No entiendo por qué me calienta tanto el conserje

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Jessica y el jorobado conserje de la piscina

1.- preámbulo

Mas de medio año ha pasado desde que empezó el tema de la pandemia en Latinoamérica, recién estas últimas semanas los pocos negocios que han sobrevivido están empezando a abrir nuevamente, aunque con ciertas restricciones y algunos aún no saben cuándo abrirán como es el caso de los gimnasios, cines, discotecas, conciertos y demás centros de entretenimiento, todo esto para una jovencita como Jessica, sin duda es algo devastador, ya que con sus 20 años recién cumplidos, estos meses encerrada han sido una completa tortura.

La bella jovencita se moría de ganas por volver a su vieja rutina, salir con sus amigas, pasarla bien un sábado por la noche y demás cosas de jóvenes, a pesar de tener una bella figura y estar siempre entrenando en casa, ella sentía que había perdido su estado físico, quería volver al gimnasio donde era el centro de atención, aunque de momento esa realidad se veía bastante lejana. Para su suerte se enteró que desde la próxima semana las piscinas si abrirían a un 50% de su capacidad, algo que en un principio no tenía sentido, pero al contener grandes cantidades de cloro, era imposible para el virus sobrevivir en este entorno, esto según la OMS y como en Latinoamérica se le hace caso a todo lo que diga esta organización, pues le dieron luz verde para que vuelvan a funcionar pero con algunos cambios para garantizar la salud en los vestidores.

Era una calurosa mañana de sábado, la joven empaco sus cosas y se dirigió a la única piscina habilitada que se encontraba a unos 30 minutos caminando desde su casa, si bien era una piscina olímpica, estaba bastante descuidada y con estos meses sin trabajar el panorama era aún peor, aun así la joven estaba decidida a darlo todo para recuperar su mejor estado físico y volver a ser el centro de atención, grande fue su sorpresa al encontrar la piscina prácticamente vacía y es que el miedo al contagio aún estaba latente en las personas, pero más importante para ella era verse bien, la había desanimado un poco el hecho de que no podría modelar su nuevo traje de baño ya que a lo mucho habían 5-6 personas, todas mujeres, que en una piscina tan grande era un desperdicio.

Los días eran prácticamente iguales en cuanto a cantidad de gente y el personal de la piscina solo se limitaba al tipo que entregaba los boletos el cual era un joven moreno de unos 18 años y a un caballero cincuentón con una leve joroba que se encargaba de la limpieza, mantenimiento de la piscina y por la poca afluencia de público también la hacia de salvavidas cuando venían los de la municipalidad para corroborar que todo este en orden.

La joven luego de terminar su práctica de nado y de tomar una ducha, se dirigió a los asientos laterales para refrescarse con una botella de agua helada antes de regresar a casa, algo que había notado Jessica estos días era que aquel maduro caballero se metía al vestuario de hombres con su trapeador cada vez que alguna mujer se metía al vestidor de al lado, esto le pareció algo curioso, luego de prestar atención los días siguientes, la conducta sospechosa del maduro seguía siendo la misma, estaba claro que esta persona tenía alguna forma de mirar el vestidor de las damas desde el vestuario de hombres, un escalofrío recorrió su columna vertebral, sin duda este tipo también la había estado espiando y ella nunca se había dado cuenta, pero lejos de molestarle esto solo causo asombro en la joven que no creía en el atrevimiento de aquel feo sujeto, considero entonces entrar al vestuario y ubicar aquel agujero por el que era espiada aunque en el fondo el solo pensar que todos estos días había sido morboseada por aquel maduro desde el otro lado de la pared hacía que sus piernas temblaran por la calentura, hay que considerar que Jessica no tenía alguna aventura sexual desde hace 6 meses que inicio la cuarentena y sus hormonas estaban a full, haciendo que muchas cosas las calentasen, en ese momento le hubiera encantado desnudarse y darle un pequeño espectáculo a ese hombre, pero prefirió guardarse para mañana y sorprender al pervertido mirón, sabia que las pocas personas que iban serian un estorbo para ella por lo que decidió ir en la tarde unas horas antes de que cerraran la piscina para estar más segura.

2.- el plan

Al día siguiente Jessica decidió salir con una blusa ceñida de color negro, esta realzaban muy bien su buen par de senos, estos eran ligeramente más grandes que el tamaño promedio, su forma redondeada hacia que cualquier escote le quedara muy bien bamboleando alegres con cada paso que daba, además se puso un jean bastante apretado que marcaba muy bien sus esbeltas piernas que terminaban en un gran trasero que era su parte favorita del cuerpo, su cabello cenizo ondulado recogido en una cola de caballo junto a su cara inocente con algunos finos rasgos europeos gracias a su madre francesa, coronados con esa blanca sonrisa y esa piel blanca junto a su estatura perfecta de 1.72 m eran la combinación perfecta para volver loco a cualquier hombre, especialmente si es un viejo sucio y hambriento de sexo como el conserje de la piscina.

Apenas salió de su hogar los piropos no tardaron en llegar, caballeros como pordioseros siempre le dedicaban sus mejores piropos cosa que a ella siempre le había gustado, aquel día se dirigió a la piscina al promediar las 5 de la tarde, sabía que las poca personas que normalmente iban ya no estarían a esa hora, al llegar a la boletería el joven que la atendió no quitaba los ojos de aquel buen par de pechos cosa que Jessica noto y a propósito se agacho un poco más al recoger su cambio, sabía que eso sería suficiente para el moreno muchacho ya que su verdadero objetivo era el viejo mirón.

Apenas entro a la piscina trato de ubicarlo de inmediato y como todos los días este se encontraba en algún extremo del lugar sentado leyendo su periódico.

Jessica por primera vez presto bastante atención en la apariencia del viejo, respondía al nombre de Manuel, tenía 58 años, era inevitable no fijarse en aquella joroba en desarrollo, su piel áspera y oscura producto del inclemente sol y aquella barriga prominente lo hacían ver bastante desagradable para cualquier jovencita, pero no para ella que luego de examinarlo con detenimiento hizo que incrementara mucho más su morbo por exhibirse ante aquel desafortunado sujeto.

Aprovechando que este se encontraba al otro lado de la piscina y aun no la había visto, se fue de inmediato al vestuario de mujeres para ponerse su traje de baño rápido e intentar encontrar aquel agujero por donde la habían estado espiando para cuando se tenga que volver a cambiar la ropa mojada, le dé un mejor espectáculo. No fue muy difícil ubicarlo y al cabo de unos minutos había encontrado el dichoso agujero que había sido hecho estratégicamente cuando se habían hecho las remodelaciones para cumplir con las normas establecidas que pedía la municipalidad para enfrentar al COVID-19, encontrado el agujero solo le quedaba hacer tiempo hasta que llegue la hora de cambiarse.

