Embarazada con una videollamada de sorpresa

Este es el primer relato que escribí hace un año, el cual nunca me decidí si publicarlo o no, y así poco a poco fui escribiendo relatos y dejándolos en el olvido; lastimosamente todos esos relatos se me perdieron por errores humanos, quedándome solo este, espero les agrade, no lo voy a editar, aunque hay partes que se pueden mejorar mucho, pero quiero conservar su esencia.

Este relato a mi percepción es muy morboso y disfrutable.

Otra cosa importante, estoy buscando personas que compartan este gusto por los relatos eróticos, ojalá poder ponernos en contactos, sin más, los dejo leer.

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– Halo vecina ¿Cómo ha estado? – Pregunte pasando por su lado. Ella era una mujer de unos 31 años, muy guapa de rostro, con un cuerpo normal, sin muchos senos, pero con unas nalgas pronunciadas. –

– Bien, vecino. – Respondió ella terminando de abrir la puerta de su casa. – ¿y usted como ha estado.

– Muy bien, muy bien, gracias. – Respondí parándome frente a mi puerta, metiendo la llave y abriéndola. – ¿Cómo está la barriguita?

– Bien veci, ya con este son 4 meses. – Hizo una pausa y añadió. – 5 meses más y salgo de esta tortura. – Sonrió sin muchas ganas. –

Dejé la puerta abierta y me fui a ayudarle a alzar unas bolsas que tenía en el suelo.

– Le ayudo veci. – Le dije agachándome a recoger las bolsas; como llevaba vestido logré percatarme que un líquido se escurría por su pierna y llegaba al suelo. – Oh! – Exclame. –

– ¿Qué sucede veci? – Pregunta ella un poco sorprendida mirándome la cara. –

– Veci. – Dije con pena. – Es que creo que se ha orinado. – Dije riendo y alzándome con las bolsas. – No se preocupe – Le dije. – Es algo natural es ustedes las mujeres embarazadas.

– Jajajajajaja, no veci. – Rio ella sinceramente por mi comentario. – No me he orinado, es que estoy muy mojada.

Su comentario me dejo perplejo, reí nerviosamente porque creí que era una broma.

– Jajaja, claro, claro que si veci, no necesita excusarse, orinarse es natural. – Dije queriendo normalizar la conversación.

– No, mire que no es orines. – Dejo las bolsas que llevaba sobre la mesa y se llevó la mano derecha a la entrepierna, subió un poco el vestido y se metió dos dedos dentro de su ropa interior, los saco y comenzó juntar y separar los dedos. – Mira que es babita, no son orines. – Dijo ella y se limpió los dedos en el vestido. – Me pasa mucho hace como 2 semanas, y mi esposo hace 1 semana se tuvo que ir a Bogotá por un trabajo, así que no ha podido ayudarme con esto.

– Oh, entiendo. – dije con un tono serio. – ¿y que le ha dicho el medico de eso? – pregunte curioso. –

– Que es algo normal, por el embarazo mis hormonas están a mil todo el tiempo. – Dijo sacando una manzana de la nevera. – ¿quieres una?

– Claro. – Cogi la manzana y comencé a comerla. – Bueno veci, tengo que irme, cualquier cosa, ya sabe que estoy a la orden.

– Lo sé, lo sé, le dire a mi marido que tan buen vecino eres, quizá tenga algún trabajo para ti. – Comento ella. –

– Eso sería fantástico. – Dije intentando disimular mi erección. Ella volteo para sacar de las bolsas lo que había comprado y yo aproveche para meterme la mano dentro del pantalón y acomodarme el pene. –

– Ummmm, ¿Qué haces? – Dice ella, en eso me percato del espejo que había en el fondo y veo sus ojos mirando reflejados en él. –

– Oh veci perdón. – Me puse rojo de la pena. –

– Jajajajaja – Rio ella con soltura. – ¿se te ha parado la verga?

– No diga eso veci. – Dije completamente apenado. –

– Tranquilo, son mis hormonas de embarazada, causo el mismo efecto en el medico que me atendió ese día.

