Adicta a los taxistas
En mi vida de taxista he vivido muchas situaciones excitantes, desde cobrarme la carrera de alguna mujer con una felación hasta follármela sin piedad porque llegaba tarde a ponerle el almuerzo al marido, situaciones excitantes llenas de mucho morbo, la descotada que te va enseñando los pechos todo el camino o la descuidada con minifalda que enseña sus tanguitas.
Nada esto comparado con lo sucedido hace unas semanas. Me asignaron un servicio de emisora, «recoger a Koldo y Maricruz, vuelo de Bilbao a las 17:05 h. Destino: calle Siete Revueltas, Sevilla» preparé el cartel y me situé en la puerta de llegadas. Veía el revuelo tras las puertas, gente de toda clase, pero una mujer llamó mi atención, con una blusa blanca transparente, parecía no llevar sujetador. Sus piernas eran largas acabadas en unos zapatos de tacón de aguja preciosos, llevaba una minifalda que solo tapaba lo justo, dejando ver el final de sus redonditos y firmes glúteos. «Vaya pollazo tiene la jipa esa, si no fuera por el Koldo y la Maricruz esa, le entraba, seguro que es una calientapollas de primera», pensé sin darme cuenta de que mis ensoñaciones me habían cegado y a dos metros de mí estaban Koldo y la buenorra de la minifalda sonriéndome.
-Buenas tardes, nosotros, los del cartel, somos nosotros, yo soy Koldo . -Me dijo tendiéndome la mano.
-Hola yo soy Maricruz. -Me dio un par de besos, acercándose a la comisura de mi boca, en la cual sentí la humedad de su lengua en un movimiento rápido e imperceptible.
-Papapa Paco, me llamo Paco- me había sorprendido gratamente su saludo, si ella hubiera leído mis pensamientos ya sabía mis más oscuras intenciones de poseerla.
Si de lejos estaba buenorra, de cerca era un cañón de mujer, con un cuerpazo bien proporcionado, calculo que tenía unos 25 años aunque aparentaba menos, con sus tacones era casi igual de alta que yo, le pedí la maleta a Maricruz y que me acompañaran a mi coche, ella se agarró a mi brazo como si me conociera toda la vida, Koldo se rezagó un poco, pasamos por la parada y mis compañeros me saludaban, más que nada al ver a aquel mujerón de mi brazo. A nuestras espaldas se escuchaba el murmullo de mis compis «joder que buena está, mira no tiene braguitas, seguro lleva tangas, joder vaya cañón, conociendo a Paco seguro que se la folla» todo aquello lo escuchó Koldo que andaba a pocos metros tras de nosotros.
-Disculpa las groserías de mis compañeros, no tengo palabras para definir sus groserías, siento mucho que lo haya escuchado. -Me disculpé ante Koldo.
-No se disculpe Paco, hemos venido a disfrutar a Sevilla y no ha podido empezar de mejor manera, a quien no le gusta que admiren a su mujer, es para mí un orgullo que a ella la deseen otros hombres. -Me dijo mirando a su mujer la cual sonreía sin mostrar ni un mínimo rubor.
Tuve la impresión de que a poco que arriesgara disfrutaría de una gran hembra, si eran una pareja liberal con ganas de disfrutar en Sevilla, habían encontrado la horma para sus zapatos. Guardé las maletas y Koldo se montó detrás de mí asiento, si ella se había tomado la libertad de cogerme del brazo, esta vez fui yo el que pasó mi mano a su cintura acompañándola hasta la puerta del coche, era el momento de ver sus intenciones, su marido estaba dentro del coche, y no se enteraría de lo que le diría.
-Tienen razón lo que murmuraron mis compañeros. -le dije.
-Lo sé, todos los hombres me miran y murmuran lo mismo. -me dijo con voz sensual.
-Eso lo sé yo también, me refiero a los que dijeron que te iba a follar, y lo sabes. -le dije mientras bajaba mi mano sobre su culo salvando su minifalda y tocando sus desnudas nalgas.
