Vecino maduro e irresistible

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Marilyn es una chica de 18 años que vive con sus tíos en un complejo de apartamentos, ella acostumbra a escapar algunas veces de su escuela para pasar el rato en casa de su novio Richard que trabaja como mecánico en un taller, sin embargo aquel martes que se escapó para encontrarse con su apuesto novio se llevó una gran decepción, pues por petición de un cliente este tuvo que ir al otro lado de la ciudad dejando a la pobre Marilyn sola y con ganas.

Decepcionada se dirigió a su hogar en dónde sabía que nadie estaría pues sus tíos siempre trabajan hasta tarde en la noche, dejándola sola y a sus anchas durante casi todo el día. Mientras Marilyn subía las escaleras hasta su apartamento, pensó que tal vez podía saciar sus ganas viendo algo de pornografía y que mejor que masturbarse de paso. Gracias a Richard la jóven se había vuelto adicta al sexo y no podía pasar una semana sin sentir placer y es así que Marilyn por fin llegó a su apartamento.

Como lo planeo, Marilyn paso un buen rato viendo porno e imaginando que era a ella a quien le lámina el coño mientras se masturba con sus delgados dedos, pero después de una pequeña, casi diminuta corrida, la joven y bella Marilyn supo que necesitaba algo más, necesitaba una polla que la llenará, necesitaba de un experto comiendo coños como lo era su novio, necesitaba sexo verdadero y eso la tenía realmente caliente.

Fue así como pasado el medio día Marilyn recordó a su vecino, aquel viejo que siempre la cortejaba y no perdía ocasión para desnudarla con la mirada y como lo recordó su vecino Juan llegó temprano a casa como todos los días.

Con un vídeo de porno en el televisor de la sala, Marilyn se puso un pequeño y ajustado pantalón que dejaba media nalga a la vista y una pequeña blusa que solo cubría sus pechos y decidida fue en busca de su vecino dejando a propósito el televisor encendido.

—¿Si? Ah, hola Marilyn— le saludo el vecino Juan con una gran sonrisa al verla frente a su puerta —¿Necesita algo?

Marilyn sintió como su vecino de aproximados cuarenta y tantos la miraba una y otra vez desde sus hermosas piernas hasta sus senos.

—Si señor, la verdad es que tengo un problema con una gotera en mi cocina y me preguntaba si podía ayudarme.

—Claro, no hay problema— el tono de Juan fue lo que Marilyn necesitaba, un tono interesado, fingido y con doble intensión.

Algo temeroso Juan entro al apartamento de Marilyn tras ella y cerró la puerta.

—Siga, es por aquí. Honestamente no sabía que hacer ya que estoy sola y mis tíos llegan muy tarde.

Juan sonrió un poco y la siguió hasta la cocina cruzando la sala en dónde noto a una mujer gemir mientras era penetrada en la pantalla del televisor, sin embargo no dijo nada.

—Es aqui— dijo Marilyn señalando el grifo de la cocina, pero no había nada.

—Parece que la gotera ya no esta— comento Juan revisando por encima.

—Eso parece— continuo la joven mientras lo miraba de arriba a bajo —¿Quiere sentarse un momento en la sala?

—Claro— confirmo Juan sonriendo

Los dos se sentaron en el sofá y el vídeo porno continuaba en el televisor, así que los dos se quedaron viendo mientras intercambiaban miradas.

—¿Le gusta el porno?— pregunto Juan mientras se lamía los labios

—Me encanta, pero me encanta más hacerlo—

—Uy que rico—Respondio Juan acercándose a la joven —¿Y que es lo que más le gusta que le hagan?

Marilyn sonrió de manera coqueta y también se acercó dejando sus piernas casi sobre las de él —Me encanta me chupen el clítoris.

—Que rico— nuevamente dijo Juan acariciando las piernas de Marilyn, la película paso a segundo plano —a mi me encanta chupar conchitas.

—¿Si?—

—Si, y lo hago muy rico— las manos de Juan, esas duras, grandes y ásperas ya empezaban a tocar el pequeño pantalón de Marilyn mientras ella movía sus senos frente a su vecino como invitándolo.

—Ay que rico ¿Y también chupa las teticas?

—Si claro ¿Quiere que se las chupe un ratico?

—Si

Sin esperar más Juan bajo la blusa de Marilyn que realmente parece un pequeño top y con sus senos al aire él empezó a chupar y lamer una y otra vez logrando que la joven comenzará a gemir apretando el rostro del hombre más y más contra sus senos.

—Que rico, que rico, me encanta que me chupe mis tetas ahh, siiii.

Juan no perdió tiempo y metió sus dedos en aquel diminuto pantalón que no escondía nada, pues Marilyn no llevaba bragas lo que le facilito a su vecino para meter un par de dedos.

—Mmm, está muy rica— dijo el hombre entre jadeos mientras trataba de masturbarla.

—Ahhh, siiiiii, ahora baja— dijo Marilyn casi como orden y Juan no lo dudo

El hombre parecía desenfrenado besando cada parte de Marilyn mientras bajaba y también lo hacia ese diminuto pantalón, finalmente la joven quedó expuesta completamente con solo una medias cortas con líneas rosadas, el resto de su cuerpo estaba completamente desnudo.

—Comase mi clítoris— demandó Marilyn y por su puesto Juan no puso objeción, no al ver tan bella joven desnuda sobre el sofá con las piernas abiertas mostrando su perfecta vagina y mordiendo sus uñas mientras juegan con su largo cabello exitandolo cada vez más.

—Claro, yo me le como lo que quiera.

Enseguida Juan se pego a esa raja que se ofrecía y se movió a ritmo buscando placer, sentir ese jugo en su boca mientras su lengua exploraba lo exitaba y más al recordar que era esa joven que siempre pareció imposible y hoy le decía: que rico, chupame toda, ahhhhh, rico, rico.

—No pares papi, quiero más, así, así que rico ahhhh que rica esa lengüita

.Juan apretaba cada vez más su rostro contra la vagina insaciable de Marilyn quien ya se empezaba a retorcer de placer y finalmente se corrió.

— ¿Quiere que se lo meta un ratico? — pregunto Juan con un gran bulto en sus pantalones y aunque Marilyn se antojo debió negarse ya que su celular sonó con una llamada se su novio.

Continuara..