– ¿y que hizo el para calmarse? – Pregunte Curioso. –

– Se ha masturbado en frente de mí. – dijo sin deja de sacar las cosas de la bolsa. – Estaba tan excitada que no importo que me llenara de leche el vestido.

– ¿Tan excitada como ahora? – pregunte esperanzado, la perversión ya había tomado mi conciencia. –

– Si, aunque ahora lo estoy más. – Dijo llevando unas botellas a la dispensa. – Llevo una semana sin que me la meta mi marido.

– ¿y si hago esto? – Dije sacándome el pene del pantalón y comenzándome a masturbar lentamente. – ¿Qué pasa si hago esto?

– Estas en todo tu derecho. – Dijo ella mirando directamente mi pene. – Que buena verga tienes. – Dijo mordiéndose el labio inferior. –

– ¿si, le parece? – Dije jocosamente. –

– Si, la verdad si – respondió ella. Se subió la falda hasta la cintura, corrió la ropa interior que llevaba a un lado y me dejo ver una vagina con unos labios hermosos, completamente depilada e hinchada. –

– Tienes una chocha hermosa – Dije- y mira que babosa esta. – añadí. –

– Si. – Dijo ella frotando su clítoris y mirándome fijamente el pene. – Esta lista para ser penetrada por cualquier verga.

– ¿Cualquiera? – Dije acercándome a ella y haciendo que mi pene punteara su clítoris. – Ufff- dije – Como se siente este clítoris. – Dije pasando mi glande repetidamente por su botón. –

– ¿te gusta? – Dijo ella por fin agarrando mi pene con su mano, lo apretó con fuerza y gimió levemente, luego comenzó a zarandear hacia adelante y hacia atrás. –

– Vaya, no te has resistido a cogérmelo. – Enfatice con morbosidad. – yo tampoco me resistiré más. – llevé mis dedos a su vagina y comencé a jugar con su clítoris, con mi dedo corazón bajaba hasta la entrada de su hueco y luego subía lentamente. –

No me aguante más e hice que se girara, alce su vestido y baje sus bragas hasta sus tobillos, ella se inclinó por si sola y me dejo ver un hermoso culo tonificado y pomposa, su respiración era agitada. Después de años mirando disimuladamente ese culo, por azares de vida lo tenía ante mí, no podía desaprovechar esa oportunidad que tenía.

– Ábrete el culo – le dije con firmeza y ella lo hizo, pude ver un hermoso hueco, no estaba muy amplio, deduje que no lo usaba mucho.

– ¿Me vas a meter la verga veci? – dijo ella caliente, su espalda sudaba gotitas. – ¿si, me la va a meter? – Saco un poco más el culo y su vagina quedo a la altura de mi pene, pero ese no era mi primer objetivo, quería primero darle por el culo.

Me eche saliva en el pene y lleve mis dedos hasta su vagina, comencé a llenarlos de su líquido y fui subiendo hasta su culo masajeaba y ella se retorcía de placer, bajaba de nuevo a su vagina y empapaba mis dedos de sus jugos y volvía a subir a su culo, iba a usar sus líquidos como lubricantes.

– Veci, métamela. – Dijo ella rogándome- ya no aguanto más, métamela. – Suplicaba. –

Cogí mi pene y se la puse en la entrada de la vagina, que caliente estaba, que mojada, no resistí la ganas y le metí la punta, solo la cabeza y sentí como me apretaba y succionaba, ella en un arrebato se echó para atrás con fuerza haciendo que se la clavara completa de un solo golpe.

– Ummmmmmmmmmmmmm, Que rico! – gimió ella llevando las manos al mesón para sostenerse, le temblaban las piernas, y tenía espasmos que le recorrían todo el cuerpo, sentía como mi pene era succionado por su vagina llena de lujuria. – Que rico, que rico…- Repetía jadeando, pero sin moverse. –

Le fui sacando mi pene lentamente y aproveché que estaba aturdida por lo que había hecho y se la puse en la entrada del ano, y ella de nuevo en un arrebato se hecho con fuerzas hacia atrás y mi pene se abrió espacio entre toda su carne quedando completamente clavado en su culo.