Ella me sonrió pícaramente, quizás por el leve cachetazo que recibió en sus nalgas al abrir la puerta, o porque sabía lo que me esperaba en breve, se sentó y levantó primero el pie izquierdo para introducirlo dentro del coche, estaba claro no llevaba bragas, su coñito apareció ante mi vista, perfectamente depilado, diría que la situación vivida hasta el momento había sido para ella morbosa ya que entre los labios de su coñito brillaba un leve hilo brillante de flujos lubricantes. Muy lentamente para que yo me recreara subió el pie derecho dentro del coche, su coñito quedó más expuesto dejando ver su vagina golosa húmeda y su ano limpito y moreno. Ella me miró y me sonrió pícaramente, de esas sonrisas que te dicen cosas tales como: «si no eres muy torpe esto será tuyo».
Me volví a mi puerta y entré en el coche, con una idea fija, “follármela”, estaba claro que esa hembra buscaba guerra, y yo era «Máximo Décimo Meridio, Comandante de los Ejércitos del Norte, General de las Legiones medias, del verdadero Emperador, Marco Aurelio». Arranqué mi coche y ella había girado su cuerpo metiendo su pantorrilla izquierda bajo su muslo derecho, dejándome ver de nuevo su coñito. Pude ver que había desabrochado su blusa un par de botones mas dejando ver su ombligo, pude ver unos pechos tamaño mediano, simétricamente colocados, firmes, con unos pezones empitonados capaz de rallar un cristal.
Salí del aeropuerto destino centro de Sevilla, acaricié el interior de sus muslos subiendo hasta tocar su húmedo coñito, pasando mi dedo gordo entre los labios de su coño, tocando su clítoris, vi como abría su boca y emitía un suave gemido de placer, mire por el espejo y Koldo la miraba fijamente, sus miradas eran cómplices, me animé a introducir el dedo en su vagina, ella se mordía el labio inferior animándome a seguir, saqué mi dedo y lo llevé a su boca, ella lo saboreó con gula, lamiéndolo como si de un pene se tratara.
Bajé mi mano a sus pechos y los magreé para comprobar que eran tal y como imaginaba, aún sin sujetador aquellos pechos eran firmes y duros, pellizqué sus pezones, emitiendo ella un alarido de placer, conduciendo como pude, la dedeé. (Del aeropuerto al destino no había más de diez minutos, o me desviaba a la ronda de circunvalación o paraba en algún sitio discreto) su gemidos provocaron que Koldo sacara su polla y se masturbara viendo mis dedos entrar en su encharcado coñito, Maricruz se tumbó un poco para facilitar la labor, me desvié dirección Isla de la Cartuja, a una zona llamada charco de la pava, donde van gente de todo tipos desde parejas en sus coches hasta gay buscando rollo.
Tumbé su asiento hacia atrás, puse sus piernas en mis hombros dejando su sexo bien expuesto para ser lamido, degusté aquel manjar con deseo, me había calentado demasiado, seguro que ella tenía el mismo calentón y esperaba una buena comida de coño, pero no esperaba que fuera la mejor que le habían dado en muchos años (y es que la experiencia mía en el taxi era muy amplia) pasaba de lamer su delicioso y arrugadito ano hasta el clítoris lamiendo por el camino los labios de su coñito rico, introduciendo mi lengua en su vagina y recogiendo el dulce néctar de sus flujos.
No pudo aguantar más, agarró mi cabeza y sus piernas temblaron de placer en mis hombros, mientras mi lengua daba las últimas pasadas circulares en su clítoris. Hacía tiempo que no me comía un coñito de esa calidad, toda una delicatesen para el paladar. Koldo se había corrido masturbándose, escuchando como gemía su mujer, sin darnos cuenta había dos hombre con las pollas en sus manos mirando como Maricruz se corría en mi boca. Tras lo cual cambiamos de posición me bajé los pantalones y boxes, mis 20 centímetro de dura polla saltaron como un resorte.