Durante el tiempo que estuvo en la piscina, aprovechando que era la única persona en el agua, trato de llamar la atención del viejo en todo momento, ya sea saltando desde un pequeño trampolín para que este le mirara como botaban aquellos jugosos pechos o bien nadando de espaldas lentamente para mostrarle su bella anatomía, el viejo por su parte no perdía detalle del delicioso espectáculo que estaba apreciando mientras disimulaba que leía su periódico.

Después de nadar alrededor de 50 minutos, se dirigió hacia el casillero donde estaba su toalla y fue al vestuario de damas, en ese vio que el viejo ya se paraba de su asiento para tomar su posición al otro lado de los vestidores.

La bella jovencita entro lentamente, contorneando su cuerpo lo más que pudo, sintiéndose muy deseada y emocionada por lo que pudiera pasar, se sentó en una banca larga y procedió a quitarse la toalla. Dándole la espalda de momento al agujero por donde ya la estaba espiando el sudoroso tipo. Ella sabía que el viejo ya estaba del otro lado así que lentamente se paró y como si se tratara de unos estiramientos post-ejercicios, empezó a contornear su cuerpo para el deleite del maduro que ya se estaba frotando la verga por encima de su pantalón, por ultimo como ejercicio final quiso regalarle un extra para que piense en ella en la noche, así que se agacho todo lo que pudo llevando sus manos a las puntas de los pies mostrándole su hermoso trasero en todo su esplendor. Luego de pensar que había estado en esa posición el tiempo suficiente, se dirigió a la ducha del fondo donde procedió a bañarse con total tranquilidad ya que ahí no podría ser espiada, dejando que el viejo se quede con ganas de más.

De esta manera pasaron los días siguientes, donde Jessica cambio sus trajes de baño enterizos por bikinis más reveladores solo para su mirón favorito y cuando llegaba la hora de ir a los vestuarios inventaba nuevos tipos de estiramientos cada vez más sugerentes, incluso puso música de su celular aprovechando que era la única en el vestuario de damas, se contorneaba suavemente al son de la música como si de un pequeño striptease se tratara, le encantaba sentarse en esa larga banca y masajear sus piernas, sus pechos y agacharse mostrándole todo su trasero a ese horrible tipo que solo le quedaba pajearse.

La siguiente semana las travesuras de la jovencita fueron en aumento, había conseguido un bikini rojo más pequeño de los que usualmente usaba, la parte de abajo era prácticamente una tanga el cual mostraba casi en su totalidad su bien tonificado trasero y la parte de arriba era una talla menos a la que usualmente usaba apretando muy bien sus pechos que parecían que se iban a salir en cualquier momento, ya a estas alturas el viejo miraba embobado a esa diosa mientras nadaba, ya ni le importaba disimular. Cuando fue hora de que se fuera a los vestidores el jorobado panzón se paraba rápidamente para tomar su posición de mirón al otro lado de los vestidores, esta acción desesperada por parte del viejo no paso desapercibida por ella que con una risita juguetona pensaba en que haría ahora para molestar a ese horrible jorobado.

Cuando por fin estaba en la larga banca, volvió a empezar con su show, una leve música ambientaba el solitario cuarto, mientras se estiraba volvía a moverse de forma sensual, sabía que detrás de esa pared había un viejo verde que seguramente se estaría masturbando mientras la miraba, el solo pensar en ello hacia que su mente divague, han pasado muchos meses desde la última vez que había tenido sexo, poco a poco se tocaba sus largas y esbeltas piernas y luego pasaba a apretarse suavemente sus delicados pechos que con aquel traje tan pequeño que tenía parecía que un pezón se podría asomar en cualquier momento.

“disfrútalo maldito viejo pervertido” – pensaba la jovencita mientras guiñaba un ojo en dirección al agujero donde se encontraba el viejo, mientras se seguía tocando, de pronto empezó a imaginarse como seria si no hubiera esa pared que los separaba, se imaginaba a aquel horrible tipo prendido de sus senos desesperadamente como un becerro, mientras se sacaba su verga para hacerla gozar sin usar ningún tipo de protección, se imaginaba siendo bombeada por aquel tipo dentro de la piscina, sin darse cuenta la jovencita poco a poco empezó a llevar su mano hacia su zona intima, su imaginación era tan fuerte que se olvido que estaba en aquel lugar, en ese momento solo quería tocarse un poco mientras dejaba volar su mente.

La situación se alargó unos minutos más, Jessica se tocaba suavemente aun por encima de su bikini, de pronto escucho el sonido de la puerta del vestuario abrirse lentamente, como ella estaba al fondo, pensó por unos momentos que se trataría de alguna inoportuna mujer que le iba a malograr su show privado que estaba realizando, pero grande fue su sorpresa, al escuchar un leve tosido que claramente pertenecía a un hombre de edad, ella aún se encontraba de espaldas hacia la puerta y con mucho miedo movió su cabeza para observar que detrás de ella se encontraba aquel horrible sujeto que había tenido el atrevimiento de entrar al vestidor de damas mientras mostraba una leve sonrisa y un gran bulto que se notaba claramente, rápidamente la joven solo atino a cubrirse con sus manos ya que no esperaba aquel movimiento del viejo.

3.- primer encuentro con el conserje jorobado

– ¡ooooiga! ¿Usted que hace acá? — dijo una sorprendida Jessica.

— pues que más señorita, ya va ser hora de cerrar y tengo que dejar todo limpio para mañana.

-pero al menos denme un poco de privacidad, espere a que termine de cambiarme y me retire del vestidor

— por lo que veo usted tiene para rato, ya está oscureciendo y esta zona es media peligrosa de noche, ya me han robado un par de veces por salir muy tarde de acá, solo haga como si no estuviera y siga con lo suyo mientras yo avanzo con la limpieza

La joven no se esperaba aquel comportamiento desvergonzado del viejo, vio en sus ojos como este la devoraba con la mirada, haciéndola sentir un escalofrío por toda su espalda.

– por favor … por favor váyase de acá, no me haga nada.

El horrible conserje apartó la mirada del increíble cuerpo de la nena para hacer contacto visual con ella.

— Yo … uh … no voy a lastimarla señorita, como le digo solo quiero limpiar e irme a casa pronto antes que se haga más peligroso al salir.