– Ahhhh, grito ella, me la has metido en el culo. – Dijo con voz de dolor. –

– Te la has metido tu sola – Respondí. –

Que rico se sentía, que apretado hueco era, cálido y carnoso, tenía espasmos y me apretaba la verga haciéndome enloquecer; comencé lentamente a sacarla hasta la mitad y a meterla de nuevo, sintiendo como se iba abriendo poco a poco y se iba acostumbrando a la horma de mi pene, gemía fuerte y se echaba hacia atrás clavándosela toda.

– Hace muchos años soñaba con clavarse por el culo veci. – Confesé sin pudor. –

– ¿Si? – Dijo ella gimiendo mientras recibía mis embestidas- ¿hace cuánto deseabas partirme el culo?

– Años veci, desde que la vi mudándose aquí. – ella gemía más fuerte aún. – le miraba en las mañanas cuando salía a trotar y se le marcaba ese culo en el leggins.- añadí. –

– ¿eso hacías? – respondió ella gimiendo. – sabes, no me pongo ropa interior, me gusta que se me meta entre el culo y se me marquen los labios, me siento más libre al ejercitarme. – dijo ella, y vi cómo se llevaba la mano derecha a la entrepierna. –

– ¿te vas a masturbar mientras te clavo por el culo veci? – dije dándole más duro. –

– Sí, me voy a clavar dos dedos. – respondió y se comenzó a escuchar como su mano aplaudía contra su vagina al meter y sacar los dedos.

Ella comenzó a gemir más fuerte, y yo a darle más duro por el culo, aunque me contenía por su barriga.

– Si, si, si, si, si, dame, dame, dame duro, dame, que rico, que rico, ahhhh. – Gemía ella y me volvía loco, yo sentía que iba a explotar y ella disfrutaba demasiado. – Dame verga, duro, meterla por el culo, dame, no pares, dame, dame, ahhh…

– ¿te gusta? ¿tu culo está feliz de ser penetrado? – le decía ya fuera de mí. – ¿te gusta cómo te parto el culo?

– ¡Si, si!!!, dame, no pares, que rico!!! Me voy a correr. – Decía y se escuchaba como sus dedos entraban y salían cada vez más rápido de su vagina inundada. – ay que rico!, que rico, me estoy viniendo, que rico, no pares, dame, méteme esa vergota, sigue, que rico, dame, ay, ay, si, si si… – Gritaba ya fuera de sí, había perdido el control, estaba teniendo un orgasmo descomunal, sus caderas de movían más rápido y yo le taladraba mas rápido el culo, mi verga estaba explotando hace mucho y no pude aguantar más, le llene el culo de semen.

– Ay que rico, que rico. – Decia ella gimiendo fuerte. – ¡Me estas llenando el culo de leche, siento tu leche, ay, ayhhh que rico!!! – Dijo ella calmándose y bajando la intensidad, se había corrido descomunalmente y yo no me había quedado atrás.

Le saque el pene del culo y un chorro de semen cayó al piso, mi pantalón estaba mojado de sus jugos, ella jadeaba y comenzaba a recobrar la compostura.

– Que rica culiada. – Dijo acomodándose el vestido y subiéndose la ropa interior. – hace años no tenía un orgasmo tan fuerte. – añadió arreglándose el cabello. –

Guardé mi pene y subí mi bragueta, estaba sudando como caballo, recogí una lata de fruta que se había caído al suelo durante el acto y la puse en el mesón.

– Bueno veci. – Dije como si nada hubiera pasado. – tengo que irme ya, deje la llave de la pileta abierta, no quiero que se desborde y se pierda agua. – camine hacia la puerta sin mirarla –

– Gracias por la ayuda veci, me saludas a tu mama. – Dijo ella mientras yo salía y cerraba su puerta. –

Cuando llegué a casa me senté en el sillón a pensar sobre lo que había pasado, prendí el televisor para no estar en completo silencio y reflexione; recordé que tenía realmente que cerrar la llave de la pileta, por lo que me pare y la cerré. Caminé de nuevo a la sala y me senté, el ruido del televisor no me dejaba pensar, aunque en realidad no estaba pensando en nada, solo estaba en blanco. Mi celular vibro anunciando la llegada de un mensaje, desbloqueo el cel y vi que mi amiga me había escrito por Wsp.

