Me compré un artículo por internet y el repartidor me rompe el culo

Tener 21 años es una edad perfecta. Eres joven y con suerte, como la mía, ya tienes bastante experiencia sexual. Me defino como versátil, aunque suelo hacer más de pasivo. Tengo un cuerpo bastante marcado del gym, soy alto (1,85m) y la tengo bastante grande (19cm).

Hace unas semanas, había quedado para follar con un chico que había conocido por una app. Suele ser mi forma más cómoda para ligar, ya que en el cara a cara me pongo muy nervioso. Ese chico, de 19 años, era pasivo y bastante twink. Quería ser sumiso y la tarde de sexo fue muy buena. Por primera vez follé con alguien que llevaba un suspensorio/ jockstrap, concretamente de la marca Jockmail. Me gustó mucho y pensé que podía comprarme uno, así que miré un poco por internet. Al final me decidí por un suspensorio rojo, muy sexi, y lo pedí por una web que te lo enviaba a casa en pocos días.

El día había llegado y tenía ganas de ver como me quedaba. Se hizo de rogar y no sonó el timbre de mi casa hasta las 8 de la tarde. Para mi sorpresa, me lo entregó un repartidor muy joven, moreno y algo más alto que yo. Tendría unos 20 años, mi edad más o menos, pensé al abrir la puerta. Llevaba el pelo muy corto, rapado de los lados, de color negro, con una mirada penetrante y una boca rodeada de una barba de 2-3 días. Le pegué un repaso importante cuando abrí la puerta y no escuché lo que me dijo.

R: Perdona, me puedes dar tu nombre y DNI?

Y: Emm.. sí sí. (mi nombre y DNI)

R: Si me puede firmar aquí?

Y: Donde quieras guapo (firmé).

R: Pues ya está, aquí tienes tus Jockmail hehehe (me dio el paquete).

Y: Gracias, como sabes lo que es? No lo pone no?

R: No lo pone, pero sé la marca y me compré unos hace unas semanas. Son muy cómodos hasta para trabajar hahaha.

Mientras acababa esa frase, se dio la vuelta marcando un culazo. Se podía ver un poco a través del pantalón de chándal que llevaba, pero fue mi imaginación la encargada de visualizar su culo con ese jockstrap. Estaba en shock en ese momento.

R: De qué color te los has comprado?

Y: Un momento.

Entré a casa para quitarme los pantalones y los bóxers que llevaba para ponerme esa ropa interior tan sexi. Volví a salir con ese jockstrap puesto.

R: Te quedan genial eh, vaya culazo tienes tio.

Y: Gracias guapo, y tú? De qué color?

R: Te los enseño dentro mejor.

Lo invité a pasar mientras me quitaba la camiseta para quedarme solo con el suspensorio. El repartidor, empezó a quitarse la ropa antes de llegar al salón hasta quedarse con un suspensorio azul celeste que no solo le hacía un mejor culo del que había imaginado sino que le ayudaba a marcar un buen paquete. No pude resistirme más y me lancé a por ese cuerpo. Empecé a sobarle el paquete y el culo mientras iba subiendo con la lengua hasta llegar a su boca. Nos besamos apasionadamente, casi de forma violenta. Le gustaba morderme el labio inferior mientras con sus manos tocaba mi pecho y mi tableta. “Con ese cuerpazo, toda la ropa te tiene que quedar bien” me dijo entre besos. No podía dejar de besarle y meterle la lengua hasta la garganta. Al final decidí abandonar sus labios para comerle el cuello. Por su reacción no solo le gustaba sino que era una de sus debilidades. Mientras seguía jugando con su cuello izquierdo, el chico empezó a acariciar mi culo con sus dedos y me metió su dedo índice con suavidad. Entre gemidos, fui bajando por su torso completamente depilado hasta llegar a su ropa interior. Él abandonó mi culo para cogerme la cabeza con las dos manos y acompañar mi rostro hasta su paquete.

