La amiga transexual de mi hija es muy pervertida

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DISFRUTE CON LA AMIGA TRANS DE MI HIJA IV

Tras pasar la tarde siendo follados, sodomizados y bañados en semen, Ana y yo hablamos sobre lo sucedido y nuestro futuro juntos.

Ana: sabes, ahora entiendo el porque te gustan tanto las pollas, porque eres tan maricona y puta. Esta tarde he visto como gozabas mientras mamabas o te follaban, mientras accedías a sus caprichos sin oponerte. He comprendido que no puedes remediarlo, es superior a tu voluntad y sabes una cosa, gracias a ti he disfrutado por primera vez en muchos años

Yo: entonces, no estás enfadada?, ¿dejaras que siga haciéndolo?

Ana: no, no estoy enfadada, al contrario, me alegro que esto haya pasado. Claro que seguirás haciéndolo, Natalia y su padre así lo quieren y yo también. Ahora somos sus putas y tendremos que hacer lo que nos digan

Yo: pero Ana, ¿tu estás segura de querer hacer eso, de querer ser su puta?

Ana: si, estoy segura. Hoy por primera vez he disfrutado de verdad con una polla y no dejaré de disfrutar, sea con quien sea

Yo: con la cantidad de veces que te he pedido acostarte con otro tío, que tu y yo compartiéramos una polla y nunca has querido y resulta que ahora, la primera vez que lo haces, piensas emputecerte

Ana: es que nunca me he puesto tan cachonda. El verte haciéndolo y sobre todo la polla del novio de Natalia, entrando y saliendo de tu boca y culo, han sacado mi verdadero yo, ese que tu no has sacado en todos estos años que llevamos casados. Nunca has sabido follarme, nunca me has dado placer, todo era fingido, jamas sentí tu mierda de polla en mi interior, nunca la noté

Yo: pero Ana, ¿porque me hablas así?

Ana: porque eres un cornudo maricón, con una polla minúscula, ¿o no es cierto?

Yo: si, tienes razón, soy eso que dices. Pero, ¿que va a pasar con nosotros ahora?, ¿seguiremos juntos?

Ana: claro que seguiremos juntos, nunca me separaré de ti, te quiero demasiado, pero también te digo que ya no volverás a meter eso entre mis piernas. Solo me servirás para limpiarme del semen que traiga a casa y olvidate de que yo te haga algo que no sea follar tu puto culo

Yo: yo también te quiero y ahora más que nunca. Te juro que de ahora en adelante seré tu perrito, tu siervo y esclavo. Lo he deseado desde hace tanto tiempo Ana

Ana: eso serás, mi perro. Aparte de Natalia y su padre, me tendrás a mi como dueña y accederás a todos mis caprichos, ¿queda claro?

Yo: si

Ana: bien, de momento vamos a salir a comprar. Necesitamos ir al sex shop para comprar algo con lo que pueda follarte y de paso a comprarte tangas, los usarás de ahora en adelante

Yo: lo que tu digas

Cenamos y nos fuimos a dormir, los dos estabamos destrozados. Al día siguiente, tras desayunar y ducharnos, cuando me iba a vestir Ana me lanzó un tanga de los suyos, lo cogí y me lo puse sin decir una plçalabra. Fuimos al sex shop de Atocha. Nunca habíamos estado en uno y nos quedamos sorprendidos de la cantidad de utensilios y aparatos que tienen. Tras dar varias vueltas, con los ojos como platos, Ana no terminaba de decidirse, no sabía que era lo más apropiado, por lo que preguntó al dependiente.

Ana: buenas tardes

Dependiente: hola

Ana: estamos buscando algo apropiado para mi, bueno en realidad es para mi marido, dijo señalándome

Dependiente: y más exactamente, que buscan

Ana: algo con lo que yo le pueda follar, es maricón sabe

Dependiente: señora, está usted de suerte al tener un marido así. Si me acompañan, les indicaré

Seguimos al dependiente, nos llevó a una zona en la que se encontraban los arneses.

Dependiente: bueno, como verá hay de todo tipo y tamaño, ¿sería su primera vez?, lo digo porque en ese caso, debería usar uno de pequeño tamaño

Ana: no, ya lo tiene bien abierto. Busco algo grande, bien grande

Dependiente: bien, entonces creo que este le vendrá bien, es el más grande que tenemos

El dependiente nos mostró una gran barra de silicona.