– Hola tonto. ¿Qué estás haciendo? – Escribió Camila. –

– Nada, sentando en la sala sin hacer nada ¿y tú? – respondí. –

– Igual.

– Que pereza. – atine a escribir. –

– ¿hace cuánto nos conocemos Jacop? – pregunto ella. –

– Hace unos cuantos años, como 6. – Respondí sin darle mucha importancia. – ¿Por qué? – añadí.

– No, por nada. – contesto. – ¿y dónde nos conocimos?

– Jugando Basquet si mal no recuerdo. – en ese momento vi como la foto de perfil que tenía en wsp fue cambiada, logré ver algo como unas tetas, pero cuando amplié su perfil la había cambiado de nuevo. –

– ¿Qué ha sido ese cambio de foto de pergil Camila? – apresure a preguntar. –

– Ha sido sin querer, jajajajaja, que estúpida soy. – respondió ella. –

– Claro… – dije sin más. – que buenas tetas tienes por cierto. – atine a escribir. –

– Eres un idiota Jacop. – respondió ella. –

Deje en visto a Camila y bloquee de nuevo celular, lo deje a un lado y fui a buscar un vaso de agua, hablar de algo me ayudo a calmar mis emociones, había tenido sexo con la vecina que estaba casada con un hombre que tenía cara de matón, ¿y si se enteraba? ¿me culparía a mí por lo que paso?

Llegue con el vaso de agua al sillón de nuevo y me senté, tome un poco y volvi a coger el celular.

– Jacop. – había vuelto a escribir Camila. –

– ¿Qué sucede? – Respondí.

– ¿realmente te parece que tenga buenas tetas? – pregunto ella dejándome descolocado, no tenía sentido que Camila me preguntara algo así, por lo que considere que alguien más podía estar manejando su wsp. –

– Mándame un audio Camila. – Escribí. –

– ¿para qué? – respondió ella. – ¿no crees que sea Camila?

– La verdad es que no. – Asevere – ¿Quién eres?

Ella mando un audio donde me decia en 15 segundo que literalmente era un idiota por no creer que ella podía tocar ese tipo de temas.

– Ya, ya, ya, calma… – respondí- Si eres tú. – Añadí.

– ¿Entonces? – escribió ella. –

– ¿entonces qué? – Replique. –

– Idiota ¿crees que tengo lindas tetas? –

– Si, pues la verdad por lo poquísimo que se vio, se veían lindas. –

En ese momento ella mando una foto donde se apreciaba perfectamente su cara, ella sacando la lengua y con la camiseta que tenía, puesta hasta el cuello, dejando ver en todo su esplendor unas hermosas y grandes tetas, con unos pezones pequeños y parados. Dignos de admirar.

– No son lindas. – Escribí. –

– ¿no? ¿Por qué? – Respondió ella automáticamente. –

– Son las tetas más hermosas y perfectas que nunca he visto. – Respondí sinceramente. –

– Ay, jajajaja gracias. – Escribió ella como si eso fuera una tontería. –

El morbo se adueñó de mí, aunque acaba hace no más de media hora de correrme mi pene a causa de la conversación acaba de volver a la vida.

– ¿y qué tal te parece me pene? – aventure a escribirle. –

– Nunca lo he visto, no sabría decirte. – respondió ella. –

– ¿estás sola? – pregunte. –

– Si.

Al ver que respondía si me saque mi pene de la bragueta y lo acomode para que la cámara de mi celular tuviera una perspectiva completa de él, le mande video-llamada al instante, pasaron unos 5 o 10 segundos y pensé que no contestaría, la cámara de mi celular enfocaba a mi pene en su máxima erección; ella contesto y al otro lado de la video llamada aparecieron dos caras, era Camila y su prima María. Al verlas a las dos colgué al instante, había pasado pena, me habían jugado una mala aquellas dos primas.

