eso que apenas eran las 6 de la tarde.

Fuimos a mi casa a que me bañase. Entonces al salir, vi que ella estaba checando toda mi ropa.

– Mira, ten. Ponte esto. – Había sacado de un cajón un conjunto de lencería. – A los chicos les va a gustar.

– Obviamente no… tengo novio y…

– Ajajaj, por favor. Llevan como una semana sin hablarse… Para mi ya estas soltera. Eso quiere decir que vas a cojer hoy en mi casa con algún hombre.

Entre risas y comentarios finalmente me convenció a usar el conjunto. También me puse un vestido escotado y nos fuimos de vuelta a su casa.

La estaban esperando unos chicos. Inmediatamente llegó con ellos. Olvidándose de mí. Yo simplemente entré para buscar algo de tomar. Pasan 5 minutos y viene ella con los mismos tipos de ahorita.

– Miren… es ella… es mi amiga Luz… – No entendía cómo, pero estaba aún más borracha que cuando estaba en mi casa.

– Oye… Andrea… Quienes son ellos? – Ella se puso detrás de mí, los chicos eran 3.

– Ellos son… Adán… Uribe… y Yahir… – El orden que me los dijo estaba de izquierda a derecha.

Adán era un chico de cabello negro, ojos azules y piel blanca, muy blanca. Se veía algo musculoso, mas que los otros dos. Uribe es su hermano, es menor que él. Adán tiene 24 años y Uribe 20. Y Yahir es amigo de los dos. Tiene 21 años y era el mas bajito de los 3, aunque aún más alto que yo.

– Ella es la que les dije que se podían coger… – De inmediato volteé a verla.

– Te dije que no Andrea…

– Tranquila… no vamos a hacer nada. Además, esto apenas empieza, hay que divertirnos. – Fue Adán el que habló.

Y fue justo como el dijo. Pasaron las horas y la fiesta cada vez iba mejor. Gente tomando y divirtiéndose en todos lados, algunos fumando, otros fajando con su pareja. Algunos homosexuales, en otra dirección un beso de tres. Había de todo un poco. Todo era diversión y tomar. Yo me puse peda muy rápido. Entonces fuimos al cuarto de Andrea. No vivía con sus papás. Tenia una compañera, con la cual nunca me he llevado bien, por eso no la menciono.

Ya en su habitación seguimos hablando todos un rato, riendo y tomando más.

Fue entonces que ella vino hacia mi y me tiró a la cama. Yo no puse ninguna resistencia. Me comenzó a besar. Siendo sincera, no recuerdo cuanto duró, o si justo antes me había dicho algo más. Pero no me negué. Yo también la comencé a besar. Me comenzó a levantar el vestido y ella también se levantó el suyo.

– Miren… les gusta la lencería? – Volteé a ver a los chicos. Los tres no se perdían ningún detalle.

Entonces los tres se acercaron. Andrea se quitó de encima de mí y se acostó a mi lado. Rápidamente nos rodearon y comenzaron a tocarnos y besarnos. Andrea se quitó el vestido sola y el mío me lo quitó Adán. Las dos estábamos en ropa interior. Ellos nos seguían manoseando y besando. Lo estaba disfrutando muchísimo. Llevaba años sin sentir otras manos o besar otros labios.

– No es justo… ustedes tienen mucha ropa. – Les dijo Andrea. Ellos entendieron rápido y se quitaron toda la ropa.

Los tres quedaron desnudos y tenían sus vergas duras. Uribe y Yahir tenían miembros normales. No sé su medida, pero definitivamente más largos que el de mi novio. Pero Adán… Tenia una hermosa y larga verga. No se cuanto media, pero era enorme, fácil unos 20 centímetros o más.

– Wow… No sabía que te cargabas algo así… bueno… esa es para Luz… que se ha tenido que conformar con una diminuta por 3 años.

En condiciones normales, me habría ofendido, o al menos hubiera reaccionado. Pero estaba hipnotizada. Adán se acercaba a mi con su verga dura y yo solo me dejé llevar. El me quitó la lencería. Dejando caer mis pechos. El rápidamente comenzó a besarme mientras agarraba uno con su mano. Yo, mientras tanto, tomaba su vergota con mi mano. La sensación era completamente diferente. Casi como un sueño. Seguimos así un rato, hasta que el se acostó en la cama, boca arriba, y yo se la empecé a chupar. Obviamente no me cabía todo ese miembro en la boca. Mas que nada le lamia el tronco y sus huevos. Entonces fue que mi celular sonó. No le di importancia y seguí chupándosela. Entonces volvió a sonar. No era llamada. Eran mensajes.

Andrea lo tomó para ver.

– Es tu novio Luz.

Yo ni la escuché. Entonces ella abrió la conversación, ya que mi celular no tiene contraseña.

Le envió un audio.

– Perdón… estamos muy ocupadas chupando verga!

De eso no me di cuenta hasta que lo escuché yo al día siguiente. Mientras tanto, seguía en lo mío. El me intentaba empujar la cabeza hacia abajo. Para que se la chupara mas profundo, pero era imposible. Seguimos así un rato más hasta que Andrea me dio una nalgada.

– Bueno, ya va siendo hora de que te la cojas Adán. Muéstrale de lo que se ha estado perdiendo.

– ¿Cómo prefieres? – Adán me daba la oportunidad de elegir. Yo elegí arriba.

Entonces me levanté y me acomodé. Mi vagina ya estaba super mojada. No iba a haber problema. Entonces la sentí. Sentí que era mas ancha que la de mi novio y como, aunque seguía bajando, no terminaba de entrar. Me tuve que detener a la mitad. La sentía en el estómago. Entonces empecé a moverme. El me tomaba de la cadera y/o de mi culo. Así seguí hasta que pude meterla toda. Aunque no aguantaba tenerla toda adentro. Entonces volteé a ver a Andrea. Uribe y Yahir le estaban haciendo doble penetración. Ella estaba gritando como loca. Me sorprendió que no la hubiera escuchado hasta ahora.

Entonces nos tomamos de la mano mientras nos cojian muy rico. Así fue, hasta que Uribe se vino primero en su culo. Después Adán me dijo que se iba a venir. Yo me quité y se vino en mi cara y mis tetas. Al final fue Yahir, que el se vino dentro de la vagina de Andrea. Yo estaba agotada y con la cara y tetas llenas de semen. Estaba tan excitada que no pude evitar comérmelo todo.

Entonces nos volvimos a poner la ropa todos y fuimos de nuevo a donde estaban todos. Ya eran las 11 o 12, y el ambiente estaba a todo lo que da.

Eso se lo conté a mi novio poco después de que ocurriera. Se lo conté mientras se la jalaba. Le dije de la vergota de Adán, como nos besaban los chicos, como me cojió. Le conté todo y hasta le inventé que luego me hicieron doble penetración a mí. No estaba nada enojado… de hecho, hice que se viniera 2 veces mientras se lo contaba. Ahora tenemos una relación en la que yo puedo cojer con quien yo quiera, siempre y cuando sea vergon y luego le cuente o le mande una foto