Su sorpresa fue mayúscula, no se esperaba el tamaño de mi polla y mucho menos el de mis huevos, grandes y gordos, escupió en mi polla dispuesta a darme la mejor mamada de mi vida, agarró mis huevos y los masajeó, con dulzura mientras su lengua jugaba con mi glande, ensalivándolo al máximo, para después meterse más de la mitad en la boca y empezar a mamármela como alma que lleva el diablo, aquellos hombre se masturbaban cerca del cristal, desde dentro se escuchaba como la animaban a metérsela hasta la garganta llamándola puta, zorra, golfa y otras lindezas. Mi polla palpitaba en su boca, agarré su cola y levanté mis caderas para follarle la boca, necesitaba sentirla muy dentro de su boca, haciendo tope en su garganta, sus sonidos eran guturales, la tenía entera en su boca, con mis huevos golpeando su barbilla, levanté mi camisa, porque sabía que no podría tragar la cantidad de semen que iba a soltar.
Así fue mi polla empezó a escupir semen de manera incontrolada, llenando rápidamente su boca y saliendo por la comisura de sus labios, manchando mi pubis, ella se encargó de limpiar con su lengua todo lo que no pudo tragar. Aquellos hombres nos pedían que bajásemos las ventanillas, estaban a punto de correrse los dos, Koldo me dijo que abriera la puerta, ella salió y se puso en cuclillas cogiendo una polla en cada mano, para masturbarlos a los dos. En poco estaban eyaculando en su cara y sus pechos dejándola embadurnada de semen, tras lo cual Koldo salió y la limpió cuidadosamente, parecía que disfrutaba haciéndolo, después la besó, un beso largo que seguramente sabía a mi polla, al semen tragado por ella.
-Chico os llevo al apartamento que voy a poner a esta putita en su sitio.- le dije sin miedo al éxito.
Rápidamente se metieron en el coche al ver que algunas personas más se acercaban a ver si pillaban algo. Camino del apartamento ella iba sentada con sus piernas abierta, cada vez que veía un camión de reparto me situaba a su lado, ya que desde su altura seguramente verían su coñito depilado. En diez minutos 4 camioneros la miraron y burrearon con frases como: “niña, te comía to el coño. Niña se te va a resfriar el conejo. Oye sabes que tengo el taco perfecto para ese agujero nena” ella sonreía, seguro su coñito estaba chorreando.
Aparqué el taxi, saqué las maletas y se las di a Koldo, Maricruz y yo iríamos delante de él, pasamos por la Plaza del Salvador, lugar muy concurrido, en mayor número por hombres tomando cañas, los que nos vieron de frente no le quitaron ojo de encima, y los que la vieron más tarde tampoco, seguían con su mirada el contoneo de sus caderas, al pasar pasé mi mano sobre su culito levantando un poco más su minifalda hasta la altura de medio culo, nos paramos y le di un buen morreo y sobada de culo, delante de todo el personal, los hombres murmuraban toda clases de cosas y las mujeres presas de la envidia la llamaron “puta, zorra, calientapollas, golfa, entre otras lindezas” deje caer un euro y le dije que se agachara a cogerlo.
El espectáculo que ofreció es aún lo más comentado por Sevilla, quién la miró desde atrás pudo ver su coño y su culo desnudo, quién la vio de frente pudo disfrutar de sus preciosos pechos también desnudos. Me sentía endiosado, aquellos hombres seguramente se morían de envidia, deseando estar en mi lugar. Avanzamos y dejamos la plaza bajo el murmullo. Koldo oyó seguramente toda clases de indecencias que se le ocurrieron a algunos, e insultos de otros.
Calle Siete Revueltas, llamada así por ese motivo, una calle peatonal estrecha y poco transitada, en la tercera vuelta no pude más, la arrinconé y morreé con ganas magreando sus pechos, mordiendo sus labios y su cuello, ella lo estaba deseando como yo, metí mi mano a su entrepierna y masturbé su coñito húmedo, introduciendo dos dedos, mientras ella sacó mi polla y empezó a masturbarme.
-métemela, no aguanto más.