– Eres una tonta. – Le escribí un poco enojado. –

– Jajajajajaja – respondió ella. – María si dijo que saldrías con algo así.

– Pff. – Escribí-

– Además, eres un pervertido, me querías mostrar tu verga. – Dijo, y que haya escrito verga me excito. –

– Tú me has mostrado tus tetas. –

– Sí, pero en fotos. Eres un tonto. –

Volví a bloquear el celular dejándola en visto, guardé mi miembro en la bregueta de nuevo y me dispuse a calmarme. Pasaron unos 2 minutos y ya me estaba controlando, pero mi celular comenzó a timbrar; Camila me estaba invitando a una video-llamada.

Deje pasar unos 10 segundos y conteste. Lo que vi me puso muy cachondo, al otro lado de la llamada estaban Camila y María sin nada en la parte del pecho con las tetas al aire.

– Jacop – Dijo Camila. – ¿Cuál de las dos tienes las mejores tetas? – pregunto soltando una risotada.

– ¿están las dos solas verdad? – Pregunte al instante, estaba hablando muy fuerte. –

– Si, mis padres han salido el fin de semana y María se quedó en mi casa para que no estuviera sola. – Respondió ella –

– Ahora todo tiene sentido – dije mirando fijamente a cada chica por unos 5 segundos. –

– ¿Entonces cual tiene mejores tetas? – volvió a preguntar. –

– Si – Dijo María. – ¿Cuál de las dos tiene mejores tetas? – pregunto también María.

– Pues. – Dije con ojo crítico. – Diría que ambas, no puedo escoger. –

– ¿ves? – Dijo María a Camila. – Las tenemos casi iguales.

– Si, tienes razón. – Respondió Camila. – Jacop, quiero ver tu verga de nuevo. ¿nos la muestras de nuevo? – pregunto con una vocecita de inocencia. –

– Se ¿Por qué no? – Acto seguido saque mi miembro de la bragueta completamente erecto de nuevo por la imagen que tenía en la pantalla del celular y con la cámara trasera del celular lo enfoque. –

– Que rica se ve esa verga. – Dice María con perversión. – No sé si me quepa toda. – Añadió mordiéndose los labios y pellizcándose los pezones.

– Si. – incursiona Camila. – La verdad es que se ve muy rica. – ¿a cuánto estas de mi casa Jacop? – pregunta ella dejándome atónito. –

– Como a unos 20 minutos caminando. – Apresure a decir. –

– Bien, ven rápido, tengo unas ganas de que me cojas, que ya no aguanto más. – respondió ella. –

No tuvo que decir más, solo conteste bueno, corrí a la ducha y me pegue un baño de gato, la cogida anterior me había dejado oliendo muy fuerte.

Media hora después estaba frente la puerta de la casa de Camila, toque y a los 2 minutos Camila con la misma ropa que hace media hora tenia puesta abrió la puerta.

– Casi no llegas. – Dijo ella comenzando a caminar hacia su cuarto. – dijiste media hora y ya ha pasado como una.

El short rosa que tenia se le metía entre las nalgas y caminaba moviéndolas de un lado al otro, entre y cerré la puerta y comencé a seguirla. Llegamos a su cuarto y María estaba acostada mirando la pantalla del celular, Camila se sentó frente a un espejo y comenzó a peinarse. La situación me desinflo, parecía que había perdido mi oportunidad.

– Llegaste. – Dijo María cayendo en cuenta de mi presencia. – demoraste mucho. – Añadió y volvió a mirar la pantalla de su celular. –

– Si. – dije, me saque mi pene de la bragueta y camine hasta donde María que estaba absorta en su celular. Se lo puse en los labios –

– ¿Qué haces? – dijo ella sorprendida, pero sin quitar mi pene de sus labios. –

– Nada. – Respondí y miré hacia donde Camila que estaba viendo por el reflejo del espejo. – ¿y tú? – le respondí. –

– Jajajajaja – Rio María dejando a un lado el celular. – Pues al parecer. – Dijo cogiendo mi pene con su mano izquierda. – te voy a mamar la verga. – y comenzó a darme besos por todo el tronco inferior del pene, pasaba su lengua y me hacía temblar.