Dependiente: mire, este es la joya de la corona, mide 33×7,6 cm, no creo que encuentre otro más grande que se pueda acoplar al arnes.

Ana: joder, si que es grande, mira cielo, es bastante más grande que la polla que te folló ayer. Con esto gozarás como una perra, jaja

Dependiente: perdone, ¿le puedo hacer una pregunta?

Ana: si claro

Dependiente: dice que ya lo tiene abierto y que ayer le follaron, pero ¿era muy grande la polla?

Ana: buffff, si que era grande, ¿cuanto debía medir?, me preguntó

Yo: pu….pues co.. como 25 cm

Dependiente: ¿25?, ¿y le entró toda?

Ana: ya lo creo, pero es que además era muy gorda, mas que esta. No veas como gozaba la maricona

Dependiente: joder, entonces tiene un culo bien tragón

Ana: ya lo creo, por eso nos vamos a llevar este

Dependiente: me permite sugerirle algo?

Ana: si, dime

Dependiente: acompáñenme a la zona de Sado, seguro que le interesa lo que le voy a enseñar

Nos dirigimos a un cuarto aparte, cerrado por unas tupidas cortinas

Dependiente: mire, en esta zona creo que encontrará algo que pueda satisfacerla

Ana pasaba su mirada por todos los objetos. Lo que allí había era brutal, antifaces, látigos, cuerdas, cadenas, esposas y muchas otras cosas. Pero lo que más llamó su atención, fue un brazo, con el puño cerrado.

Ana: y eso, para que sirve?

Dependiente: eso es lo que precisamente quería enseñarla. Cogió el aparato y lo sacó de la caja, mostrándonoslo

Ana: madre mía, ¿pero para que es esto?, aunque creo que lo imagino

Dependiente: pues es para el fisting, lo utilizan sobre todo las mujeres, aunque si su marido lo tiene tan abierto, igual quiere usarlo con el, no creo que ponga objeción a que lo haga, ¿me equivoco?

Ana: no, no te equivocas. Y este, cuanto mide?

Dependiente: 41×9

Ana: joder, este también nos lo llevamos

Dependiente: sabía que le gustaría

Ana: la puta va a disfrutar mucho cuando se lo meta, ¿verdad?

Yo: s.. si

Tras comprar varias cosas más, como un kit de BDSM, compuesto por dos esposas, un collar con correa, un bocado con esfera, un antifaz, unas pinzas, un látigo y una cuerda, compramos unos cuantos tangas y nos dispusimos a pagar. La cuenta subió mucho más de lo que esperábamos, lo que dejó a mi mujer muy disgustada, porque quería llevarse todo. En ese momento, recordó que a la entrada del sex shop, había un cartel que anunciaba shows eróticos.

Ana: bufff, eso es mucho dinero, ¿hay alguna forma de bajar un poco la cuenta?, he visto que hacéis shows

Dependiente: si, es cierto que los hacemos, pero siempre son mujeres las que los hacen, no hombres

Ana: y que tipo de espectáculos son

Dependiente: sobre todo parejas, chico y chica, aunque algunas veces también de chicas solas o entre ellas

Ana: mira, te propongo una cosa, si nos rebajas a la mitad nuestra cuenta, este y yo haremos un show

Dependiente: bueno, eso nunca me ha pasado, el que me pidieran una cosa así, no se

Ana: podríamos estrenar algo de esto, dijo señalando el material que compraríamos

Dependiente: te refieres a que le follarás tu a el?

Ana: si, con el cinturón

Dependiente: bufff, la verdad es que me gustaría ver eso y creo que a los clientes también les gustaría. Vale, trato hecho

Ana: genial, has oído maricón, ¿cuanta gente suele ver el show?, supongo que serán todo tíos, no

Dependiente: pues unos veinte y si, casi todo son tíos

Ana: te puedo proponer otra cosa?

Dependiente: miedo me das, jaja

Ana: cobras entrada, verdad?

Dependiente: si claro

Ana: jaja. Mira, a la maricona le encanta el semen, tragarlo y sentirlo en su cuerpo. Si no nos cobras nada, los que presencien el show podrán correrse sobre el o en su boca, igual puedes cobrarles un poco más

Dependiente: joder con la propuesta, sabes, acepto. Ahora mismo hay un show, en cuanto acabe, se lo digo a los clientes y entráis vosotros, creo que tendrá mucho éxito, nunca hemos hecho un bukkake, pero ¿tu no vas a hacer nada, solo follarte a tu marido?