Koldo se paró a pocos metros de nosotros, sacó su polla y empezó a masturbarse. Allí de pie contra la pared introduje mi polla en su coño todo lo que permitía esa postura y empecé a follarla, sus gemido inundó el silencio de esa calle, ella movía sus caderas buscando el máximo de placer, asaltaba su boca besándola hasta asolarla. Necesitaba metérsela más dentro, entera, hacerla mía, que gritara de placer, decidí romperla, pasé sus manos por mi cuello y mis manos por sus nalgas, levantándola en peso, ella cruzó sus preciosas piernas en mi espalda y se la clavé a tope, entera, sus preciosos ojos se abrieron de par en par al sentir mi polla golpeando en su útero cada vez que le embestía. Ella miraba para arriba, viendo algunas sombras en los balcones, pero parecía importarle tres cominos.
Ahora sí, ahora era mía, ahora bramaba de placer, Koldo se estaba corriendo cuando ella llegó al orgasmo pidiéndome que la partiera en dos, con sus piernas temblando en mis caderas y mis huevos chocando en sus nalgas, ella se aflojó con su orgasmo y tuvimos que cambiar la postura, fue espectacular verla de espaldas con las manos apoyadas en la pared con esos taconazos, esas preciosas piernas abiertas y ese culo ligeramente resaltado pidiéndome guerra, la agarré por la cintura y apunté mi polla en su coño, entró sin oposición, le di duro, muy duro, mis huevos chocaban en su clítoris, me iba a correr, ella se dio cuenta.
-Dentro, córrete dentro. -me rogó
Los primeros latigazos de semen que sintió golpeando las paredes de su útero hizo que de nuevo se corriera, sus piernas temblaban con mis últimas embestidas profundas. Saqué mi polla chorreante de su coño, ella se agachó en cuclillas y la limpió con sus labios. Al levantarse pudimos ver una mancha de semen en el suelo fruto de su coño goteante.
Koldo le acercó un pañuelo, le dije que lo guardara, que no se lo limpiaría, la agarré por la cintura y nos dirigimos de nuevo al apartamento, nos esperaba en la puerta un señor de unos 67 años aproximadamente, para entregarles la llave y mostrarles el apartamento, situado en una primera planta sin ascensor. Aquel hombre no se imaginaba de lo que iba a ser testigo, Maricruz la buenorra subía las escaleras por delante de todos, el último como siempre su marido, su entrepierna quedó totalmente expuesta, el casero tenía una visión privilegiada de su coñito mojado, de cómo salía de su coño mi semen manchando el interior de sus muslos llegando hasta sus pantorrillas, 4 o 5 veces el pobre hombre acomodó la polla en sus pantalones antes de llegar al rellano y abrir la puerta. Estoy seguro que aquel hombre a día de hoy todavía sigue masturbándose pensando en lo que pudo haber sido y no fue a causa de su timidez.
Le dije que se duchara mientras yo elegía la ropa que se pondría para salir a cenar y a zorrear un rato, pusimos sus ropas entre Koldo y yo en la cama, había un blusón muy transparente, el cual taparía poco más de sus nalgas. Mientras esperábamos Koldo me dijo que estaría en Sevilla esa noche y la siguiente que después saldrían temprano, les dije que yo me encargaba de su diversión hasta el momento del embarque.
-Emputécela amigo, hazla sentir una golfa, toma este dinero e ir a divertirse” me dijo soltándome 200 euros, le dije que después de cenar lo llamaría porque quería hacer algo especial y necesitaba su ayuda.
Salimos a cenar pasando por la Plaza del Salvador de nuevo, esta vez estaba más concurrida, por gentes tomando cañas, grupos de amigos en su punto de encuentro favorito, un par de grupos de despedidas de solteros, pasamos entre ellos haciéndole a Maricruz un pasillo donde la jalearon, toda la plaza la miró, ella estaba radiante, al levantar sus manos el blusón subía más de la cuenta dejando ver medio culo y casi su coñito, ella se acercó al futuro marido y tras decirle algo al oído le dio un beso en la boca todo eso lo grabé en video y mandé a Koldo.
Seguimos paseando, la plaza era un clamor, ella era espectacular, llamaba la atención sus transparencia, no dejando nada a la imaginación.