Jessica pudo notar por aquella respuesta dubitativa, que el viejo no era un peligroso pervertido como se imaginó al principio, en realidad se veía comprensivo, lentamente se paro para ponerse la toalla alrededor de la cintura e irse hacia un vestidor con cortina para terminarse de cambiar e irse.

–Eres muy bonita — dijo de pronto el viejo, sin ningún preámbulo previo, solo soltó la frase tomando por sorpresa a la joven.

Cruzando sus brazos la joven se paró firme para intentar tomar control de la situación, pero este movimiento solo hacia que sus pechos se resaltaran mas en aquel pequeño sostén, haciendo que el viejo baje la mirada hacia aquel hermoso par, cosa que no pasó desapercibido por ella.

– gracias, pero… ¡Oye, mis ojos están aquí arriba, sabes! — Ella lo dijo en broma, ahora que estaba en más confianza, pero el sudoroso tipo salió de su trance, pensando que de verdad le estaban llamando la atención

–¡AH! Oh … este … lo siento. Yo…

-Está bien, relájese. No veo lo que los hombres encuentran tan fascinante en ellos. ¡Son solo pechos, sabes! Ya a su edad y con su experiencia ya no le deberían sorprender — Ella les dio un rápido bamboleo y mostro una pequeña sonrisa al ver la cara de salido que mostraba el inofensivo viejo, por su parte el solo se limitaba a observar atónito aquella exhibición, sin siquiera atreverse a parpadear.

Jessica ahora más tranquila creyendo que tenía la situación en sus manos, espero una respuesta del viejo que nunca llegó. En lugar de eso, Manuel simplemente se apoyó en la pared, embobado por el movimiento de aquel par, parecía que se había vuelto un zombi.

– ¡Wow!, realmente te deben gustar. — Dijo Jessica satisfecha por todas las travesuras que había hecho el día de hoy, de pronto el viejo volvió a soltar otro comentario impertinente

–discúlpame por lo que diré señorita, pero esas niñas no son solo pechos … son … increíbles…sin duda su cirujano hizo un buen trabajo

– ¿¡queeee!?, Oiga todo lo que tengo es natural —respondió llevando ambas manos a sus pechos

–¿enserio no se hizo ningún retoque?

-Por supuesto no, tonto

Manuel había visto muchos senos falsos a lo largo de su vida, sabía que los de la nena eran naturales a simple vista, la pregunta solo había sido para ver su reacción, Si bien los que tenía en frente no eran unos pechos grandes tipo copa D o C, estos tenían el tamaño suficiente para casi llenar toda su mano, Era raro encontrar una chica con un cuerpo tan bien proporcionado en un barrio humilde como el suyo.

– ¿sigue sin creerme?

–bueno, la verdad aun no estoy muy seguro, tal vez si me deja tocar un poquito podría aclarar mi duda

-jiji usted es un viejo astuto, ya veo a donde quiere llegar con esto, pero si no me cree, temo que se quedara con la duda, creo que ya ha visto suficiente el día de hoy.

La cara del maduro denoto una clara desilusión y se hizo un silencio incomodo, Jessica noto el evidente decaimiento del tipo y no le quedo otra que darle un pequeño regalito extra, así que volvió a mirarlo a los ojos y con una leve sonrisa le ofreció un trato.

-tocar esta prohibido, pero no me importa si me ves darme una ducha, mientras usted sigue limpiando, aunque obviamente estaría con el bikini puesto.

Al tipo le cambio en un instante su expresión ante tal ofrecimiento así que sin dudarlo acepto moviendo su cabeza de arriba hacia abajo, la nena por su parte no podía creer lo que acababa de ofrecer, se había dejado llevar por el momento y la lastima de ver a ese hombre horrible con esa expresión tan triste, pero a estas alturas no se podía retractar, así que antes de meterse a la ducha le pidió que cerrara con llave la entrada a los vestidores de mujeres para que no se produjera una situación incómoda que sería difícil de explicar.

Con la puerta del vestidor de damas con llave, la sexy jovencita procedió a quitarse la toalla para dejar a la vista del viejo aquellas hermosas y largas piernas junto a esa grandes nalgotas a las justas cubierto por ese pequeño traje de baño, que se meneaban de una forma muy tentadora.

El agua empezó a caer y la bella nena se metió para quitarse el cloro de la piscina, el agua recorría todos los contornos de su cuerpo, mientras lo hacía trato de entablar una conversación normal con Don Manuel, sobre todo para que no se cree un ambiente incomodo, aunque a pesar de ello , las respuestas del pervertido sujeto eran bastante limitadas ya que toda su concentración estaba en disfrutar de ese joven cuerpo mientras se duchaba, Jessica por su parte puso bastante énfasis en jabonar todo su cuerpo sobre todo en sus pechos y su trasero, de rato en rato volteaba a ver el rostro babeante del viejo miserable, aquella horrible expresión le gustaba mucho, se sentía muy bien exhibiéndose ante alguien tan feo, su mente comenzó a divagar nuevamente, sentía la necesidad de masturbarse pero sabía que no podía llegar hasta ese extremo con aquel viejo observándola, pero grande fue su sorpresa cuando sintió como un par de manos arrugadas se apoderaban de sus suaves senos.

Aunque aquel manoseo había sido parte de su fantasía, aun no estaba preparada mentalmente para ser manoseada por aquel extraño, al bajar su vista pudo apreciar como aquellas manos amasaban con gran vigor sus deliciosos senos, mientras lentamente se apegaba a ella poniendo todo ese bulto que había visto antes entre sus grandes nalgas apenas protegidas por la tela de su traje de baño.

– ¡Oiga señoooor, le dije que estaba prohibido tocarme!

–lo siento, no pude aguantar más, tienes un cuerpo muy rico y tenía que quitarme la duda sobre si tus niñas eran operadas o no — dijo el jorobado mientras le repegaba con mucha más fuerza su gran bulto en el trasero de la joven, el viejo estaba empapándose todo producto del grifo de la ducha, pero poco le importaba eso en ese momento, lo único que quería era seguir disfrutando de ese juvenil cuerpo.

-ok ya las sintió, ¡ahora quítame las manos de encima maldito pervertido!, o gritare y hare que lo boten de este lugar, ¿Vale la pena? — Pregunto ella, esperando que el viejo recapacite su acción y se arrepienta de su acto, pero este estaba tan excitado tocando y punteando el cuerpo de la jovencita, que hizo caso omiso a sus amenazas

–a estas horas de la noche nadie viene a la piscina, es curioso que tu seas la única que ha estado viniendo tan tarde — decía el viejo con una voz jadeante, mientras pasaba su rostro por la suave espalda de la joven que aun no sabia como reaccionar, su calenturiento juego se le había ido de las manos en un segundo.