– Jajajajajaja- Rio Camila desde el fondo. – No funciono la broma, este si tiene huevos. – Comento. –

– Si, y muchos. – Dijo María metiéndose mis huevos en la boca. –

María se sacó mis huevos de su boca, se bajó de la cama y se arrodillo frente a mí, me bajo los pantalones hasta el piso y comenzó a chupar mi pene con mayor destreza.

– Tu no me tocaras. – Dije mirando fijamente a los ojos de Camila reflejados en el espejo. – Lo que estaban planeando hacer, no se le hace a nadie. – Dije cogiendo la cabeza de María y metiéndole mi pene lo más profundo que pude en su garganta, haciendo que tuviera arcadas. – A ti. – Dije mirando a María y sacándole mi pene para que pudiera respirar. – Te voy a castigar por prestarte a los juegos de tu prima. – Dije restregándole mi pene lleno de su saliva por toda su cara. –

– Si amo, castígame. – Dijo María lamiéndome los balos. – He sido una perra mala, me he portado muy mal.

– Lo sé, pagaras por tus actos. – y mire nuevamente a Camila a los ojos que se reflejaban en el espejo. – y por los de tu prima. – Dije con firmeza.

Salí de la casa 2 horas después, cansado y sobre todo mareado; dejé a Camila amarrada a una silla, donde había estado presenciado sin poder tocarse ni hablar (porque tenía un trapo en la boca) durante todo el tiempo que me cogí a María; Ha Maria la había dejado jadeando y llena de leche y sudor por todo su cuerpo, con el culo abierto, la vagina y la garganta usadas hasta más no poder, tirada en la cama. Sabía que había tratado fuerte a Maria, pero no pase ningún medidor, estuve siempre al borde, pero no le hice daño, tenía que sentir que la estaba castigaba, pero por medio del placer. Le di la orden a Maria que me llamara antes de soltar a Camila, lo cual cumplió sin oponerse.

– Jacop. – Dijo Maria al otro lado de la llamada. – ¿puedo soltar ya a Camila? – Pregunto.

Tengo que admitir que me sorprendío realmente que me llamara, pensé que solo la soltaría y ya, pero lo hizo, y eso me causo gracia.

– Si. – Respondí al instante. – el juego acabo hace rato Maria.

– Jajajaja, lo sé. – Rio ella, hubo un silencio como por unos 20 segundos y volvió a hablar. – Listo, he soltado a Camila. –

– Espero haya aprendido su lección Jajajajaja. – Dije. –

– Eres un IDIOTA JACOP, estoy toda empapada de sudor. – Escuche al fondo, Camila estaba gritando. – y lo peor es que estoy toda mojada y caliente, tendré que masturbarme con un pepino para bajarme la calentura.

– Jajajajaja ¿la has escuchado? – Dijo María. –

– Si, se lo merece por calienta huevos. – Dije. – Las dejo, tengo cosas que hacer.

Colgué la llamada, me di otra ducha y me senté de nuevo en el sillón a meditar sobre mi encuentro con la vecina. ¿y si su marido se enteraba? ¿me culparía a mí por lo que paso?

*Quiero agradecer al lector o a la lectora por llegar hasta el final, pido disculpas sinceras si al final de leer, como a mí, le pareció que el relato debía acabar al salir por la puerta de la casa de la vecina, pero tengo la fea costumbre de divagar demasiado, y este pequeño detalle ha hecho que escribiera 4 páginas más sin ninguna finalidad. Espero sinceramente que les haya logrado distraer un poco, ¿y porque no? Excitar, lo cual se supone que es la finalidad de un relato erótico. Su buen amigo, *