-¿Qué le has dicho al chaval? -Le pregunté
-Le he felicitado y le he dicho que ojalá le toque una mujer tan zorra como yo, para que pueda divertirse mucho- me dijo, ahora entendí la cara del chaval cuando nos fuimos.
Fuimos a un restaurante y nos sentamos en sus veladores, situándose ella donde sus piernas y coñito quedaban expuesto a los transeúntes, los primeros en disfrutarla fueron los camareros, los 5 que estaban atendiendo pasaron por la mesa, para servirnos, Maricruz sabía que hablaban de ella, le di un preservativo.
-Ve al servicio y coge al camarero que más te guste y te lo follas, trae este condón lleno de leche, me da igual que te corras como que no.- le dije.
-¿Porqué voy a hacer eso Paco? – Me preguntó desafiante.
-Porque eres mi puta estos días y lo vas a hacer, si no lo haces no te voy a follar como hice en el callejón, ahora coges el condón y por preguntona no lo vas a elegir tú, te vas a follar a ese. -Le dije señalando al más feo, un chaval de unos 19 añitos, feote canijo y con la cara llena de acné.
No se atrevió a discutir mi decisión, entró en el bar y le preguntó a chaval por el aseo y le pidió que la acompañara, Saqué algunas fotos de como hablaba con él y la acompañaba, en cinco minutos regresó me dio su bolso, comprobé que estaba el condón lleno de leche del chaval, le hice otra foto y las mandé por WhatsApp a su marido.
Tras cenar llamé a Koldo para vernos donde tenía aparcado mi taxi, de camino parábamos en medio de la calle para comerle la boca, si era un sitio donde había mayoría de hombres lo hacía mientras magreaba su culo. Al llegar le di las llaves a Koldo.
-Toma conduces tú, yo tengo que encargarme de esta putita.
Nos sentamos en los asientos traseros, él ajustó el espejo de grandes dimensiones que llevo en el interior del vehículo para ver todos los ángulos. Arrancó el coche, me quité los pantalones y ella desabotonó por completo su blusón, le pedí que se subiera encima de mí, mientras le decía a Koldo por donde tenía que tirar, hasta meternos en la ronda de circunvalación SE-30. Todos los coches que paraban a nuestro lado flipaban, yo tenía mi cabeza entre sus pechos saboreando sus tensos pezones, intentó meterse mi polla que estaba ya en disposición de hacerle un descosido en el coñito, pero yo quería disfrutarla, saborearla, hacerla gozar, para follarla cualquiera valía, yo no era el chico del acné que en su puta vida volvería a follar con una mujer como ella.
La tumbé en el asiento trasero y levanté sus caderas para comerle el coño, ya había entrado en la ronda, cuando ella se estaba corriendo en mi boca, recogí con mi lengua el fruto de su placer. Ella se metió mi polla en la boca, he de reconocer que Maricruz sabe mamar pollas como nadie, pero mi aguante después de haber eyaculado dos veces era muy superior a lo habitual, así que tenía polla dura para rato.
-Ahora sí reina, súbete encima.
Casi no dio tiempo de terminar la frase cuando saltó y se la clavó entera en su coño, con movimientos circulares, de arriba abajo y de delante hacía a atrás, ella gemía como una loca, le saqué el blusón para dejarla desnuda total, coches, camiones, se situaban a nuestro lado y nos pitaban, Koldo se masturbaba hasta la extenuación conduciendo con una mano y con la otra dándose placer.
De nuevo Maricruz se corrió, clavada en mi polla, jadeante, con sus flujos mojando mis huevos, me descabalgó y limpió todo sus restos de mi polla y huevos con su lengua, su marido a esas alturas se limpiaba el semen con un pañuelo. Tumbé a Maricruz en el asiento para follarla en la postura del misionero, dándole un buen pollazo en esa postura, estuve al menos un cuarto de hora dándole placer, “que rico, que rico, me matas de placer, párteme, párteme en dos” eran sus palabras más usadas.
-Me corro, me corro, qué buena polla, me matas, dioooos. -Los camiones hacían sonar sus claxon.
