Mi tío tiene ganas de compartirme ¿Me dejo?
ANAL ANAL Y MÁS ANAL
Pues, llegué a mis 22 años de edad y mientras cursaba estudios en la universidad disfrutaba del mejor sexo a escondidas con mi tío. Me encantaba nuestra relación clandestina, me encantaba el hecho de tener que vernos a las escondidas, el hecho de que teníamos que cuidarnos de no ser descubiertos por nuestros familiares, el hecho de que nuestra relación era incestuosa, me excitaba el hecho de que el hombre que me amaba como su sobrina también me castigaba como su puta y su perra.
Perdimos la cuenta de las veces que cogimos tanto en su casa como en hoteles o lugares públicos, ya habrá momento de hacer relatos específicos de algunos momentos cachondos.
Perdí la cuenta de las veces que mi tío me rompió el culo, llegó un momento en el que se obsesionó con mi culito y yo que soy toda una enferma lo complací todas las veces que él quería anal, yo también me ofrecía cuando él no lo sugería.
Debo decir que el sexo anal siempre duele pero hay una diferencia entre el sexo anal mal practicado y el sexo anal bien hecho y este segundo es al que me refiero. Duele porque el culito no está diseñado para el sexo, pero es un dolor delicioso, un dolor que puede hacer que te corras muchas veces, te desmayes, pierdas el sentido por un momento, te den escalofríos, te de miedo, tiembles. A mi, por ejemplo, me tiemblan los labios como si tuviera frío pero no es todo el tiempo, es en un momento de mucha intensidad en el que la penetración anal te enloquece y entras en una situación muy placentera, en ese momento me tiemblan los labios y a los pocos segundos estoy chorreándome de orina y de orgasmos.
Hay momentos en los que mi tío está dándome por el culito y yo estoy confundida pues siento que me va a doler pero también siento que me voy a correr y empiezo a decir incoherencias, mi tío tiene que sujetarme de las manos o a veces me inmoviliza, hasta me provoca dar un grito ya que es un momento desesperante, luego pasan cosas, estallo de placer, me corro una, dos, tres veces y mi tío endemoniado rompiéndome el culito, es su parte favorita de todo este tema del sexo anal.
MI TÍO YA SABE TODO DE MI
Ya llevábamos más de dos años como amantes, lo suficiente como para conocernos en profundidad sobre todo en lo sexual. Mi tío sabía casi con precisión lo que me gustaba en el sexo así que se la pasaba lanzándome indirectas, yo me hacía la desentendida con el fin de que él fuese el que llevara siempre la iniciativa de todo, además, con el historial que yo tenía antes de ser la amante de mi tío a él no se le hacía difícil adivinar las cosas que podían gustarme y lo mejor de todo es que yo notaba que coincidíamos en gustos sexuales.
Un día estando en un lugar público pero teniendo la total de seguridad de no ser vistos por familiares me toqueteó delante de un hombre que se acercó a la camioneta a pedir dinero. No solo le dio dinero al hombre sino que se quedó conversando con él mientras hablaba sobre mi que me encontraba a su lado. Empezó a manosearme delante del hombre y le preguntaba que qué le parecía yo. Llegó a subirme la falda para que el hombre me viera la pantaleta.
Luego que el hombre se iba me decía: Sé que te gusta, te excitaste, no lo niegues.
En otra ocasión llamó a otro hombre que iba pasando, habló con él por un momento, sabía parar a la gente y sacarle conversación de cualquier cosa y empatizar con ellos. A ese le dijo que se diera la vuelta hacia donde yo estaba, él hombre obedeció y cuando estuvo en mi ventana me ordenó descubrirme los senos y el hombre pudo tocarme por unos segundos mientras me halagaba y me miraba.
En otra ocasión dejó que un hombre que se asomó a la camioneta metiera su mano por mi falda y descubriera que no cargaba pantaleta, dejó que me manoseara la vulva por unos segundos
Luego cuando teníamos intimidad me cogía duro y me recordaba esos momentos haciéndome preguntas sobre esos hombres, insinuándome que yo fantaseaba con esos desconocidos. Me encantaba la mente pervertida de mi tío, me gustaba su manera de humillarme de ese modo, pues, él disfrutaba y a mi también me resultaba morboso y excitante.