Ana: bueno, en principio no, ¿porque?

Dependiente: porque estás muy buena y me gustaría follarte, tengo la polla dura de imaginarte haciéndole eso, dijo cogiendo su polla por encima del pantalón

Ana: mmmm, estaré encantada de que me folles, le contestó tocándosela, parece que tienes buena polla

Terminó el show, los clientes salían de sus habitáculos, el dependiente los paraba uno a uno y les comentaba el próximo, indicándoles que esta vez, podrían entrar en la sala, no solo verlo a través de las ventanillas, sino delante de nosotros. Mientras les hablaba, no dejaba de señalarnos, indicando a sus clientes que seríamos nosotros quienes lo haríamos, un matrimonio real e inexperto en estas lides. Por supuesto, todos aceptaron a participar.

Dependiente: cojonudo, todos han aceptado, hoy voy a hacer una buena caja con vosotros. Venid, os voy a decir donde podéis desnudaros

Ana: perfecto, venga maricón, vamos, dijo cogiendo el strapón

Dependiente: creo que tendrás que usar un lubricante, por muy abierto que lo tenga, no creo que le entre sin el

Ana: tienes razón, le haría demasiado daño y aunque le gusta el dolor, sería demasiado

El dependiente cogió un bote de lubricante y otra cosa que no pude alcanzar a ver. Nos llevó a una especie de camerino, supongo que donde los actores se cambiaban.

Dependiente: mira, podéis dejar vuestra ropa ahí

Ana: maricona, desnudate, pero deja el tanga

Ambos comenzamos a desnudarnos. Ana se quedó con el sujetador y tanga, mientras yo hacía lo propio. También se colocó el cinturón y el strapon, buff era maravilloso verla así, con semejante pollon entre las piernas.

Ana: mira maricona, todo esto te voy a meter en tu culo de zorra

Dependiente: no me extraña que quieras follarle, menudo culito tiene el maricón

Ana: tiene un culo prieto y tragón, dentro de un momento lo podrás comprobar. Por cierto, es una puta, por lo que cuando la hables, dirígete como si fuese una mujer, le gusta y a mi también

Dependiente: ah, perfecto, bueno vamos a la pista, que comience el show

Nos guió a la pista, en forma circular. Cuando entramos, los clientes ya estaban colocados en círculo, todos desnudos, con sus ropas en montones tras ellos. Por supuesto, había de todo tipo, altos y bajos, gordos y flacos, jóvenes y viejos. Todos acariciando sus dormidas pollas, debido a la reciente corrida y deseosos porque comenzara el show. El dependiente nos indicó que debíamos ponernos en el centro, para que nos pudieran rodear y así no perderse detalle alguno.

Dependiente: señores, esta pareja es real, son marido y mujer, bueno el marido es más maricón que macho y ella se va a encargar de follarlo delante de ustedes. Podrán correrse encima de la maricona, donde quieran, en el cuerpo, la cara o la boca, donde más les guste. Maricona, túmbate sobre el colchón boca arriba que te voy a colocar una cosita, seguro que te gustará

Me puse como me indicó, se agachó y me colocó una especie de bozal que dejaba mi boca completamente abierta y me impedía hablar correctamente.

Ana: uaaaa, me encanta eso

Dependiente: te gusta?, es para que la maricona no pueda cerrar la boca y así reciba más leche en ella, luego te lo regalo también. Bueno, ya podéis empezar

Ana cogió el bote de lubricante, puso un poco en mi ano y más en el strapon, lo apuntó y comenzó a apretar. Noté como mi ano se desgarraba, como se abría al paso de esa enorme polla de silicona y comencé a gemir de dolor.

Yo: aggggggg

Ana: te duele puta?

Yo: giiiiiiiii

Ana: pero te gusta, ¿verdad zorra?

Yo: giiiiiii

Los clientes se iban acercando poco a poco, para ver como Ana introducía ese enorme monstruo en mi interior. Todos meneando su polla. El dependiente también observaba la escena, había sacado su polla y también la meneaba. Ana siguió empujando, hasta que la tuvo toda dentro, por unos segundos la dejó quieta, totalmente hundida en mi ano.