Después de varias posturas la puse a 4 patas en el asiento para embestirla duro, quería que mis huevos golpearan su clítoris en cada embestida, la agarré de la cola para que los coches y camiones vieran su preciosa cara llena de placer, eyaculé de nuevo gran cantidad de semen muy dentro de ella, llenando su útero de leche de macho alfa.
Dimos por acabado el día, tras dejarlos en su apartamento, los cité para vernos el día siguiente, aún quedaban cosas por hacer. Al despertar me sorprendió decenas de mensajes de compañeros a mi WhatsApp. No me lo podía creer había fotos de mi taxi en la ronda, con alguien distinto a mi conduciendo y dentro había una pareja follando. Joder esto no me lo esperaba. Mandé una copia Koldo que seguro le gustaría tenerla.
Los recogí para desayunar juntos unos churros en la zona de la Macarena, tras hacerlo le pregunté a Koldo si quería venir, me dijo que confiaba en mi para que siguiera emputeciendo a su mujer, que él haría un poco de turismo. Nos montamos en el coche y tras darnos una buena vuelta y que casi todos los transportistas vieran su coñito depilado, decidí ir al aeropuerto de Sevilla, en especial a su parada de taxi, donde todos los taxistas que paran allí son hombres, y la mayoría amigos míos.
Llegué y nada más bajarnos algunos de ellos se acercaron a saludarme, algunos de los que me mandaron la foto, a los que les dije que la llevaría allí. Se esperaban a una cualquiera, pero ella no lo era, sin bragas y sin sujetador solo con un blusón transparente y unos tacones de aguja era más elegante que cualquiera con más ropajes, Maricruz era todo un bombonazo. Entramos en la cafetería y pedimos un par de refresco, le dije que se sentara en las banquetas altas. Todos la observaban no cabía duda de que pocas mujeres pisaban la parada, había unos 50 tíos babeando, intentando ver algo más que su coñito, yo pasaba mis manos por el interior de sus muslos y abría sus piernas.
-Paco haz algo estoy muy cachonda con tantos tíos mirándome.
-¿Sabes para que te he traído aquí?
-No, cuéntame cuál es el plan.
-Ahí en ese grupo de 50 tíos hay 25 que esta mañana me han mandado la foto, les he preguntado si querían que tu se la chuparas y correrse en tu cara, boca y pechos.
-Pero eso no me va a quitar la calentura.
-La calentura te la voy a quitar yo esta tarde en el apartamento. Ahora es tiempo de que hagas disfrutar a mis amigos.
Ella echó una visual, la mitad de todos esos mirones se iban a correr encima de ella, los había guapos, feos, gordos y flacos, gente limpia oliendo bien y algunos que otros que el agua la veían poco, se fijó en Alex un chico guapo, de poco más de 18 años también amigo mío.
-Si lo hago, ¿Me dejarás después follarme a ese yogurcito?
-No entiendes una cosa, eres mi puta y haces lo que yo te pido y punto. Ahora te voy a castigar, el chico te va a follar, pero lo hará por tu culo.
Otra vez la castigué, no podía consentirlo, si le daba la mano ella se tomaría hasta el pie, yo era su macho alfa, su emputecedor, no iba a consentir que ella pusiera condiciones a mis decisiones. Hablé con el chico y le dije que el sería el último y que le follaría el culo, el me pidió ser el primero ya que estaba muy caliente y se correría nada más meter su polla en el culo. Agradecí su sinceridad y permití que fuera el primero y el último.
Entró Maricruz en el servicio para minusválidos donde ella los esperaba. Desnuda íntegramente solo llevaría sus zapatos de tacón de agujas, esa extensión perfectas de sus piernas. Yo estaría presente en todo momento para que ninguno se pasara de listo y sacar fotos que mandaría al WhatsApp de Koldo, ella recibió con agrado a Álex, el fue el primero en usar su boca, ella admiró los 17 cm. de polla del chico, la cual saboreó lentamente, queriendo disfrutar el momento, aquel chico le gustaba y estaba dispuesta a darle la mejor mamada de su vida, Alex se corrió en su boca y ella lo agradeció tragándoselo todo, ese fue el único semen que tragó, los demás los escupió. Su cara era un poema, su cuerpo entero estaba cubierto de semen, cogí de su bolso el semen del camarero del día anterior y se lo vertí en sus pechos. Koldo, recibió cerca de 30 fotos de Maricruz, bien lefada. Seguramente nunca había visto a su mujer de esa manera, con el semen de 26 machos resbalando por su cuerpo.