El vejete aprovechando el shock de la nena, la volteo para verse cara a cara, Jessica era unos centímetros más alta que el viejo, por lo que este se apodero de su sensible cuello mientras seguía intentando meter una de sus manos dentro del apretado bikini para poder pellizcar aquellos pezones que empezaban a ponerse duros de tanto manoseo.

–uy mamacita tienes unas ricas tetas, me muero de ganas por metérmelas a la bo….

¡¡¡¡¡¡¡¡SLAPPPPP!!!!!!!!!!

El cachondo viejo no pudo terminar de hablar cuando sintió como su cara se volteaba producto de haber recibido una tremenda cachetada que lo alejo unos pasos cayendo fuerte contra el piso que estaba todo mojado.

– ¡maldito! le dije que no me tocara

El viejo aun en el suelo se había quedado sin habla, le habían reseteado todo el sistema operativo con tremenda cachetada, creía hasta hace unos momentos que la nena ya era suya y ahora se encontraba tirado en el suelo con un tremendo dolor en su cara, en ese momento entendió que si se ponía rudo con ella tal vez podría salir perdiendo, con tremenda humillación se paró torpemente y salió del área de las duchas. Manuel todo empapado estaba abatido, recogió sus cosas de limpieza y se dirigió a la puerta de salida

–Está bien, disculpe mi atrevimiento señorita, solo pensé que cuando me guiño el ojo, usted estaba de acuerdo con esto… bueno no la molesto más, tómese su tiempo y déjeme saber cuándo se vaya a retirar para poder limpiar y cerrar todo — Dijo derrotado retirándose del vestidor de mujeres

Después del mal rato y ver al conserje retirarse del lugar, Jessica se quedó pensativa con la última frase de este, era cierto que ella había estado provocándolo todos estos días y le había guiñado el ojo antes de que el entrara, miro su mano la cual estaba roja por la tremenda cachetada que le había propinado y recordó esa patética cara que puso el viejo antes de irse. Recordaba la sensación de aquellas manos agarrando sus pechos y sentir esa verga apretándose contra ella. Empezó a sentir un enorme remordimiento ya que ella había sido la causante de todo este embrollo ya que le dio falsas esperanzas a aquel viejo cuando ella solo quería molestarlo un poco para saciar su morbo.

Luego de cambiarse y seguir pensando en lo sucedido la jovencita aun estaba con pena por todo lo que había pasado, sentía que tenía que hacer algo por el pobre conserje ya que ella había causado todo este malentendido.

Cuando se dirigió a la recepción noto que el jovencito que atendía en boletería ya se había ido y solo estaba el viejo sentado en el pupitre con su verga en la mano masturbándose furiosamente. Jessica se quedó inmóvil sin saber cómo reaccionar, aquella barra de carne no era nada pequeña, si bien ya lo había sentido cuando la había punteado, ahora al verla no le quedaban dudas de aquellas favorables dimensiones, cuando el viejo noto su presencia solo atino a hablarle patéticamente haciéndole una ultima petición

–Por favor, déjame masturbarme mientras tú estás ahí. No es necesario que te toque ni nada por el estilo, solo déjame correrme mientras te miro. Sé que soy un viejo pervertido, pero nunca te lastimé. Por favor, te he deseado desde la primera vez que te vi en la piscina.

La jovencita sin apartar la vista de ese gran trozo que tenía el viejo, aun sentía lastima por el ya que seguramente era aun hombre solitario al que le dio falsas esperanzas producto de un malentendido.

– Ok señor…

–Manuel, mi nombre es Manuel preciosa

-Ok señor Manuel, por favor deténgase y guarde su cosa, como ya es de noche creo que tomare un carro, me sentiré más segura si alguien me acompaña hasta llegar al paradero, No le diré a nadie acerca de lo que paso hoy.

-está bien señorita, es lo menos que puedo hacer por usted, déjeme cerrar la puerta principal y buscar mi mascarilla para poder acompañarla

4.- protegiendo a su musa

El paradero no se encontraba lejos pero apenas empezaron a caminar, se encontraron con un par de viejos borrachos tirados en media vereda, aún seguían festejando que su equipo de futbol había ganado, tanto Manuel como Jessica se fueron al otro lado de la vereda para no chocar con ellos, pero uno de los viejos se dio cuenta de la belleza que pasaba, los comentarios no se hicieron esperar.

—oye hermano mira que culaso se guarda esa zorrita

—ufff tiene razón compadre, esta como para hacerle un par de chamacos, ¡eeey putita ven acá y acompáñanos un ratito, deja a ese jorobado y festeja con nosotros un ratito, nosotros te ponemos el trago!

La nena hizo caso omiso a aquellos comentarios, el viejo dolido por haber sido ignorado por la jovencita, se dirigió hacia ellos para interceptarlos, detrás de el venia su otro compañero que a las justas podía caminar producto de tanto alcohol y otras sustancias que se había metido

—así que nos ignoras, eso es de mala educación zorrita, con unos buenos vergasos te vamos a cambiar esa fea actitud tuya

–lárguense de acá borrachos de mierda — dijo Don Manuel en una actitud protectora

—jaja mira compadre ese inútil se quiere hacer el héroe con esta yegüita, por lo que veo no se parecen en nada, dudo que un jorobado tan feo sea el padre o abuelo de esta belleza, así que dime … ¿que eres tú de ella?

–que te importa maldito borracho, aléjense y déjenos pasar

Mientras la situación se volvía más tensa, Jessica no sabía qué hacer, su mejor opción era correr, pero no podía dejar al viejo conserje solo contra esos dos tipos, de pronto, el otro borracho que recién llego a donde estaba su compadre vio al viejo conserje con detenimiento y lo reconoció

—oye compa, ¿este no es el viejo al que le robamos hace unas semanas?

—jajaj siiii tienes razón, esa joroba horrible es imposible de olvidar, me había quedado prendido del hermoso culo de la chamaca que ni me había acordado de ese bueno para nada, recuerdo que le hicimos llorar de tanto golpe y ahora quiere hacerse el héroe jaja

Jessica al oír eso se asusto mucho, sin querer había vuelto a meter en un lio al pobre conserje que esta vez solo quería remediar sus malas acciones, El viejo Manuel por su parte no sabia que hacer, era malo peleando y antes de que pudiera agarrar una piedra para ahuyentar a esos borrachos, una botella de cerveza fue reventada en su cabeza haciendo que caiga al suelo retorciéndose de dolor.