Ana: maricón, ya ha entrado toda, tienes un culito muuuy tragón, ahora te voy a follar

Ana comenzó a moverse, delante y atrás, haciendo que esa inmensa polla taladrara mi ano, proporcionándome un placer inigualable, indescriptible, al que se sumaba la cantidad de pollas que teníamos alrededor nuestro. Tras varios minutos, los clientes comenzaron a acercarse más a nosotros, algunos para verlo mejor, otros para correrse sobre mi cara, al hacerlo parte del semen se introducía en mi boca y llenaba mi garganta poco a poco. Con el bocado me costaba tragar, aún así intentaba hacerlo, impidiendo que este se desaprovechara por mi cara. El dependiente, se acercó por detrás a Ana y comenzó a acariciar su culo. De pronto, ella dio un pequeño empujón.

Ana: ahhhh

El dependiente, apartando la fina tira del tanga, le había metido un dedo en el culo.

Dependiente: te gusta puta, te gusta mi dedo en tu culo?

Ana: bufff siiiii

Dependiente: pues verás que ahora irá mi polla, ¿quieres que te folle el culo zorra?

Ana: siiii joderrrrr folla mi culoooooo

Este no se hizo de rogar, se arrodilló en el suelo, apuntó la polla al ano de Ana y la introdujo de un solo empujón. Su polla era de buen tamaño, no como la de Natalia, su padre o su novio, pero no era nada despreciable, lo que seguro era, es más grande que la mía y eso Ana lo notó y yo también.

Ana: ahhhhh diossssssssssss

Dependiente: te gusta zorra?, ¿te gusta mi polla en tu culo?

Ana: siiiiii joderrrrrr

Mientras el dependiente follaba a Ana, esta acompasó el ritmo a su follada, haciendo que el strapón se hundiera más y más en mi, cada vez más rápido y profundo. No pude contenerme y me corrí, de mi pollita comenzó a salir gran cantidad de leche, yendo a parar sobre el cuerpo de Ana. Los clientes se fueron corriendo, uno tras otro. La mayoría sobre mi boca, hincando sus rodillas en el suelo o doblando sus piernas, acercaban sus pollas a mi abierta boca y la llenaban de leche. Otros lo hacían sobre mi cara o cuerpo, dejándome totalmente bañado y empapado. Por fin, tras unos minutos que pasaron volando, el dependiente comenzó a correrse en el interior de Ana.

Ana: ahhh cabrónnnnnn no te has puesto condónnnnnnnnnnn

Dependiente: no zorraaaaa tomaaaa mi lecheeeeeeeee

Ana: hijo de putaaaaaa ahhhhhhh

Tras terminar de correrse, calló sobre ella y esta sobre mi. Ya no quedaba nadie por correrse, tanto los clientes, Ana, el dependiente y yo, habíamos quedado satisfechos de esta nueva experiencia. Nos quedamos los tres solos.

Ana: joder, ha sido una pasada, ver como uno tras otro se corrían encima de la maricona, mira como la han dejado, mira cuanta leche

Dependiente: bufffff, ha tragado mucha y su cara está repleta, ¿habría que limpiarla, no?

Ana: si, creo que sería lo mejor

El dependiente, sacando su polla del culo de Ana, se levantó y desde la distancia, comenzó a mear sobre mi cara. Al tener aún puesto el bocado, gran cantidad de sus meos fueron a parar dentro de mi boca. Mi mujer se quedó mirando y lejos de cortarle, se reía mientras le daba ánimos para seguir. Esa nueva sensación no me gustó nada, pero al fin y al cabo era un sumiso sirviendo a su mujer.

Cuando terminó de mear, introdujo su polla en mi boca para que la limpiara, haciendo que lamiera y tragara las últimas gotas, mientras tanto, Ana sacaba el strapón de mi ano, dejando un gran vacío y un enorme agujero.

Nos recompusimos y tras charlar con el dependiente, prometiendo que volveríamos, pero esta vez cobrando por nuestro show, nos marchamos a casa. Por el camino, ni Ana ni yo articulamos palabra alguna. Yo, con mi ano aún muy abierto y dolorido, con un fuerte olor a semen y meado, ella con cara de satisfacción por lo hecho en el sex shop.

Al llegar a casa, Ana lo primero que hizo fue llamar a Natalia, quería contarle con pelos y señales todo lo acontecido y, de paso, mostrarle los artículos que habíamos adquirido.

Ana: cuando se lo cuente, seguro que estará muy satisfecha de nosotras, me dijo

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