Entró Alex y su cara cambió, sus ojos brillaron, era lo que estaba esperando, se arrodilló sobre la tapa del inodoro, él se agachó y lamió su ano mientras yo abría sus nalgas, su agujero negro empezó a palpitar, aunque no era para nada lo que más le gustaba a Maricruz, sí estaba dispuesta a concederle a ese chico su preciado tesoro anal. Le di a Álex una crema de manos que ella llevaba en su bolso y le aplicó bastante en su culo, él untó en su polla una buena cantidad y en su glande un buen pegote.
Apuntó su glande en su ano y empezó a empujar, las quejas de ella eran bastante, le dije que si se portaba bien esa noche le daría un regalito, ella bufaba como un animal herido, mientras Alex estaba siendo implacable, metía su glande y lo sacaba, así hasta que no tuvo resistencia, horadó ese agujero un poco más hasta lograr meter la mitad de su polla y volvió a hacer lo mismo, la metía y volvía a sacar, su agujero tenía ya una circunferencia mucho mayor, aprovechó en una de las salidas y puso un buen chorreón de crema que se coló dentro de ella, seguro sintió el alivio de su frialdad ya que vi sus vellos erizarse, en la siguiente entrada Alex introdujo casi sin resistencia sus 17 centímetros de polla joven, dura y venosa, para comenzar a follarla.
Sus quejas eran historia, aquel chico estaba follándola por el culo, sin prisas pero sin pausas, sus caras eran la viva imagen del placer, Alex consiguió que Maricruz se corriera como una niñata quinceañera, gritando de placer, pidiéndole que le rompiera el culo. Álex a petición de ella dejó toda su corrida dentro de sus intestinos. Le di unas toallitas húmedas para que se limpiara mientras yo trataba fuera con Alex unos asuntos. Al rato salió ella y alcanzó a escuchar el final de la conversación.
-Esta bien, te estoy muy agradecido, ¿Qué quieres a cambio? -Me dijo Álex.
-Quiero follarme a tu madre o a tu novia. -Le dije.
-Vale hablaré con mi novia. -Me dijo después de un breve silencio.
Nos despedimos de él, y fuimos a un sex-shops, allí le compré un plug anal, aprovecharía que Alex se lo abrió para introducírselo allí mismo y que mantuviera su apertura anal. Tras lo cual nos fuimos a almorzar, seguro que muchos de los que vieron su coñito vieron el cristal color esmeralda brillando en su ano.
Llegamos al apartamento y le follé el culo sin piedad, si Alex lo había hecho bien, yo le demostraría el porqué era su macho alfa, la sometí a la mejor follada de culo que le habían hecho en su vida, un par de horas en las que se corrió tres veces en varias posturas, suplicándome que la rompiera en dos, mientras mi polla horadaba su precioso culito sin piedad. Sin duda alguna ella era una gran hembra hecha para dar mucho placer y satisfacer los paladares más exigentes. Con un marido guaperas, elegante, y allí estaba de rodillas con el culo roto pidiéndome el semen dentro de su placentero ano.
Quedamos rotos de placer, ella con su culo rebosando semen, y yo con mi primer polvo del día, aún tenía cuerda pero decidimos dormir un ratito de siesta, la tarde sería larga. Decidimos bajar a merendar, esta vez escogí la blusa más transparente que tenía, un blanco roto que de nada servía, llevar eso y nada era lo mismo, introduje el plug de nuevo en su culito y salimos. Después de llamar la atención de todo el que se cruzaba con nosotros, nos sentamos en una pastelería a merendar, al poco apareció Álex. Ella no lo vio venir, pero yo sí.