-¡¡Señor Manuel!! — grito aterrada la jovencita

—jaja tranquila muñeca, no lo mate, deja a ese inútil tirado en la calle y vámonos a mi cuartucho para festejar como se debe el triunfo de nuestro equipo jeje — dijo el horrible borracho bajándose su andrajoso pantalón y mostrándole su maloliente verga ya totalmente parada y lista para la acción

—- ¿qué tal he?, Parece que mi verga te ha dejado sin palabras, no la hagas larga culona y vámonos de una vez, veraz como yo y mi compadre te llenamos todos los agujeros y te haremos gritar como la perra que er….

Jessica aprovecho la guardia baja de ambos borrachos, para darle una fuerte patada en la entrepierna al borracho que se había bajado el pantalón haciendo que este se tire al suelo del dolor, el otro borracho sorprendido de la escena trato de irse contra la jovencita, pero estaba tan ebrio que ella solo tuvo que ponerle el pie para hacerlo caer , Jessica había aprendido hace mucho tiempo defensa personal junto con sus amigas para protegerse de los típicos borrachos que se creían galanes y se querían sobrepasar con ellas en la discotecas, luego que se calmó, vio que estos borrachos no representaban peligro alguno ya que estaban tan ebrios que ya no se podían parar, solo la maldecían desde el piso.

La jovencita ayudo a pararse al viejo conserje y lo llevo de vuelta a la piscina para atenderlo, se arrepintió de no haber actuado antes que ataquen al conserje, pero el miedo le había jugado en contra en ese momento, ahora miraba al horrible jorobado jadeando de dolor por su culpa, su idea de llevarse bien con aquel tipo por haberle pegado luego de que ella mismo lo provocara se había ido al tacho, al llegar de nuevo a la piscina, Jessica busco el botiquín de primeros auxilios y atendió de inmediato la herida del viejo Manuel que aun se encontraba un poco confuso con todo lo que había pasado.

-oiga don, tenía mucha razón, esta zona es bastante peligrosa de noche, lo mejor seria que llame un taxi

–bueno… si gustas te podría llevar en mi auto, es algo humilde, pero cumple muy bien su propósito

-vaya, hubiera empezado por ahí desde el principio para ahorrarnos todo este alboroto

–la verdad no creía que aceptarías mi oferta…ya sabes, después de lo que paso en el vestidor de mujeres

– eso ya esta olvidado Don, luego de que me defendió de esos horribles borrachos solo me queda darles las gracias

5.- lujuria en el viejo carro del jorobado

Luego de una breve charla, fueron al estacionamiento, Manuel no exageraba al decir que su carro era humilde, ya que era un Toyota corolla de los años 90, la falta de pintura y los vidrios rajados daban la impresión de que era una chatarra, pero aun así cumplía con su propósito de transportarlo, para Jessica entrar en ese carro era algo nuevo ya que estaba acostumbrada a que la llevaran en autos últimos modelos, al subir a la polvorienta parte de atrás noto una botella de vino casi intacta, la hizo a un lado y se sentó.

Mientras Don Manuel conducía lentamente, la jovencita se relajó en la parte de atrás dirigiéndolo a través del tráfico hasta su casa, El viejo estuvo encantador todo el camino siendo bastante amigable y hablador, se resistió a ser lascivo o sugerente, sorprendiéndola gratamente, no sabía si el nuevo comportamiento era porque había aprendido su lección o simplemente tenia miedo de recibir otra cachetada que lo noqueara.

El trayecto hasta su casa fue breve, la jovencita le dijo que se quedara a media cuadra del lugar para que nadie en su familia pregunte quien la había traído.

-bueno don Manuel, muchas gracias por traerme

–no se preocupe señorita Jessica, era lo mínimo que podía hacer

-y muchas gracias por defenderme de esos borrachos, espero que ese chichón suyo baje pronto

–no recuerdo muy bien que paso, pero sin duda volvería a defenderla la veces que fuera necesario

-awwwwww y yo que pensaba que solo era un viejito verde

La sexy jovencita no se resistió a abrazarlo como señal de agradecimiento por tan bonitas palabras, apretando sus suaves senos en el hombro del vejete, Jessica aún se sentía en deuda con el viejo, probablemente luego de que se bajara él se iría a su solitaria casa a ver tv hasta quedar dormido, ¿sería suficiente con ese abrazo para quedar bien por todo lo que le había hecho pasar? o ¿tal vez un beso en la mejilla sería mejor?, puede que incluso dejara que el viejo de un leve vistazo a su escote como agradecimiento, pero de pronto se acordó de la botella de vino.

-oiga don, aun es algo temprano para que llegue a mi casa, ¿le parece si pasamos el rato?

–pues por mí no hay problema muchacha, ¿que tienes pensado?

-pues no sé, acabo de ver una botella de vino acá atrás, tal vez la podríamos compartir, pero seria en otro lugar donde no vaya a molestar la policía.

–conozco un lugar

Luego de unos minutos de conducir, el viejo estaciono el auto al costado de un terreno baldío, sin duda era un buen lugar para tomar sin que nadie los molestara, Jessica se puso en el asiento del copiloto y comenzaron a charlar amenamente mientras bebían, la confianza era cada vez mayor ya que al ser extrovertida era algo que se le daba con facilidad, cada vez que conocía a alguien, charlaron de todo un poco, desde la penosa vida del viejo hasta la necesidad de la nena por sacar su licencia de conducir.

-oiga me dio algo de pena haberle dado esa cachetada

–jeje no se preocupe me lo merecía

-jiji bueno si, le dije que solo podía mirar y entonces ¡¡ZAZ!! Me agarra por detrás

-si lo se mi niña, discúlpame por eso, pero es que yo pensaba que tu querías que hiciera eso

– ¿y como llego a esa conclusión?

–pues me da algo de pena decirlo, pero había un pequeño orificio por donde te miraba, siempre que estabas sola bailabas muy rico en el vestidor de mujeres, yo pensaba que era algo involuntario tuyo, pero cuando vi que te dirigiste a mí y me guiñaste el ojo, pensé que realmente querías que me metiera al vestidor de damas también

Jessica se acababa de dar cuenta que todo este embrollo había sido causado por el guiño que le dio al viejo en su momento de calentura, haciéndole creer que tenía luz verde para que este entrara al vestidor de mujeres, mientras pensaba en ello vio como el viejo volvía a dirigir su vista a sus bien formaditos pechos.

– ¿estas mirando mi blusa de nuevo no? veo que si le gustan mucho — dijo la jovencita sacando el pecho lo más que podía.