A veces cuando cenábamos en un restaurant chino me hacía provocar al mesonero, llamarlo de vez en cuando y a propósito dejar uno de mis pechos descubiertos pero estos eran tímidos, no se atrevían a más, solo sonreían y se alejaban, caso perdido.
Fue así como a mi tío Nacho se le fue metiendo en la cabeza la idea de verme con otro hombre y aunque yo me hacía la loca, él decía: sé que quieres, te voy a complacer.
MIS OTROS TIOS
Tengo tíos y tías tanto por parte de madre como de padre pero aquí importan solo tres de ellos, mis tíos Manuel, César y Jaime.
Todos ellos por parte de papá, todos ellos casados y con hijos, todos ellos mayores de 40 años para el momento en el que yo contaba con 22 años. Supongo que ya estáis especulando lo que va a suceder, lo que no sabéis es el cómo, así que tenéis que descubrirlo en los próximos relatos.
Luego de varias escenas morbosas con desconocidos en la calle mi tío me confesó que quería verme con otro, yo le respondí que tal vez me gustaría. No quise ser directa pero me emocionó la idea, de hecho me mojé de solo escuchar a mi tío confesándome semejante perversión y aunque le mencioné un «tal vez» no tenía dudas de que mi tío me conocía tan bien que sabía que yo estaba aceptando.
Cuando me dijo «quiero que sea uno de tus tíos» quedé boquiabierta sin evitar las ganas de reírme.
Me dijo que empezara a coquetear con ellos, a preparar el camino para cuando él decidiera entregarme a uno de ellos.
«Voy a decidirlo yo» me dijo «y sucederá a mi modo, con mis condiciones».
Le confesé que eso era muy morboso y excitante y que sí me encantaba la idea. Esa noche me cogió anal solamente, pues, le excitó tanto oirme confesarle que estaba dispuesta a dejarme coger por otro delante de él. Esa noche fui su perra, no su sobrina, me humilló, me hizo preguntas sucias que yo respondía con la voz entrecortada, luego se corría en mi boca y me hacía tomar su semen a la fuerza y a mi me encantaban esos modos.
Duré más de un año, desde mis 21 hasta entrados los 22 coqueteando con mis tíos Manuel, César y Jaime que de manera incrédula no entendían mi repentino trato cariñoso hacia ellos pero que poco a poco su naturaleza fue cediendo, empezaron a mirarme como mujer más que como su sobrina. Yo le contaba todo a mi tío Nacho con detalles de mis breves pero morbosos encuentros con ellos y a veces exageraba un poquito los detalles, pues mi tío enloquecía de excitación y terminábamos en la cama cogiendo de lo más rico.
Por cuestiones de privacidad no diré qué oficios desempeñaban mis tíos Manuel, César y Jaime, solo diré que debido a sus trabajos podía verlos con regularidad aunque no solía hacerlo ya que eran solo eso, mis tíos, no había un interés hasta que a mi tío Nacho se le metió en la cabeza que deseaba verme siendo cogida por uno de ellos.
Fue así como pasó un año y un poco más, me le fui metiendo por los ojos a mis tres tíos, al poco tiempo tenían mi número para llamarme, solo podían llamarme, les dije que no tenía redes sociales (eso me indicó mi tío, nada de redes sociales porque podían meter la pata dejándome mensajes que luego leyeran sus esposas).
Con el tiempo ya mi tío Nacho sabía que mis tres tíos me deseaban, me morboseaban y hasta me llamaban, hubo ocasiones en las que mi tío escucho por el altavoz mientras conversaba con uno de ellos.
Luego se le ocurriría la idea de que yo debía llamarlos, a los tres (uno por uno) y conversaría con ellos durante un rato mientras él me cogía.
Mi tío me hizo desearlos a los tres, me sentía corrompida por mi tío Nacho y a pesar de ello deseaba, anhelaba que llegara el día que uno de ellos me cogiera delante de mi tío Nacho.
Pero eso era apenas el principio de lo que mi tío tenía planeado, yo iba a quedar sorprendida de las cosas que iban a acontecer en los próximos meses.