-Maricruz, hoy te has portado como una campeona, has entendido que eres mi puta, y lo has aceptado sometiéndote a mis deseos, te prometí un regalo esta tarde, levántate y date la vuelta.
Así lo hizo, al girarse lo vio, saltando sobre el loca de contenta, enseñando no solo su coño depilado, su joya anal quedó igual de expuesta que su delantera, provocando el comentario de todos los demás comensales. Merendamos los tres, al acabar fuimos al apartamento, le di un par de condones a Álex, en su coño solo me corría yo. Dejé que ella disfrutara de Álex hasta la saciedad, con su plug en el culo, era su recompensa a los dos días en la que la había emputecido a tope. Yo me fui al salón a ver la tele y dos horas después entré en la habitación, había hablado con Alex de penetrarla entre los dos, el lo haría en su ano.
Me tumbé y ella cabalgó sobre mi, él jugó con su plug un rato, hasta que lo sacó, metiendo su polla sin dificultad en el culo de Maricruz, ella gritaba, bramaba de placer, emitía sonido guturales, “me matáis cabrones, me estáis partiendo, que rico, que rico” presa de la lujuria y el placer se corrió gritando como una condenada a galeras. Durante el fragor de la batalla había llegado Koldo el cual estaba en la puerta masturbándose, Alex y yo seguíamos follándola a saco, los orgasmos se le sucedían unos tras otros, perdiendo la cuenta, ambos nos volvimos a correr, él en su culo y yo en su coño, dejándola en la cama con sus dos agujeros rezumando semen. Koldo se había corrido como un niñato adolescente viendo por primera vez una peli porno.
Nos metimos en la ducha y volvimos a follar, un par de horas más tarde ella volvía a recibir mi semen en su coñito, el de Álex en su culo y el de Koldo en su boca, la dejamos reventada, tirada en la cama, hecha un trapito. Alex y yo nos fuimos a las 12:20 de la noche. Su vuelo salía a las 09:10 h. Así que quede con ellos a las 07:00 h.
Cargué sus maletas, ella bajó después de Koldo, andaba muy perjudicada, sus pasos eran lentos. Me dió los buenos días y un buen morreo.
-Eres un cabrón, me habéis dejado rota.
-ja jajá no soy un cabrón cualquiera, soy el cabrón que mejor te ha emputecido y lo sabes.
Llegamos al Aeropuerto y los acompañé, aún quedaban 15 minutos para el embarque, ella no pasó desapercibida para nadie con su minifalda negra, como siempre sin bragas y su blusa también negra altamente transparente.
-Ven conmigo putita aún queda tiempo para un rapidín mañanero- le dije.
Entramos en los baños del final, era el menos concurrido, Koldo esperaría sentado en los sillones, allí metí mi polla por última vez hasta su garganta y la folle de pie, como en el callejón agarrada a mi cuello, embistiéndola duro, muy duro, hasta que se corrió, seguí empotrándola con deseo, comiéndole la boca, el cuello, los pezones, hasta que me corrí dentro de ella, dejándole todo mi semen muy dentro. Se recompuso e intentó limpiarse, le dije que ni de coña, que así la gente sabría que la habían follado bien follada. Me despedí de ellos dándole un fuerte abrazo a Koldo, el cual me prometió que volverían por Sevilla, aunque sólo fuera ella. Le di a Maricruz un buen morreo y una palmada en el culo. Pero que buena estaba esa mujer, la vi caminar erguida, señorial, pero con dificultad, en el interior de sus muslos se veía un hilito de líquido seminal resbalando, se volvió diciéndome adiós con la mano y lanzándome un beso. Pensé que, si no se iba de Sevilla con un sevillanito dentro de su vientre milagro sería.
Volví a la rutina de mi vida cómo taxista, el WhatsApp es la red social más rápida y activa y en pocas horas las fotos la tenía toda Sevilla, algunos clientes reconocieron el número de mi licencia e incluso se ofrecieron a conducir mi taxi mientras les metía mano a sus mujeres,
Alex cumplió su promesa y habló con su novia, pero eso ya es otra historia.