–uff pues si nenita, después de haberlas tenido en mis manos, soñare con ellas todos los días, espero que no le moleste

Aquellas palabras le hubieran caído mal en otro momento, pero ahora con algunas copitas de vino extra recordaba que tenia que ser buena con el vejete por todo lo que le había hecho pasar, por un momento pensó, ¿Y si le dejaba apretarlas? Por encima de su ropa, por supuesto. ¿Eso sería demasiado lejos? Nunca antes había dejado que nadie mucho mayor que ella le tocara los pechos hasta hoy, a pesar de que realmente le encantaba cuando los chicos le masajeaban sus pechos. ¿Estaría mal si dejara que un hombre mucho mayor la tocara de esa manera?

Había algo en la forma lasciva en que la miraba que le hacía sentir un cosquilleo en el interior. Era como si él fuera un hombre hambriento y ella un jugoso bistec. Tal vez era porque el jorobado era tan mayor que a ella le gustó tanto su atención. Seguramente no podría haber experimentado tocar a una mujer de su edad durante casi treinta años y ahora, de repente, aquí estaba ella, una chica con el poder de cumplir todos sus deseos más profundos y oscuros … bueno, tal vez no todos. No era como si fuera a tener sexo con ese horrible sujeto, pero podría saciar algunas de sus necesidades obvias, específicamente aquellas que giran en torno a su aparente obsesión con sus tetas. ¿Qué daño podría hacer? Un rápido tanteo y estaría tranquila con su conciencia luego de todo lo que le hizo pasar

luego de pensarlo un rato y ayudada por el vino que había tomado, simplemente decidió dejarse llevar por el momento.

-descuide, no me molesta para nada, luego de haber sido mi héroe contra esos borrachos lo mínimo que podría hacer por usted es recompensarle ¿no lo cree? — se hizo una pequeña pausa — ¿Le gustaría tocarlas?

–¿queee? ¿Habla en serio??

Jessica movió su cabeza de forma positiva, Manuel automáticamente dirigió su mano hacia esos suaves senos, pero Jessica lo empujó rápidamente.

-Pero no aquí, La gente que pasa en sus carros nos podría ver … ¿cree que pueda meter el carro dentro del terreno baldío para estar más tranquilos?

Manuel automáticamente prendió su carcacha y se metió hasta el fondo del lugar, dirigiéndose hacia unos viejos arbustos para mayor seguridad, mientras el carro se metía los nervios de Jessica casi flaquearon. ¿Que estaba haciendo ella? ¿De verdad iba a dejar que este completo extraño le acariciara las tetas? Él era un tipo muy viejo y feo. ¿Y si se dejaba llevar? No había nadie alrededor para ayudarla si las cosas se salían de control. Estaba segura de que no sería capaz de luchar contra él con todas las copitas de vino que había tomado. Esto bien podría ser una de sus ideas más estúpidas hasta la fecha … ¿era demasiado tarde para dar marcha atrás?

Cuando el auto se metió hasta el fondo, Manuel apago el carro, Ambos se quedaron allí en un silencio incómodo. Ninguno de los dos quería dar el primer paso. El corazón del viejo latía con fuerza mientras miraba a la nena desabrocharse el cinturón de seguridad.

-asi que…si te dejo tocarme un poco… ¿me ayudaría a sacar mi licencia de conducir?

En el fondo, Manuel sabía que nunca tendría otra oportunidad en su vida de poner sus manos sobre una chica tan deslumbrante. sabía que una oportunidad como esta nunca volvería a suceder, incluso si vivía otros cincuenta años. ¿Qué tenía que perder?

–de Acuerdo. —El asintió. — Pero sólo si estás segura de que no te importa que te las toque.

-Estoy totalmente segura

El viejo ya sobresaltado movió su asiento para mirarla y levantó su mano temblorosa. Hizo una pausa, justo antes de hacer contacto con su premio y la miró a los ojos de manera suplicante. Necesitaba más confirmación de que lo que estaba haciendo estaba bien. Podía sentir el calor irradiando de aquella suave y juvenil piel. Jessica sonrió tranquila y finalmente esa mano arrugada se posó sobre su suave pecho derecho.

–Eh … wow. — Su voz del viejo era apenas un susurro.

Don Manuel lentamente comenzó a aplicar una suave presión y se maravilló de cómo sus dedos se hundieron en esa suave carne. Se sentía la suavidad, pero al mismo tiempo tenía la firmeza que solo viene con la juventud. El sostén era bastante delgado, en realidad podía sentir el tamaño y la forma reales de ese juvenil pecho a través de él.

El horrible jorobado movió su mano para tomar el apetecible seno de la nena desde abajo. Sus manos eran bastante grandes, podía sostener por completo todo el pecho de la jovencita, de pronto levanto la otra mano.

— ¿puedo? — Hizo un gesto hacia su otro pecho.

-Por supuesto — asintió Jessica en señal de ánimo.

Finalmente, el feo jorobado tenía las dos tetas amasando en cada mano —Dios, son increíbles— Tartamudeó mientras los agitaba con un poco más de vigor.

La jovencita entrecerraba sus ojos, pretendiendo que el jorobado era otra persona. Ella estaba tratando de pensar en alguien más mientras él jugaba felizmente con sus tetas. Cuando abrió sus ojos y bajo la mirada, vio esa horrible y sudada cara perderse en sus amamantables senos, Había algo en esa mirada de lujuria que, por razones desconocidas, estaba disfrutando mucho.

El deseo palpable por su cuerpo, estaba comenzando a disparar un hambre interna inesperada. Ella no podía estar excitada por esto … ¿o sí? Él era tan viejo y de ninguna manera ella lo encontraba remotamente atractivo … sin embargo … no podía señalar qué era, Tal vez no era que le gustara, por así decirlo, sino que estaba disfrutando del efecto que su cuerpo estaba teniendo en él.

Jessica volvió a mirar hacia abajo y vio como él levantaba sus pechos hacia su barbilla y los juntaba suavemente, manteniéndolos en su lugar por un tiempo, antes de soltarlos a la gravedad. Nunca antes había experimentado este tipo de atención. Normalmente, los chicos se emocionaban demasiado y apretaban torpemente sus tetas como si no estuvieran pegadas a su cuerpo. Pero el viejo Manuel se estaba tomando su tiempo para disfrutarlos. Estaba siendo lento y gentil pero también firme a veces. A ella le estaba empezando a gustar este tipo de manoseo … demasiado.

Había algo en el contraste entre su suave y juvenil piel y esos dedos oscuros, arrugados y muy marcados. Debía de haber pasado mucho tiempo desde que había tocado a una chica de su edad. Debía tener años y años de impulsos reprimidos, que finalmente estaba logrando desatar.