Le bajé un poco ese suspensorio azul para descubrir lo que escondía. Tenía un pene circuncidado de unos 15cm y muy grueso. Se le marcaban mucho las venas en ese pene con los pelos depilados. Olía un poco a sudor de todo el día de trabajo, lo que excitó aun más. No dudé en llevármelo todo a la boca. Con sus manos dirigía la mamada y me obligaba a tragármela entera. Al límite de las arcadas conseguía tener toda su polla en mi garganta y tocar con los labios sus pelos rasurados. No pude aguantar mucho rato ese ritmo ya que me destrozaba la boca con tanta polla. Después de dejarle el pene lleno de saliva me liberé de sus manos y me tumbé al sofá. “Con este calzoncillo tienes que hacer de pasivo, y solo pasivo” me dijo mientras yo me sobaba el paquete para invitarle a hacerme una mamada. Se agachó y me volteó. “Solo tu culo” susurró antes de darme un par de azotes. Siempre suelo ir muy depilado, y ese día no era ninguna excepción, así que disfrutó de mi culo. Me iba masajeando las nalgas mientras descubría mi ano con su lengua. La intentaba meter lo más adentro posible. Jugaba con mi culo entre mis gemidos. De vez en cuando me daba algún azote y me metía un par de dedos. Le gustaba tirar de las cintas del suspensorio mientras me comía el culo. Era muy placentero pero quería sentir su polla.

Estaba bastante dilatado así que se levantó y sacó un condón de su cartera. Se lo puso mientras yo esperaba a 4 patas en el sofá. Una vez puesto, lo lubricó con algunos escupitajos. Entre eso y el beso negro que me había dado hacía unos instantes, me la metió de golpe. Solo escuché sus huevos golpear contra mi culo antes de chillar. Seguro que mis vecinos escucharon ese grito que solté al notar esa polla tan gruesa dentro de mí. “Te duele guapoo?” me preguntó el repartidor. Pensé en decirle que ya me la había clavado y era tarde para preguntar pero en vez de eso lo quise provocar: “Mi culo es todo tuyo” dije en voz baja. Sonrió y empezó a embestirme poco a poco. Fue aumentando el ritmo pero siempre metiendo y sacando toda su polla de me culo. EL chico ya estaba desatado y me estaba destrozando el culo. Mis gemidos en cada embestida le ponían aun más cachondo. Me cogía las cintas laterales del suspensorio como si fueran riendas mientras me follaba el culo. En ese momento yo era su caballo y el mi jinete. Yo estaba en el séptimo cielo del placer oyendo sus gemidos y viendo la escena en el reflejo de la ventana. Me estaba dando muy duro, casi violento, y el chico parecía que no se cansaba. Con ese calzoncillo que llevaba no me podía masturbar bien pero notaba que estaba durísimo. Mientras él seguía con el destrozo de mi culo, yo estaba muy excitado y no pude evitar correrme. Sin apenas masturbarme, pero con esa follada que me estaba dando, mi polla empezó a soltar lefa dentro del calzoncillo mientras gritaba que me corría. Era la primera vez que me corría sin tocarme mientras hacía de pasivo.

El repartidor quería seguir follándome pero mi culo ya no quería más, así que lo sacó de mi interior y se quitó el condón. Me levanté para comerle la boca mientras él se masturbaba frenéticamente. “Quítatelo” me dijo. Cumplí su deseo y me quité el suspensorio manchado de semen para liberar mi pene aun un poco duro y con trazas de mi lefa. Me cogió el suspensorio para jugar con su mano con mi semen mientras seguía masturbándose. Al final se llevó mi ropa a la boca para restregar su lengua y sus labios por esas manchas blancas, a la vez que me agaché a comerle la polla. No tardó su cuerpo en temblar y gemir, anunciando que se corría. Saqué su polla de mi boca justo antes de que soltara el primer trallazo. Recibí toda su leche en mi cara y hasta en mi pelo. Era muy espeso y abundante y terminé probándolo un poquito. Después de recuperar un poco el pulso, el repartidor me miró para cruzar nuestras miradas con esas caras y bocas manchadas de semen. “Si te compras un consolador, me avisas guapo. Tienes un culazo” me dijo mientras se limpiaba con mi ropa. Se vistió, me dio su número de teléfono y se marchó, mientras yo me quedaba viendo como se iba con la cara aun llena de su semen.