Ella dejó escapar un suspiro propio, mientras los hábiles pulgares del vejete se frotaban en círculos contra sus sensibles pezones. Ya no podía negárselo a sí misma, se estaba excitando.

Jessica inhaló bruscamente y sus ojos se cerraron por un momento mientras una oleada de placer recorría su espalda. Ella no se dio cuenta, pero estaba empezando a retorcerse en su asiento. El jorobado observó con asombro cómo aquellas largas piernas se abrían y cerraban lentamente en su dirección. A pesar de que su cerebro se negaba a aceptar el hecho de que una chica tan deslumbrante como Jessi pudiera ser excitada por un hombre que nunca estaría en su liga.

Jessi arqueó la espalda hacia él haciendo que este las aprete más fuerte. De nuevo dejó escapar un pequeño gemido de placer, que dejó boquiabierto al horrible tipo que tenía su verga más dura que nunca, pero para no asustarla, puso la botella de vino casi vacía entre sus piernas para que la nena no le viera la tremenda erección que tenia

Jessica estaba empezando a perderse en el momento. Tenía que detenerlo pronto o podría pasar algo realmente malo. Justo cuando lo estaba pensando, sintió que el viejo intentaba deslizar la mano por el interior de su blusa haciendo que ella reaccionara alejándose de inmediato.

-creo … creo que deberíamos parar

Don Manuel sabía que había empujado su suerte, pero se habría pateado a sí mismo más tarde si al menos no lo hubiera intentado.

–Lo siento. Pensé que lo estabas disfrutando.

-Quizás estaba un poco … pero hicimos un trato.

–Tienes razón, lo hicimos y voy a honrarlo, créeme.

El horrible jorobado Parecía repentinamente abatido. Como un niño al que le acaban de quitar su juguete favorito. Por un enloquecedor segundo la jovencita pensó en decirle que él podría meter su mano dentro de su blusa como ultimo regalo. Quería hacer cualquier cosa para conseguir esa mirada de lujuria que tanto estaba disfrutando. Pero ella había hecho su parte, no había necesidad de complicar esto más de lo que ya era. Era cierto, lo había estado disfrutando, probablemente incluso más de lo que se sentía cómoda admitiendo, pero ya era suficiente, su conciencia estaba tranquila.

Así podría haber terminado esta aventura para Jessica, si en ese momento no hubiera hecho algo impulsivo, algo que cambió por completo el curso de los acontecimientos.

-antes de irnos ¿me puede pasar la botella de vino para acabarla?, — Antes de que el viejo pudiera reaccionar, Jessica había tomado la botella de su regazo, ansiosa por tomar lo ultimo e irse a descansar a su casa.

–¡NO! — Rápidamente trató de cubrir con las manos el gran bulto de sus pantalones, pero Jessica ya lo había visto todo

— Lo siento, pero no pude evitar ponerme duro, con todo el …

–pe…pero ¡es un bulto enorme! — dijo la sorprendida muchacha recordando cuando lo vio masturbándose, no pensaba que era tan grande ahora que lo veía de cerca

–¿Nunca has visto uno tan grande antes?

Jessica negó con la cabeza. Fue el turno del viejo de deleitarse con la mirada de asombro que la jovencita ahora le estaba dirigiendo.

–¿Te gustaría tocarlo? — dijo el viejo pensando que no tenía nada que perder y posiblemente mucho que ganar.

-Yo … no sé …

Jessi miró a su alrededor tímidamente, pero afortunadamente estaban definitivamente solos.

–Creo que sería lo más justo nenita. Te toqué, ahora puedes tocarme. …claro solo si quieres

El jorobado estaba desesperado por que ella agarrara su hinchada verga, pero trató de mantener una actitud tranquila para no asustarla, podía verla mordiéndose el labio. Claramente estaba librando una batalla interna entre su curiosidad y su sentido del decoro, todo lo que podía hacer el vejete era esperar que ganara la curiosidad, por suerte para él, lo hizo.

“¿Qué estoy haciendo?» — pensaba la jovencita, se estaba reprendiendo a sí misma mientras se inclinaba hacia adelante sobre su regazo y tentativamente alcanzaba el gran bulto que tanta curiosidad le había dado.

Manuel contuvo la respiración cuando sintió que esos pequeños dedos se deslizaban suavemente sobre su miembro hinchado. «No debería estar haciendo esto». Se susurró a sí misma la jovencita, mientras seguía palpando los bordes de la dura verga del viejo.

–Mmmm. — El viejo dejó escapar un gemido profundo cuando Jessica envolvió su delicada mano alrededor del bulto y lo apretó ligeramente.

-No puedo creer lo grueso que es. ¡Huh! ¡Se movió! — Ella río como una niña, cuando sintió como se movía esa verga cuando ella le daba leves apretones.

Aquellas palabras eran como música para los oídos del viejo.

–¿Te gustaría verlo? — Definitivamente el jorobado estaba empujando lo máximo que podía, pero justo en ese momento ya se sentía como el hombre más afortunado del mundo.

-Yoo… no estoy segura, no creo …

El feo sujeto se dio cuenta de que ella dudaba en admitirlo, así que decidió tomar la decisión por ella. Rápidamente se desabrochó el cinturón y se bajó la bragueta y el bóxer. En cuestión de segundos aquella verga se levantaba firmemente apuntado hacia la jovencita.

Conmocionada por el atrevimiento del viejo, Jessica se volvió para mirar hacia otro lado, pero sus ojos pronto se volvieron a abrir. «¡Mierda!» Ella susurro. Allí estaba frente a ella, la verga más grande que jamás había visto. Tenía unos 15 cm de largo, tal vez más y muy venoso. La nena sintió una repentina necesidad de apretarlo para sentir el grosor.

Parecía que la jovencita había caído en su propio mundo de sueños mientras estudiaba esa venosa verga. Don Manuel estaba desesperado por que ella lo tocara de nuevo ahora sin la ropa que lo molestara así que en un movimiento brusco agarro la suave mano de la nena y la dirigió hasta su mástil de carne, increíblemente Jessica no se resistió.

–¡Oh, sí! ¡Oh, mierda!

«¡Es tan cálido!» — pensaba Jessi, que sin decir nada más, comenzó a bombearlo lentamente

El horrible anciano no podía creer lo que estaba pasando. ahora estaba siendo ordeñado con tanta ternura por aquella hermosura de mujer, bajo la vista y vio esas hermosas tetas balanceándose, que nuevamente colgaban tan atractivamente debajo de aquella blusa. Movió la mano hacia arriba y apretó un pecho. Esta vez pudo sentir todo su peso en la palma de su mano. Jessi no aparto la mano, ella seguía embobada bombeando aquella venosa verga, así que el viejo continuó amasándolo con un poco más de brusquedad.

Jessi podía sentir que todo su cuerpo comenzaba a hormiguear. Su pulso se había acelerado y estaba jadeando al respirar. Su coño estaba comenzando a humedecerse, mientras el sudor corría por su sexo floreciente.

Todavía le resultaba extraño lo excitada que se había vuelto. Le encantaba el aspecto de la polla del viejo, pero el resto de su cuerpo le resultaba repugnante. Ella estaba pasando su pulgar por aquella negra cabezota, mientras bombeaba con mayor velocidad. El jorobado no estaba seguro de cuánto más podía aguantar.

Aprovechando lo concentrada que se encontraba la nena, deslizó su mano rápidamente dentro de la blusa de la jovencita, su idea era sentir ese brasier antes de que se la quitara, pero movió su mano tan rápido que esta se metió dentro del brasier de la nena tocando directamente su pecho desnudo, Jessica jadeó cuando sintió que aquellos dedos invasores rozaban su pezón directamente, pero no podía negar lo bien que se sentía.

-ufff despacito — dijo Jessi mordiéndose el labio inferior

Manuel haciendo caso omiso le pellizcó el pezón. Observaba cómo el rostro de la jovencita se arrugaba en un ceño confuso, antes de volver a la normalidad cuando dejaba se emitir presión sobre ellos.

De repente, Jessica comenzó a bombear la verga del jorobado lo más rápido que pudo. Ella se estaba dejando llevar por el momento.

–¡AH! ¡ALTO! ¡Alto, alto, alto! — el viejo tuvo que sujetar su mano con fuerza para que Jessi deje de hacer eso

La jovencita sorprendida soltó aquel mástil de carne y se sentó derecha.

– ¿Hice algo mal? — pregunto inocentemente la nena

–¡No! No hiciste nada malo. Fue un poco rápido. Casi me haces correr.

– ¿y cuál es el problema?

–Cómo decir esto … esperaba disfrutar de tu compañía un poco más.

-Oh … ok. ¿Qué debería hacer entonces?

–Si quieres …Solo pensé que tal vez podrías … ya sabes … tal vez podrías chuparlo un poco.

– ¡De ninguna manera! ¡No! ¡No voy a hacer eso! No me gusta chupar penes. Me dan náuseas. Además, la suya es demasiado grande, probablemente me ahogaría. Lo siento, pero no hay forma de que lo haga. Si quiere podría dejarle tocarme un poco más.

El viejo se quedó estupefacto, pensó que la diversión había terminado, pero con la bomba que había soltado la nena casi se corre del placer.

–¿te…te puedo seguir tocando?

– Si tú quieres, pero debes traer más vino, solo asi tal vez me quite el jean

A Manuel se le abrieron los ojos ante tal proposición, la nena cada vez se deja hacer más cosas, pero sabía que ya no tenia mas vino, afortunadamente en su maletero tenia un aguardiente artesanal que lo estaba guardando para el partido que vería en casa de su compadre la próxima semana

–espérame tantito, tengo algo en el maletero que tal vez te pueda gustar

El viejo con la verga al aire salió afuera, el frio era tremendo, pero su calentura era mas fuerte asi que rápidamente abrió su maletera sacando su botella de aguardiente, cuando la nena lo probo le resulto bastante fuerte, pero le gustaba el sabor frutado que tenia asi que se lo acepto.

Empezaron a tomar unos cuantos vasos de aguardiente, el viejo aun tenia la verga afuera y esta seguía erguida, la nena no perdía de vista ese detalle, ese calor que emanaba la volvía loca, el viejo noto como le nena se le quedaba viendo asi que cuando termino de tomar su vaso se abalanzo sobre ella yendo directo a su sensible cuello, Jessi no se negó y solo atino a abrazarlo mientras recibía miles de besos en su cuello y en la base de sus orejas.

El viejo quería besarla, quería sentir esos finos labios en su grotesca boca, pero cada vez que lo intentaba, Jessi se hacia para un lado negándole su boquita y para que este no le siga insistiendo, le susurro al oído si quería que se quitara el jean a lo que el viejo movió la cabeza de forma positiva como un desesperado.

-bueno, si tanto quieres que me quite el jean, bájemelo usted mismo viejito pervertido

El viejo se puso manos a la obra, bajo sus manos hasta esas esbeltas piernas y empezó a sobarlas a su gusto para poco a poco subir sus manos y agarrar con firmeza las enormes nalgas que tenía la jovencita, estuvo apretándolas un buen rato cuando decidió que era hora.

Desabotono todos los botones del jean y subió un poco más sus manos y de ambos extremos jalo para tratar de bajarle el jean, algo que le resulto imposible ya que este estaba bastante pegado a ella y se necesitaba de mas fuerza para poder bajárselo.

A la sexy jovencita le dio ternura como su viejo amante intentaba sin éxito bajarle el jean, asi que decidió darle una mano, asi que, con su ayuda bajo lentamente el jean hasta la altura de sus rodillas, mostrando sus blancas piernas que pedían ser manoseadas también.

– ¿continuo?

–Oh Dios, sí, por favor. Por favor, continúa.

Jessica por fin se quito completamente el apretado jean, ahora se encontraba semidesnuda en un terreno baldío dentro de un carro viejo con un feo jorobado que podría ser su abuelo, este no perdió el tiempo y empezó a llenar de besos toda la pierna de la jovencita, yendo desde la punta de sus dedos hasta sus suaves muslos, pero su premio mayor estaba por llegar, sabia que ese imponente trasero seria suyo en poco tiempo asi que alargo su mano para apoderarse de esas deliciosas nalgas y poco a poco aquellos juguetones dedos se querían abrir paso dentro de su diminuta ropa interior para meterle un par de dedos, pero fue impedido por la jovencita una vez más, el viejo frustrado no sabia que pasaba pero pronto entendería la idea de la juguetona nena.

-creo que aún es muy pronto para que metas sus dedos ahí, ¿le digo un secreto?, me gustó mucho cuando me toco los senos en el vestidor de la piscina… entonces, ¿por qué no hacemos como que estamos de vuelta en ese vestidor y tiene la necesidad de apretar mis pechos? …esta vez, le dejare hacer todo lo que tenía pensado hacerme en ese lugar — termino de decir la caliente muchacha mientras le daba un pequeño beso como regalo, sin duda la jovencita aun ignora que pervertir de esa manera a alguien mayor con tanta experiencia podría dejarla sorprendida mas adelante.

Continuara…